jueves, 2 de febrero de 2012

Soldados Paracaidistas entrenados como Antidisturbios en Reino Unido

Cientos de soldados del tercer batallón del Regimiento de Paracaidistas pasaron la semana pasada aprendiendo a contener y detener a "alborotadores" en una serie de ejercicios que asemejaban la violencia del pasado verano en Londres.


Fuentes de Defensa han confirmado que si la violencia fuera a volver a las ciudades británicas, especialmente durante los Juegos Olímpicos, los Paracaidistas serían "ideales" para proporcionar un apoyo "a corto plazo" a las fuerzas policiales de todo el Reino Unido.

Dicha solicitud tendrá que ser hecha por el Ministerio del Interior y tendría que tener la aprobación del primer Ministro, según la fuente.

Durante los ejercicios en la base de entrenamiento en Lydd Kent, las tropas de élite fueron atacadas con bombas incendiarias, misiles y "lucharon" en batallas y carreras con bandas de manifestantes, como parte de "la formación de orden público" del batallón.

El batallón es la unidad principal del Airborne Task Force, la principal unidad del Ejército de respuesta rápida y se les puede pedir hacer frente a una amplia gama de situaciones de emergencia - desde rescate de rehenes hasta el control de disturbios - en todo el mundo.

Las fuentes han subrayado sin embargo, que aunque hayan sido entrenados como antidisturbios no significa necesariamente que los paracaidistas se desplegarán en las calles británicas en caso de futuros alteraciones a gran escala del orden público, sino que el movimiento fue descrito como "planes de contingencia prudentes".

No se sabe exactamente si ha sido una petición específica del Ministerio del Interior o de la policía que la formación se llevara a cabo.

La formación antidisturbios podría ser utilizada si los soldados fueran llamados a evacuar a los ciudadanos británicos o a las embajadas de cara a un desorden público en un país extranjero.

En el pasado, la formación para contener protestas fue llevada a cabo por todas las tropas desplegadas en Irlanda del Norte, donde las alteraciones del orden público eran comunes. Pero esas habilidades se han perdido después de la retirada de las tropas de las calles de la provincia.

Pero se entiende que los comandantes de las unidades que probablemente sean desplegadas en entornos de alteración del orden público deben estar listos para ser capaces de hacer frente a todas las emergencias civiles y militares posibles.

Así como el tercer batallón de paracaidistas, el Ejército tiene otra unidad conocida como el "Batallón de Orden Público", que también está capacitado para hacer frente a los disturbios, lo que eleva el número total de soldados a alrededor de 1500.

Durante los ejercicios de capacitación de la semana pasada, a los soldados se les enseñó cómo utilizar escudos de gran tamaño para disturbios, como protegerse de misiles y la forma de identificar y detener a los "cabecillas" usando a "escuadrones de arresto" con formación especial.

Las tropas fueron entrenadas en la forma de trabajar en equipo, armados con escudos que cubren todo el cuerpo, al expulsar a multitudes hostiles. El ejercicio culminó con un motín a gran escala con compañeros que actuaban como agresores.

El Mayor Richard Todd, el jefe de la unidad de paracaidistas Coy 3, dijo: "Aprender a lidiar con situaciones de orden público es una habilidad nueva en un campo desafiante y realista en extremo.

"Muchos de los ejercicios no son diferentes a los que el ejército romano solía hacer, con soldados muy disciplinados avanzando hacia adelante bajo la protección de los escudos.

"La clave para hacer frente a grandes multitudes hostiles es el control y saber cuándo y cómo reaccionar ante lo que está sucediendo delante de usted.

"Con esta capacitación se trata de conseguir que los soldados utilizados hagan frente a una situación de alta presión para que no sobreactúen cuando tengan que hacerle frente de verdad."

Peter Harrington, de 19 años, que también estaba tomando parte en el ejercicio añadió: "Da miedo que a uno le lancen bombas incendiarias y realmente te sube bastante la adrenalina.

"He tenido la experiencia ahora y he aprendido que tratar con incidentes de orden público tiene que ver con mirar unos por otros y mantener la cabeza fría".

Los disturbios del pasado verano fueron provocados por el tiroteo de la policía contra Mark Duggan en Tottenham. La violencia se extendió rápidamente a través de Londres y otras ciudades donde la policía fue atacada con bombas incendiarias, las tiendas fueron saqueadas y las empresas arrasadas por el fuego.

La violencia, que obligó a dueños de algunas casas a saltar desde edificios en llamas, hizo que surgieran llamamientos a que el Ejército se desplegara en las calles para apoyar a la policía.

Una fuente de alto rango dijo: "La policía no pudo hacer frente a los disturbios del año pasado y el Ejército estuvo muy cerca de ser desplegado.

"Todos los equipos antimotines del Ejército estaban en Escocia en aquel momento y creó que eso causó un retardo de tiempo, pero las lecciones se han aprendido. El Ejército podría haberse desplegado, pero habría sido sólo marginalmente más rápido que la policía.

"Los soldados tendrían la facultad para efectuar detenciones y tendrían derecho a defenderse utilizando la fuerza mínima. Es poco probable que estuvieran armados, pero eso sería una opción si la situación se deteriorara.

"Ellos casi seguro que se desplegarían con balas de plástico, que son selectivas y, si se usan correctamente, son no letales".

Los disturbios fueron los peores de toda una generación y causaron más de 300 libras esterlinas en daños. Cientos de tiendas y almacenes fueron saqueados mientras las pandillas efectuaban sus ataques con jóvenes organizados a través de twitter y otras redes sociales.

El número y la espontaneidad de las revueltas a menudo significaba que las fuerzas de policía de todo el país, pero especialmente en Londres, se estiraban hasta el límite y en algunos casos no pudiendo hacer frente.

Los residentes locales se vieron obligados a formar grupos de vigilancia para proteger sus comunidades después de la confianza en la policía se evaporó.