domingo, 25 de marzo de 2012

Caligula lo tenía claro: ¡Viva yo y mi caballo!

Incitatus (en latín, Impetuoso) fue el caballo preferido de Calígula (12-41 dC). Se trataba de un caballo de carreras que había nacido en Hispania, de donde en esa época se importaban a Roma cerca de 10000 equinos cada año.

La devoción de Calígula por su caballo llegaba a extremos ridículos. En un primer momento mandó construirle una caballeriza de mármol con pesebres de marfil para su uso exclusivo, pero pronto llegó a darle toda una villa con jardines y 18 sirvientes para su cuidado personal. Dormía con mantas de color púrpura (el tinte más caro en la Antigua Roma, reservado a la familia imperial) y llevaba collares de piedras preciosas. Posteriormente, Calígula otorgó a Incitatus el título de Cónsul de Bitinia. Este hecho ha sido tradicionalmente interpretado como fruto de la demencia del emperador, pero lo cierto es que la actitud servilista y pusilánime de los senadores del reinado de Calígula bien pudiera haber influido en dicho nombramiento, volviéndolo un hecho irónico que denotaría el sarcástico desprecio de Calígula hacia las instituciones públicas del Imperio.


Como caballo de carreras que era, Incitatus participaba en las competiciones celebradas en el hipódromo de Roma. La noche anterior a una competición, el emperador dormía junto al animal y se decretaba un silencio general que nadie podía violar en toda la ciudad bajo pena de muerte, con el fin de que el caballo descansase correctamente. Al parecer, Incitatus sólo perdió una carrera en su vida, tras la cual Calígula ordenó al verdugo que matase lentamente al auriga (el esclavo que conduce un carro de caballos) para asegurarse de que sufriera.


Caligula lo tenía claro: ¡Viva yo y mi caballo!