martes, 20 de marzo de 2012

El armamento secreto de Israel: ¿hipocresia o cuestión de supervivencia en un entorno hostil?

Suena extraño pero Israel niega el derecho a sus vecinos, a poseer un arsenal formado por armas químicas, biológicas y varios centenares de cabezas nucleares, como el que posee, en una serie de instalaciones secretas en territorio hebreo. Uzi Ezen, es un científico nuclear israelí que en su juventud, se unió a un equipo de jóvenes científicos para buscar, el modo de evitar que se repitiera otro holocausto como el sucedido durante la II Guerra Mundial, el recuerdo de los campos de exterminio nazi estaba muy presente, unido al hecho de que Israel era un estado pequeño rodeado de naciones con sentimientos hostiles a su existencia. El presidente de Israel,  Simon Peres, ni se inmuta cuando le acusan de hipocresía y rechaza que se compare a "un estado democrático como Israel" con una dictadura como la del despuesto Sadam Hussein, para acto seguido acusar al sátrapa de Iraq de ser un asesino. Israel cuenta con el privilegio de que su programa armamentístico nuclear no está sometido a ningún tipo de inspección  por parte de organismos internacionales, gracias al proteccionismo del gobierno de Washington.

Israel aboga por el lema: Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga, y no solo en materia nuclear. Hace años,  un accidente aéreo supuso la revelación  de que Israel había introducido en la carga, un componente químico usado para la fabricación de gas sarin.  

Mordechai Vanunu
El documental también cuenta la historia de Mordechai Vanunu, un técnico que trabajó en instalaciones nucleares secretas de Israel, fotografiando dichas instalaciones, para después ofrecer las pruebas a un periodista del Sunday Times de la existencia del desarrollo avanzado del  programa nuclear del estado hebreo.  Vanunu confesó que Israel disponía en 1986 de entre 100 y 200 cabezas nucleares y participaba en el desarrollo de armas de neutrones y armas termonucleares.  Mas tarde fue secuestrado por El Mossad en Roma, para ello, los espías usando una mujer como cebo, ésta  llevó a Vanunu al interior de un piso y allí fue inmovilizado por varios hombres, sedado mediante inyección para posteriormente ser trasladado a Israel, donde se le juzgaría por traición, siendo condenado a  18 años de prisión.
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