La centella asiática no sólo reduce la celulitis. Con infusiones de esta planta medicinal, varios problemas dermatológicos pueden ser tratados.
Cuenta una popular leyenda de Laos el gran amor de dos jóvenes. Ella era la bellísima Yun-li, tenía 16 años y era la única hija del jefe del poblado, un rico propietario de arrozales. Él era un leñador, hermoso y pobre, que pasaba su vida en el corazón del bosque. El padre de Yun-li se volvió loco de rabia al saber que su hija quería al leñador y salió en busca de éste. Cuando lo encontró le propinó un gran corte en el vientre y le dijo: “Si mañana la herida que te hice está cicatrizada, es que eres más poderoso que yo y tendrás derecho a exigir la mano de Yun-li”.
El joven leñador huyó, se refugió en su choza de bambú, y recordó que había observado cómo los tigres revolcaban sus heridas sobre un tapiz de plantas rampantes para curar sus heridas en una noche. Esta particularidad hizo que bautice a las plantas como “la hierba del tigre”.
Decidió probar este remedio sobre él mismo; durante toda la noche se aplicó la hierba. A la mañana siguiente, sólo quedaba una cicatriz de un tono rosáceo igual que del amanecer. Y la leyenda pasó a ser investigada. Resulta que la hierba del tigre es conocida ahora como la centella asiática, planta que aumenta la síntesis de colágeno.
Adiós celulitis. La centella asiática, conocida por sus efectos positivos sobre la circulación sanguínea, es habitualmente usada contra la celulitis, ya que paulatinamente hace desaparecer la poco estética piel de naranja, dejándola suave y con menos pozos e imperfecciones.
Pero por sus propiedades, la centella asiática no sólo reduce la celulitis, también ayuda al tratamiento de otros problemas dermatológicos, como las quemaduras, cicatrices, úlceras, llagas y escaras. Estas imperfecciones pueden ser solucionadas con una sencilla infusión.
La hierba también es altamente efectiva en la circulación sanguínea, ya que actúa a nivel de las paredes venosas, favoreciendo la microcirculación y el flujo de la sangre por las venas, evitando, así, la formación de várices, logrando que la piel se relaje y estire. Según Karina Mariaca de Oliveira, instructora de yoga, la centella asiática actúa también como purificante de la sangre y disminuye la hipertensión arterial. La hierba es popularmente utilizada en India, norte de Australia, Indonesia y Malasia. Además tiene una importante aceptación en África.
3 tazas de té de centella asiática por día es la cantidad ideal para tratar problemas de la piel.
La frase
“Antiguamente en la India, la centella asiática era utilizada como una poderosa pócima que se decía hacía longevo a quien la tomaba, por poseer varios usos terapéuticos, en especial los efectos en la piel que eran admirados por todos.
En Australia, es ampliamente utilizada por ser un agente antioxidante efectivo”.
Karina Mariaca / Instructora de yoga
Las propiedades de la centella asiática están al alcance del público en cápsulas o comprimidos o en forma de té. El correcto preparado del té de centella asiática consiste en:
Dos cucharadas de hierba (una cucharadita por cada taza). En un litro de agua. Hacer hervir el preparado, dejarlo reposar cinco minutos y luego consumirlo. La cantidad ideal es tres tazas por día. No se recomienda una dosis mayor.
Múltiples usos de la centella asiática.
Algunas investigaciones afirman que puede contribuir en el tratamiento de la esclerosis múltiple. También tiene propiedades que ayudan en la curación de heridas y retardo en la progresión de la lepra, y se considera que prolonga la vida, y aumenta la energía y la potencia sexual, según el portal comohacerpara.com.