Los vaticinios sobre Portugal, son de cierta autoridad.
Son de dos clases: terribles y consoladores. Unos y otros, están encuadrados dentro de las apariciones de Fátima. O son palabras de ciertos mensajes celestes, por lo tanto oficiales. O son predicciones por alguno de sus videntes.
El cuadro futuro de pavorosos acontecimientos para Portugal, está descrito por la gran vidente, Jacinta, cuando estaba en el hospital convaleciente de sus enfermedades purificatorias para la misión de la Señora del Cielo.
La confidente de Jacinta en esos días, fue la madre Godinho. Día a día, la madre procuraba hacer hablar a Jacinta para extraerle confidencias celestes, o para que la mística niña con su notable don de profecía, dijera cosas. La monja al abandonar a la enferma, anotaba sus dichos y sus predicciones. Un día Jacinta, que hablaba siempre con gran autoridad, le dijo a la Madre Godinho:
"Las guerras no son sino castigos por los pecados del mundo". "Nuestra Señora no puede sostener por más tiempo el brazo de su Amado hijo sobre el mundo. Es necesario hacer penitencia. Si la gente se reforma. Nuestro Señor salvará al mundo, pero si no se reforma, El lo castigará.
Nuestro Señor está profundamente indignado con los pecados y crímenes, que son cometidos en Portugal. Por esto, amenaza a nuestro país, y principalmente A LA CIUDAD DE LISBOA. UN TERRIBLE CATACLISMO DE ORDEN SOCIAL, ESTALLARÁ AQUÍ. Por lo que se ve, UNA GUERRA CIVIL de carácter anarquista o comunista, acompañada de saqueos, asesinatos, incendios y devastaciones de todo género. La capital se transformará en una verdadera imagen del infierno. En el momento en que la Divina Justicia ultrajada inflija tan terrible castigo, todo el que pueda, huirá de esta ciudad.
Este castigo, ahora predicho, se anunciará poco a poco y con la debida discreción...
¡Madrecita mía, ruega mucho por los que gobiernan! ¡Ay de los que persiguen a la Religión de Nuestro Señor. Si el gobierno deja la Iglesia en paz y da libertad a la Santa Fe, será bendecido por Dios"...
La Madre Godinho le preguntó a Jacinta:
—¿Quién te enseñó todas estas cosas?
—Fue Nuestra Señora, pero algunas las pensé yo. Me gusta mucho pensar.
Otra de las profecías, sobre Portugal está hecha por la Virgen, en la tercera aparición de Fátima, una de las más importantes por su contenido. En esta aparición, los niños vieron el infierno y se habló de la intervención de Rusia, como instrumento de la Justicia Divina, sobre el mundo. La Virgen les dijo así:
"EN PORTUGAL SE CONSERVARÁ SIEMPRE EL DOGMA DE LA FE".
Una de las oraciones más admirables de hace muchos siglos en la historia de la Iglesia, ha sido la de esta niña vidente de Fátima: Jacinta. Tenía siete años, cuando ya había visto en su alma de profeta las escenas más terribles de la segunda guerra mundial.
Yendo un día, hacia la casa de sus primos, encontró Lucía a Jacinta que estaba pensativa meditando más allá del tiempo y de la inmensa profundidad.
—¿En qué piensas, Jacinta? —la dijo su prima.
—En la guerra que va a venir. Van a morir tantos... —decía Jacinta.
—¿No sabes que nadie puede salir corriendo y entrar en el cielo?
—Es verdad, no se puede. Pero no te asustes, le dijo Jacinta. En el cielo tengo que rezar mucho por ti y por el Santo Padre. Y POR PORTUGAL PARA QUE LA GUERRA NO LLEGUE AQUÍ. Y por todos los sacerdotes".
Y la guerra no llegó a Portugal después de tantas tentativas de invasión. El episcopado portugués reconoció, después unánimemente el valor de este ruego y el poder de la intervención de la Virgen de Fátima, bajo cuya protección se han amparado en las horas difíciles.