Los planes de estas facciones ultraderechistas para derrocar el Gobierno alemán estaban mucho más avanzados de lo que se sospechaba. El autor del reportaje, Dirk Laabs, prueba que dichos grupos habían acumulado ilegalmente armas y municiones para ejecutar sus propósitos cuando llegase el llamado "Día X”.
Para convocar el día señalado, los extremistas estaban esperando una situación de crisis. De ahí que la experta en seguridad nacional del partido La Izquierda, Martina Renner, temiese que con la actual pandemia de coronavirus ese momento hubiese llegado. En una entrevista llegó a afirmar: "Es un sueño para los golpistas de derecha. No puedo imaginarme que estén sentados en sus casas sin hacer nada.” En junio de 2019 fueron detenidos varios integrantes, retirados y en activo, de las Fuerzas Especiales de la Policía del estado de Mecklemburgo-Antepomerania. Fueron acusados de haber facilitado a uno de los detenidos grandes cantidades de munición, en parte incluso ilegal. En casa del presunto líder del grupo, un miembro suspendido de un comando especial de la Policía de ese estado federado, fueron encontrados no sólo decenas de miles de cartuchos de munición, sino incluso un subfusil sustraído a la Policía Federal. Según las investigaciones, la munición procedía de fuerzas especiales de la Policía y del Ejército repartidas por todo el territorio alemán. Unas 1200 balas provenían del estado de Renania del Norte-Westfalia y también se identificó munición perteneciente a Baviera. Sin embargo, las autoridades pertinentes de ambos estados federados no son capaces de aclarar la desaparición de este armamento.
Desde hace algunos años no deja de crecer la preocupación por la existencia de policías y soldados de ideología ultraderechista. A finales de 2019 el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, anunció la creación de cientos de puestos en instituciones federales como la Oficina Federal de Investigación Criminal para combatir a la ultraderecha infiltrada.