Mientras otros presidentes del Gobierno dicen que acudir al desfile militar de turno es un coñazo, un plan apasionante. Aquí tienen a un hombre capaz de aguantar la fuerte lluvia mientras homenajea a los combatientes de la antigua URSS caídos en combate en su lucha contra el nazismo. Cuando le preguntaron por qué no se cubrió. El respondió: "No soy de azúcar"... algunos le admiran, otros les quema la envidia y le odian porque sus gobernantes no son así.