"Ahora que cogimos las manzanas que no eran nuestras, el demonio estará contento y el pobre Ángel de la Guarda estará triste. Entonces empezamos a coger piedras y a tirárselas con todas nuestras fuerzas al lado izquierdo. Decíamos ahí estaba el demonio. Empezamos a jugar a las canicas con piedras. De pronto se me apareció un figura muy bella con muchos resplandores que no me lastimaban nada los ojos. Las otras niñas al verme en este estado creían que me daba un ataque, cuando ellas ya iban a llamar a mi mamá se quedaron en el mismo estado que yo y exclamamos a la vez: "¡Ay, el Ángel!".
Luego el ángel se identificaría como San Miguel Arcángel.
Sobre San Miguel y Garabandal: San Miguel Arcángel se aparece 8 veces y les anuncia la próxima aparición de la Virgen del Carmen. El 18 de julio 1962, de manos de San Miguel, Conchita recibe la Sagrada Eucaristía en la boca, a la vista de todos los presentes. Este era un milagro para prueba de autenticidad de los sucesos. San Miguel explicó que era un milagro para llamar la atención sobre la real presencia de Nuestro Señor en la Santa Eucaristía.
No fue hasta el 1ro de julio que San Miguel le habló y les dijo: "Sabéis por qué he venido? -Para anunciaros que mañana, domingo, la Virgen María se os aparecerá como Nuestra Señora del Carmen".
El domingo, día 2, sobre las 6 de la tarde, las niñas fueron hacia la calleja que conduce a los nueve pinos. Se trata de un solitario pinar que se destaca en un elevado junto al pueblo. Eran seguidas por una gran multitud, entre ellos, varios sacerdotes y médicos. Nada más de acercarse al lugar, las videntes, asombradas, se encuentran con la aparición de la Santísima Virgen que venía acompañada de dos ángeles, uno de ellos San Miguel y el otro desconocido.
Describieron a la Santísima Virgen: "Viene con un vestido blanco, el manto azul, la corona de 12 estrellas doradas, las manos extendidas, con un escapulario marrón, salvo cuando lleva al niño en brazos: el pelo largo castaño oscuro, con raya en medio; la cara alargada con nariz muy fina; la boca muy bonita, con labios un poco gruesos. Aparenta unos 17 años y es más bien alta".
Los Mensajes
En las apariciones de Garabandal de junio 18, 1961 hasta junio 18, 1965 se dieron a conocer especialmente dos mensajes. El primero se lo dio a conocer Nuestra Señora a las niñas el día 4 de julio, de 1961, mensaje que ya había aparecido inscrito en un rótulo a los pies del Ángel San Miguel en el mes de junio, durante las apariciones del ángel a las niñas. Nuestra Señora del Carmen les pidió a las niñas que no hicieran público este mensaje sino hasta el 18 de octubre. Así lo hicieron.
Primer Mensaje
En otoño de 1961, las videntes dieron a conocer al mundo el 1er mensaje y que a la letra dice:
"Hay que hacer mucho sacrificios y mucha penitencia, y tenemos que visitar mucho al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos vendrá un castigo".
El mensaje nos habla de elementos esenciales de la fe: sacrificio. penitencia, la Eucaristía y la conversión que da frutos en una vida virtuosa: "ser muy buenos". También nos recuerda la misión de los ángeles y el cuidado maternal de la Virgen Santísima.
Garabandal nos recuerda que la vida cristiana requiere seriedad. Juan Bautista predicó: "Arrepentíos, pues el reino de Dios está cerca" (Mt 3, 1-3). El propio Cristo inaugura su predicación diciendo: "arrepentíos y creed en la Buena Nueva..." (Mc 1,15). Es, pues, el mensaje eterno de los profetas y recordado insistentemente en estos tiempos por la Santísima Virgen, tanto en La Sallete, como en Lourdes y Fátima, pero desafortunadamente olvidado por la gran mayoría de los hombres; por eso, si no cambiamos, vendrá un castigo, que será manifestación de la Justicia de Dios como consecuencia del pecado de los hombres al hacer mal uso de su libertad.
"Ya se está llenando la copa". Lenguaje bíblico apocalíptico que no recuerda los 7 ángeles con las 7 copas de oro (15,7) que están rebosantes de la ira de Dios...
"Tenemos que visitar mucho el Santísimo", que nos recuerda la presencia real de Cristo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, en momentos que los católicos - y aun sacerdotes - han perdido la fe en la Eucaristía. "Pero antes tenemos que ser muy buenos", es decir, tenemos ante todo que vivir en gracia de Dios, alejar de nuestra vida el pecado mortal, con la ayuda de la gracia de Dios y la participación de los Sacramentos.
Segundo Mensaje
La Santísima Virgen comunicó su "segundo mensaje" cuatro años después, hacia el final de las apariciones. Nuestra Señora le dijo a Conchita el 1ro de enero, de 1965 que el Arcángel San Miguel se aparecería el 18 de junio y le daría un mensaje en su nombre, a todo el mundo. Por mediación de San Miguel, Nuestra Señora se quejó de que no se hubiere hecho caso a su primer mensaje y advirtió al mundo que éste sería el último. Dijo la Virgen:
"Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi mensaje del 18 de octubre, de 1961, os diré que éste es el último; antes la copa se estaba llenando ahora está rebosando. Los sacerdotes van muchos por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras El os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación; pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos, debéis sacrificaros más; pensad en la pasión de Jesús".
"La copa se está llenando". El pecado no está en desacatar el mensaje de Garabandal sino en rechazar el Evangelio que nos comunicó Jesucristo por no vivirlo de corazón. Sin la redención de Cristo vamos a la perdición. Garabandal no dice, ni puede decir, nada nuevo. Es un aviso sobre la importancia de vivir la fe que ya se nos ha dado en la Iglesia.
"Yo, vuestra Madre", la Santísima Virgen se presenta como Nuestra Madre, confirmando lo que ya Cristo en la cruz nos había legado: "mujer, ahí tienes a tu hijo" (Jn 19, 26); y nos pide e insiste que nos sacrifiquemos más y que meditemos la pasión de Su Hijo y volvamos a la Eucaristía con fervor.
Se insiste que la copa esta rebosando y que "los sacerdotes, muchos van por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas", frase, que para el año de 1965 no resultaba del todo clara, pues el Concilio Vaticano II terminaba con una gran esperanza para la mayoría de los católicos, y en especial para los cardenales, obispos y sacerdotes. Este optimismo no dejaba adivinar la gran crisis de fe y la infidelidad de miles de almas consagradas que iba a padecer la Iglesia en los años siguientes: Desde 1965, de los 400,000 sacerdotes con que contaba la Iglesia, unos 90,000 dejaron el ministerio. Esta hemorragia fue provocada por ciertas corrientes de pensamientos avanzados que pretendían interpretar "liberal" y "progresivamente" las enseñanzas del Concilio Vaticano II. Así, los efectos no se hicieron esperar:
El "Depósito de la Fe", los dogmas, y la moral cristiana serán atacados. Recordemos las oposiciones violentas y tan comunes contra las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia sobre la regulación de la natalidad (Humanae Vitae), el aborto, la doctrina social de la Iglesia, la catequesis, la autoridad papal, las cuestiones concernientes a la Eucaristía, penitencias, resurrección, en fin, toda la doctrina.
Tal es la situación, que el Papa Pablo VI habló en enero, de 1976 sobre "la traición de los clérigos". También en otra ocasión dijo,"se creía que después del concilio vendría un día de sol para la historia de la Iglesia, pero por el contrario, ha venido un día de nubes, tempestad y oscuridad, porque ha intervenido el poder adverso: Satanás" (29-6-1972). "A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia", anuncio profético que ha llevado a una perdida de la fe en la presencia real de Cristo y a una irreverencia al celebrar los Santos Sacramentos por parte de los sacerdotes.
Un Aviso, un Milagro, un Castigo
Entre las apariciones de Garabandal han habido muchas profecías sobre el futuro inmediato de la humanidad y de la Iglesia. En el anuncio profético de Garabandal, Conchita habla de un aviso, un milagro, y un castigo para la humanidad.
El Aviso
Conchita nos dice: "No puedo decir en qué va a consistir, pues Ella no me ha ordenado decirlo. Y ¿cuándo será?, no me lo ha dicho, así que no lo sé. Si sé que será visible para todo el mundo; será obra directa de Dios y tendrá lugar antes del milagro. Yo no sé si morirán personas. Únicamente pueden morir, al verlo, de impresión."
En una de sus cartas habla así sobre el aviso:
"Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos: para los buenos, para acercarlos más a Dios y para los malos, para anunciarles que viene el fin de los tiempos y que estos son los últimos avisos."
El aviso será fruto de la justicia de Dios y de Su misericordia. De Su justicia, porque nos va a purificar de nuestros pecados; de Su misericordia, porque nos dará la oportunidad de una mayor conversión en nuestra vida espiritual. Este aviso será obra de la intervención directa de Dios. El aviso que vendrá al mundo será algo externo a nosotros que sucederá en el firmamento; será vista una luminosidad acompañada de un fuego ardiente que se sentirá en toda la tierra. Internamente, y esto es lo más importante, veremos nuestra conciencia ante la justicia de Dios; lo que hemos hecho mal y lo que hemos dejado de hacer; en una palabra: una especie de juicio particular en vida. También será la corrección de la conciencia del mundo, una purificación antes del Milagro para ver si con el Aviso y el Milagro nos convertimos.
El Milagro
Las niñas han pedido insistentemente un milagro y la Virgen, como en Fátima, les ha dicho: "haré un milagro para que todos crean".
En una nota Conchita escribe:
"Lo del milagro me lo ha dicho, la Virgen, a mí sola. Ella me ha prohibido decir en qué consistirá. Tampoco puedo decir la fecha hasta ocho días antes. Lo que sí puedo decir es que coincidirá con un acontecimiento de la Iglesia y con la festividad de un Santo mártir de la Eucaristía; será a la ocho y media de la tarde de un jueves; será visible para todos los que estén en el pueblo y en las montañas de los alrededores: los enfermos que asistan sanarán y los incrédulos creerán. Será el milagro mayor que Jesús ha hecho para el mundo. No quedará la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedará una señal del milagro, para siempre, en los pinos. Podrá ser filmado y televisado.
Después del Milagro, si el mundo no se convierte, Dios enviará un Gran Castigo sobre la humanidad endurecida e incrédula, salvo, consiguientemente, un pequeño resto que será preservado.
- De todo lo que han dicho las niñas en entrevistas y cartas, principalmente Conchita, podemos señalar los aspectos esenciales del milagro.
- Conchita conoce su fecha exacta, que lo comunicó a Pablo VI, así como al confesor de éste y al Cardenal Ottaviani, Pro-Prefecto del Santo Oficio, hoy Congregación para la Doctrina de la Fe
- Conchita lo anunciará al mundo ocho días antes de su fecha
- Transcurrirá menos de un año entre el Aviso y el Milagro
- Durará entre 10 minutos y un cuarto de hora
- Tendrá lugar un jueves, a las 8:30 de la tarde
- Entre los días 6 y 16 de uno de estos tres meses: marzo, abril o mayo
- Ese día no será fiesta de la Virgen.
- Coincidirá con el día de la fiesta de una santo mártir en relación con la Eucaristía
- Coincidirá también con un acontecimiento muy importante, raro, singular, tanto para la Iglesia como para toda la cristiandad, un acontecimiento feliz y venturoso.
- Será el milagro mayor que Jesús haya hecho para el mundo.
- Será visible en Garabandal y en las montañas de los alrededores; no podrá palparse pero si podrá ser filmado, fotografiado y televisado.
- No será necesario que los videntes estén presentes en el momento de la realización de este milagro.
- Los enfermos que asistan se sanarán y los incrédulos creerán.
- El Papa verá el milagro "desde donde quiera que esté".
- El ciego Joey Lomangino recobrará la vista.
- El cuerpo difunto del Padre Luis María será desenterrado y se encontrará incorrupto.
Conchita anuncia que solo quedan tres Papas (a partir de Juan XXIII)
En los primeros días de junio, de 1963. Las campanas de Garabandal empezaron a tocar; Conchita que estaba en la cocina de su casa con su madre Aniceta, exclamó inmediatamente:
Las campanas tocan por un muerto. Seguramente, es por el Papa (en efecto, Juan XXIII había muerto). Ahora ya no quedan más que tres Papas.
La madre, sorprendida, le pregunta que ha dicho, ella le responde que la Virgen le había dicho que después de este Papa (Juan XXIII) solo quedaban tres. La madre le pregunta si entonces vendrá el fin del mundo. Conchita responde, "no el fin del mundo, pero el fin de los tiempos". Aniceta entonces le pregunta si no era lo mismo. La niña respondió "a mi fue la Virgen quien me lo dijo: "Después de este Papa ya sólo quedan tres y después, el fin de los tiempos". -(Diario de Conchita de 5-6-63)
No debe de confundirse el fin de los tiempos con el fin del mundo. Hay que recordar que el "fin de los tiempos" comenzó a partir de la primera venida de Cristo. El fin de los tiempos se refiere al final de una época. Tras una purificación de la humanidad y la renovación de la Iglesia comenzará otra época donde reine glorioso Jesucristo. No se trata de un paraíso en la tierra ya que los conflictos continuarán siempre pero si un tiempo en que la Iglesia manifieste mas claramente a Cristo por estar El reinando en muchos de los corazones de los fieles.
Milagros relacionados con el gran milagro
En referencia a los milagros recordamos lo que dijo el Concilio Vaticano II en el Decreto Ad Gentes no. 12, "Cristo curaba toda suerte de dolencias y enfermedades, como señal del advenimiento del reino de Dios...." La Iglesia siempre ha creído en milagros, aunque al mismo tiempo pide prudencia para no ser engañados.
El ciego Joey Lomangino
Joey Lomangino nació en Brooklyn el 27 de junio, de 1931. En junio de 1947, cuando inflaba un neumático, este estalló y se le produjo entre los ojos una fractura de diez pulgadas. También le quedaron seccionados los nervios ópticos y olfativos. El mismo año del accidente, con ayuda de sus amigos, Joey se convirtió. El mismo año, una voz le despertó de su sueño y le pidió que rezara el rosario.
En 1963, Joey viaja a San Giovanni Rotondo para ver al Padre Pío, y allí recobró su olfato a pesar de no tener ninguna posibilidad física de ello. Joey le pregunta al Padre Pío, ya beato, si era verdad que la Virgen se había aparecido a cuatro niñas en España. El Padre responde que "sí", y entonces Joey se dirige a Garabandal y vuelve en repetidas ocasiones. Durante uno de los éxtasis de Conchita la Virgen bendice con un beso la Medalla Milagrosa de Joey y el 19 de marzo, de 1964, fiesta de San José, Conchita tuvo una locución en cual la Virgen le había dicho que Joey recibiría ojos nuevos el día del Gran Milagro... que verá el día mismo del Milagro... y que la voz que había oído en 1947 era la de la Santísima Virgen.
El Padre Luis María Andreu
La muerte del padre Luis María Andreu es uno de los puntos de referencia más importantes en la historia de Garabandal. El Padre Luis era profesor de teología en la facultad que la Compañía de Jesús tenía en la provincia de Burgos. Cuando murió tenía treinta y seis años. El y su hermano, Ramón, llegaban a Garabandal para averiguar si las apariciones eran reales. El 8 de agosto, de 1961 durante el éxtasis de las videntes, el Padre Luis aparece profundamente emocionado y cuatro veces repite la palabra "(Milagro!, (Milagro!". Según las niñas el Padre vio el gran prodigio anunciado por la Virgen. Aquella misma noche, después de decir que era el día más feliz de su vida y de asegurar que estaba muy contento, porque la Señora le había hecho un regalo, y de insistir en que se encontraba muy bien y que no estaba ni siquiera cansado, quedó muerto en el coche sin hacer el menor movimiento y con una dulce expresión en su rostro.
Según relata Conchita, al día siguiente del milagro, el cuerpo del difunto Padre Luis María Andreu será desenterrado y estará incorrupto.
Un hecho importante sobre este milagro es que el Padre Luis fue enterrado el 10 de agosto, de 1961 y quince años después, es decir, a principios de 1976, el seminario donde se encontraba enterrado el Padre Luis fue transformado en sanatorio psiquiátrico. El cuerpo del Padre Luis tuvo que ser exhumado y se encontró en estado de esqueleto. A través de este hecho la Providencia ha querido que la corrupción del cuerpo del Padre Luis Andreu haya sido constatada de modo irrefutable. ¿Quiere Dios, dejarnos un signo de esperanza, dentro del contexto escatológico, a través de la restauración de un cuerpo descompuesto? "Los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados" (1 Cor 15, 52).
El Castigo
El castigo fue anunciado por las niñas en el primer mensaje el 18 de octubre, de 1961. Las niñas relataron que el castigo, según pudieron "verlo" la noche del 19 y 20 de junio, de 1962:
"Era similar a ríos transformados en sangre, fuego que baja del cielo y cosas peores; gran calor, sed abrasadora y el agua que se evaporará; todos los hombres presos de la desesperación buscando matarse unos a otros, pero al faltar las fuerzas, caerán: unos en las llamas y otros lanzándose al mar, pero el agua parecerá hervir y activar las llamas"
Nos cuenta Conchita en uno de sus escritos.
"El castigo está condicionado a que la humanidad haga caso o no de los mensajes de la Virgen y al milagro. En caso de que suceda, yo sé en qué va a consistir, porque yo he visto el castigo; si puedo asegurar que si viene es peor que si estuviéramos envueltos en fuego; peor que si tuviéramos lumbre por arriba y lumbre por abajo. No sé el tiempo que pasará para que Dios lo envíe, después de hecho el milagro".
El castigo de Garabandal nos recuerda a aquellos que habla la Sagrada Escritura en sus páginas: es la revelación al hombre de su condición de pecador, de la relación estrecha entre pecado y castigo y de un Dios que juzga y salva; pues el Castigo no es otra cosa que una sanación medicinal que busca restablecer el camino recto. Para unos será un callejón sin salida y su condenación eterna; para otros, la invitación a "volver" a Dios.
La Santísima Virgen en Garabandal no viene a "predecir" un castigo; vine a darnos los medios para evitarlo: "no quiero vuestra condenación", dirá la Virgen en su mensaje. Pero, si rehusamos a obedecer la llamada de Dios a la conversión, si mantenemos nuestra voluntad de rechazo, se nos cerrará la remisión y la cólera de Dios caerá sobre nosotros... y esto será el castigo anunciado.
El Milagro de la Comunión
Las niñas habían recibido la comunión frecuentemente, administrada por San Miguel Arcángel. Se pueden ver muchas fotografías donde aparecen las videntes comulgando sin que se viera la hostia. Pero en una ocasión las niñas le pidieron al ángel que haga un milagro para que el pueblo creyese. San Miguel le respondió que Dios iba a hacer un milagro por la intercesión de el y las niñas. El milagro iba a suceder el 18 de julio, de 1962. Ese día a las 1:40 de la madrugada, Conchita entró en éxtasis y una hostia visible apareció repentina y misteriosamente en la lengua de Conchita. Una persona que estaba presente logró tomar película y filmar este milagro.
El sacramento de la Eucaristía es una de las columnas básicas en el mensaje de Garabandal. La Virgen nos llama a visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento, en algunos mensajes Ella le dice a Conchita que está triste porque Conchita no pasa tiempo con Jesús. "¿Por qué no vas a menudo a visitar a mi Hijo al Santísimo? ¿Por qué te dejas llevar de la pereza, no yendo a visitarle cuando os está esperando de día y de noche?" (último mensaje de la Virgen a Conchita, 13 de noviembre 1965). La Santísima Virgen nos recuerda que Jesús nos espera que vayamos a Él, a compartir con Él, a reparar ante Su Corazón Traspasado, a consolarle.
El Inmaculado Corazón de María y el Sagrado Corazón
Es muy interesante que en estas apariciones en Garabandal también se les presentan a algunas de las niñas los corazones de Jesús y de la Virgen María.
El 30 de junio, de 1961, Jacinta tiene una visión del Sagrado Corazón. Ella lo describe vestido de blanco con una estola roja. Su Corazón era de un rojo resplandeciente, visible en el lado izquierdo de su cuerpo y emitía rayos blancos con oro. Jesús no le habla, pero con su mano izquierda señala al Corazón, y su mano derecha invita a la niña ir hacia El. Ella cuenta que aunque no dijo nada, tenía una mirada de amor y ella sentía que El le decía "Yo estoy contigo, y siempre estaré contigo".
En la última aparición de la Virgen María a Conchita, el 13 de noviembre, de 1965, la Virgen le dice: "Te acuerdas de lo que te dije el día de tu santo de que sufrirías mucho en la tierra?...Pues te lo vuelvo a decir. Ten confianza en nosotros y lo ofrecerás con gusto a nuestros corazones, por el bien de tus hermanos porque así estarás mas unida a nosotros." Luego la Virgen continua: "Conchita, no vengo solo por ti, sino que vengo por todos mis hijos, con el deseo de acercarlos a nuestros corazones."
Debemos trabajar, sacrificarnos, y hacer todo para cumplir el deseo de Nuestra Madre. Todo lo que ella desea es el mismo deseo de su Hijo, de Dios. Ellos desean la salvación del mundo, todos debemos acercarnos y amar al Inmaculado Corazón de María, que nos llevara directamente al Sagrado Corazón de Jesús. En la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, queda condensada toda la doctrina de la vida espiritual: redención, co-redención, pasión y Eucaristía. Es una llamada que reclama nuestra respuesta concreta. Debemos de orar para que reinen los Dos Corazones en nosotros y en el mundo entero.
La Posición de la Iglesia
El 8 de julio, de 1963, el obispo de Santander, Mons. Beitia Aldazábal, declaró: "No hemos encontrado materia de censura eclesiástica condenatoria, ni en la doctrina ni en las recomendaciones espirituales que se han divulgado ya que contienen una exhortación a la oración y al sacrificio, a la devoción eucarística, al culto a nuestra Señora en formas tradicionalmente laudables, y al santo temor de Dios, ofendido por nuestros pecados..."
Del 12 a 19 de enero, de 1966, Conchita, la vidente de las principales profecías y mensajes, fue convocada a Roma por el pro-prefecto de la Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe, Cardenal Ottaviani. Fue interrogada durante dos horas por el mismo Cardenal y otros miembros de la Sagrada Congregación. Entonces Conchita pidió una audiencia con el Santo Padre, Pablo VI. El Papa le dijo "Conchita, Yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia". El Papa concedió la Bendición Apostólica a la Obra de difusión de los Mensajes de Garabandal el 12 de junio, de 1967.
El obispo local ha declarado que los acontecimientos ocurridos no son de orden sobrenatural. Roma no ha querido intervenir. En la actualidad (feb 1999) está permitido celebrar la Santa Misa solo en la iglesia parroquial una vez recibido el permiso del párroco para ello.
Desde el 1967, cuando se llevó acabo la abrogación de el Canon 1399 y el Canon 2318, se permite, sin temor de ninguna censura Eclesiástica, publicar información sobre manifestaciones y visitar los lugares de tales manifestaciones, siempre que no contengan algo en contra de la enseñanza de la Iglesia. Las Apariciones de Garabandal definitivamente pasan esa prueba.
Conclusión
La esencia de los mensajes de la Virgen se concretan en la entrega de la vida a Dios y el cumplimiento del deber. Cada cual, según su estado y condición, debe arrepentirse de sus faltas y esforzarse por ser perfecto. Esta perfección exige un esfuerzo, un sacrificio, el llevar con alegría una cruz. De aquí la idea de la penitencia a que se alude en los mensajes. El sacrificio que la Virgen pide a sus hijos se deriva, sencillamente, del cumplimento del deber de cada uno según su estado y condición.
En la última aparición de la Virgen Santísima a Conchita, Conchita le dice a la Virgen, "Ay que feliz soy cuando os veo. ¿Por qué no me llevas contigo ahora?" y la Virgen le contestó, "Acuérdate de lo que te dije... que al presentarte delante de Dios tienes que mostrarle tus manos llenas de obras hechas por ti en favor de tus hermanos y para Gloria de Dios y ahora las tienes vacías". La Virgen no quiso "llevarse" a Conchita, porque estaba con las manos vacías de buenas obras.
Que todos podamos meditar esta frase y recibir del cielo las gracias necesarias para llenar nuestras manos y permanecer en la tierra hasta reunir los méritos que nos permitan dejar este mundo con la satisfacción y alegría de haber cumplido la voluntad de Dios.
Tengamos fe y confianza en la Santísima Virgen. Ella nos lleva a Jesús para que seamos libres de los peligros de este mundo y vivamos plenamente como buenos católicos. El Aviso, el Milagro y el Castigo tienen como fin ayudarnos en el camino de la conversión. Nuestra Madre no quiere que vivamos lleno de temor, al contrario, quiere que verdaderamente vivamos su mensaje. Orando (especialmente rezando el Rosario), ayunando, llevando el escapulario, frecuentando la Eucaristía, confesándonos y reflexionando en la Pasión de Cristo. Así obtendremos las gracias de Dios necesarias para la salvación.