El experto privacidad Brad Templeton, advierte de algo que puede parecer increíble, pero que puede tener toda la lógica del mundo.
Según Templeton, los programas de inteligencia artificial del futuro, podrían “viajar al pasado”, es decir, explorar los datos digitales dejados por los usuarios de Internet, día tras día y castigarnos de forma retroactiva por crímenes que no fueron detectados o considerados como un delito en su momento.
Es decir, castigarnos en el futuro por hechos que en el futuro se considerarán crímenes pero que actualmente no lo son.
|
Brad Templeton |
Durante una reciente presentación en un evento de la Universidad de la Singularidad, Templeton, quien fue el Presidente del Patronato de la Fundación Electronic Frontier durante diez años, dijo que la grabación masiva de todos nuestros movimientos, actividades y opiniones en la red, podría algún día convertirse en un tesoro para crear dictaduras tecnológicamente sofisticadas que castigarían a los “pecadores” por sus errores del pasado.
Aún teniendo en cuenta que la Inteligencia Artificial se encuentra todavía en sus primeras etapas, con técnicas de reconocimiento facial y de voz todavía relativamente primitivas, Templeton indicó que este no siempre será el caso y que las técnicas de Inteligencia Artificial eolucionarán de forma rápida, por lo que “Tenemos que preocuparnos por la amenaza de los robots de Inteligencia Artificial que ‘viajarán en el tiempo’ desde el futuro” para escudriñar en nuestro pasado.
La inteligencia artificial con el tiempo superará la capacidad humana de reconocer las cosas y cuando ello se combine con la obsesión actual por la grabación de todos nuestros movimientos en los medios sociales y a través de los smartphones, se creará un escenario distópico, según Templeton.
“Actualmente se registra todo lo que hacemos y decimos y en el futuro van a ser capaces de analizar todos estos datos y nos preguntarán ‘eres o has sido alguna vez miembro de alguna organización extraña’?”, afirma Templeton.“Entonces podrán mirar hacia el pasado, escudriñando rápidamente en todas las actividades que habremos dejado registradas y verán lo que estabamos haciendo en cualquier momento pretérito. Por lo tanto, hoy y ahora, ya tenemos que empezar a preocuparnos por lo que la Inteligencia Artificial será capaz de hacer en el futuro”.
“Es posible que usted, en estos momentos, esté cometiendo delitos del futuro que todavía no sabe serán delitos”, sostiene Templeton; y para ilustrar esta idea, puso como ejemplo el hecho de que uno de los padres fundadores de EEUU, Thomas Jefferson, tenía esclavos, una práctica que era común en la época pero que actualmente sería condenada.
“Si ustedes creen que es preocupante lo que piensen de ustedes ahora, empiecen a preocuparse también de lo que pensarán de ustedes en el futuro, ya que allí van a saber exactamente todo lo que están haciendo ahora”, concluyó Templeton.
Por ejemplo, no es inconcebible que cualquier cosa que digamos online ahora y que es aceptable según las leyes de la libertad de expresión actuales, en el futuro pueda ser denunciaco como “políticamente incorrecto” y que nos veamos sometidos a multas retroactivas.
“Estamos grabando más detalles sobre nuestras vidas que nunca en toda la historia, y todas nuestras comunicaciones, mensajes, comentarios, fotos y vídeos estan siendo almacenadas por empresas como Google y Amazon”, escribe David J. Hill. “Muchas de nuestras elecciones, tanto las públicas como las privadas cada vez más, están siendo almacenados en forma digital por un tiempo indefinido. La mayoría de gente es lo suficientemente inteligente como para no publicar actividades incriminatorias, pero nuestra comprensión de lo que es justo, correcto o moral en la actualidad, no tiene porqué encajar con los cánones del futuro”
Un ejemplo de ello, lo hemos vivido recientemente en España, donde un concejal del partido Podemos, Guillermo Zapata, se ha visto obligado a dimitir por un conjunto de comentarios desafortunados realizados en Twitter 4 años atrás, cuando aún no ocupaba ningún cargo público.
Y esto solo es el comienzo.
La mayoría de gente aún no es consciente de lo que está sucediendo, pero la advertencia de Templeton es mucho más seria de lo que puede parecer.
Hace años, cualquier escritor de ciencia ficción habría podido imaginar una civilización tiránica futura en la que robots inquisidores viajaran al pasado para descubrir pecados pasados de cualquier ciudadano para así, poder condenarle.
Pues bien, al registrar todas nuestras actividades en Internet y las redes sociales, al dejar constancia de todos nuestros movimientos online de carácter bancario y comercial y al ser grabados por miles de cámaras por todos lados, sin saber a dónde van a parar realmente dichas imágenes y sin poder comprobar fehacientemente cuánto tiempo son almacenadas, estamos permitiendo que esa fantasía se haga realidad.
Los robots no necesitarán viajar en el tiempo, sino que simplemente tendrán que consultar el registro temporal del que dispondrán y que podrán explorar a alta velocidad gracias al desarrollo de la Inteligencia Artificial.
Y nadie puede asegurar, tal y como evoluciona el mundo actual, que en el futuro no seremos considerados individuos potencialmente peligrosos por haber pensado diferente, haber formado parte de determinado partido o corriente política, o por haber tenido tal o cuál creencia religiosa.
¿Qué habría hecho, por ejemplo, el comité de Actividades Anti-Americanas, dirigido por el senador McCarthy y dedicado a perseguir a los comunistas de EEUU, si hubiera podido utilizar una tecnología de este tipo para escudriñar en el pasado de cualquier ciudadano sospechoso?
La única manera de impedir que dentro de 25 años no nos convirtamos en víctimas inocentes de nuestras actividades actuales, es impedir que esta posibilidad llegue a materializarse.
Y eso implica luchar activamente por crear un mundo en el que la tecnología y la privacidad vayan de la mano y en el que desaparezca todo atisbo de posible tiranía.
Una tiranía que ya empezó a construirse con los primeros balbuceos de esa repugnante hipocresía de lo “políticamente correcto”.
Actualmente, en occidente, donde se supone que rigen las democracias y las libertades, ya empiezan a perseguirse a las personas por delitos de opinión, en países como España, Francia, Gran Bretaña o EEUU.
¿De verdad alguien cree que esto va a detenerse aquí?
Que se lo pregunten al concejal de Podemos Guillermo Zapata: él solo ha sido un primer ejemplo, aún muy primitivo, de la inquisición que se avecina…