sábado, 26 de enero de 2013

Las profecías de Leonardo Da Vinci


Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci  escuchar) fue un pintor florentino. Notable polímata del Renacimiento italiano (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 14522 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas. Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci  escuchar) fue un pintor florentino. Notable polímata del Renacimiento italiano (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 14522 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.2Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable), puesto que la mayoría no eran realizables aun en esa época. Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.

Las profecías de Leonardo Da Vinci

Se verán sobre la tierra seres que siempre están luchando unos contra otros con grandes pérdidas y fuertes muertes en ambos bandos. Su malicia no tendrá límite. Con su fortaleza corporal derribarán los árboles de las selvas inmensas del mundo. Cuando se sientan hartos de alimentos, su acción de gracia consistirá en repartir la muerte, la aflicción, el sufrimiento, el terror y el destierro de toda criatura viviente.

Su limitado orgullo les llevará a desear encumbrarse hasta el cielo, pero el excesivo peso de sus miembros les mantendrá aquí abajo. Nada de lo que existe sobre la tierra, debajo de ella o en las aguas quedará sin ser perseguido, molestado y estropeado; y lo que existe en un país será traspasado a otro.

Sus cuerpos se convertirán en tumbas de todos los seres que ellos mismos han matado. verán sobre la tierra seres que siempre están luchando unos contra otros con grandes pérdidas y fuertes muertes en ambos bandos. Su malicia no tendrá límite. Con su fortaleza corporal derribarán los árboles de las selvas inmensas del mundo. Cuando se sientan hartos de alimentos, su acción de gracia consistirá en repartir la muerte, la aflicción, el sufrimiento, el terror y el destierro de toda criatura viviente.

Su limitado orgullo les llevará a desear encumbrarse hasta el cielo, pero el excesivo peso de sus miembros les mantendrá aquí abajo. Nada de lo que existe sobre la tierra, debajo de ella o en las aguas quedará sin ser perseguido, molestado y estropeado; y lo que existe en un país será traspasado a otro. Sus cuerpos se convertirán en tumbas de todos los seres que ellos mismos han matado. 

457. Las gentes ingenuas llevarán gran cantidad de luces para alumbrar el camino de los que habrán perdido por completo la facultad de ver. (Entierros). (R. 1310). 

458. Veo a Cristo vendido y crucificado, y de nuevo también veo martirizados a los santos. (Imágenes hechas por los malos artistas). (1. 65, v.). 

459. El agua de los mares se elevará sobre la cima de los montes, hacia el cielo, y caerá sobre las moradas de los hombres. (Nubes y lluvias). (C. A. 362, v.).

460. Los hombres arrojarán al caminar sus propias provisiones. (La siembra). (L. 63, v.). 

461. Los hombres se hablarán los unos a los otros, desde los más lejanos países, y se responderán. (Las cartas). (C. A. 362, r.). 

462. Ciertos hombres verán con alegría destruir y romperse la obra de sus propias manos. (Los zapateros). (R. 1312). 

463. Los animales de cuatro patas dispondrán de grandes tesoros y riquezas y se los llevarán a diversos lugares. (Las mulas de carga). (L. 91, r.). 

464. Se escuchará en muchas partes de Europa instrumentos de diversos tamaños sonando con variadas armonías, con gran fatiga para aquellos que los oigan de más cerca. (Cascabeles de las mulas de tiro). (C. A. 362, r.).

465. Renacerán los tiempos de Herodes. Los hijos inocentes serán arrancados de sus nodrizas y morirán a manos de hombres crueles que los degollarán. (Los cabritos). (R. 1313).

466. Y vosotros, ciudadanos de Africa, veréis a vuestros hijos degollados en sus propias casaspor animales de vuestro país muy crueles y rapaces. (Los ratones y los gatos). (C. A. 143, r.).

467. Todos los hombres cambiarán de hemisferio en un instante. (Todo punto terrestre es divisible). (C. A. 362, r.). 

468. Todos los hombres se hablarán, se tocarán, se abrazarán, estando los unos en un hemisferi y los otros en el otro, y comprenderán sus respectivas lenguas (Ident). (C. A. 362, v.). 

469. Muchos serán los que engorden con sólo caerse. (Las bolas de nieve). (R. 1297). 

470. El agua caída de las nubes, todavía en movimiento sobre el borde de las montañas, se detendrá por largo tiempo sin hacer movimiento alguno, y luego caerá sobre muchas y diversas provincias. (Embalses y riego artificial). (R. 1297). 

471. Se verá a todos los elementos mezclados y confundidos, en una inmensa revolución precipitarse hacia el centro del inundo o hacia el cielo. Las partes meridionales se proyectarán con fuerza hacia el frío septentrión; otras veces del Oriente hacia el Occidente y también de unoa otro hemisferio. (Las tormentas). (C. A. 362, r.). 

472. Las obras humanas se convertirán en la causa de la muerte humana. (Las armas). (1. 64,v.). 

473. Los enterrados saldrán de sus sepulturas y por medio de feroces movimientos expulsarán del mundo a innumerables criaturas humanas. (El hierro y otros metales para fabricar armas).(R. 1297). 

474. Por medio de las estrellas los hombres se moverán rápidamente y se convertirán en seres parecidos a los más veloces animales. (Las espuelas). (C. A. 362, r.). 

475- Saldrá de bajo tierra una cosa que, con espantoso ruido, aturdirá a los que allí seencuentren y por la fuerza de su soplo demolerá castillos y ciudades. (La pólvora). (C. A. 197,v.). 

476. Los grandes peñascos de los montes arrojarán tal fuego que con él quemarán las maderasde grandes y numerosos bosques y muchos animales feroces y domésticos. (El pedernal de los fusiles). (R. 1297). 

477. Gracias a la piedra y al fuego se tornarán visibles las cosas que antes no lo eran. (El yesquero). (362, v.). 

478. Veremos a los huesos de los muertos cambiar mediante un rápido movimiento la posición la fortuna de quienes los muevan. (Los dados). (1. 65, r.). 

479. Veremos a los mismos que pasan por tener mayor juicio y experiencia, buscando y rebuscando ávidamente la cosa de la cual tienen menos necesidad. (Los avaros). (C. A. 362, r.). 

48o. El cuero de los animales será causa de gran agitación entre los hombres que se lanzarán unos contra otros con grandes gritos y juramentos. (La pelota y los jugadores). (1. 65, r.). 

481. El momento llegará en que ninguna diferencia existirá entre los colores, porque todos se volverán negros. (La noche). (C. A. 362, r.). 

482. Nacerá de un humilde principio que aumentará con gran rapidez. No estimará ninguna de las cosas creadas; porque mediante su virtud tendrá el poder de transformar la esencia de las cosas en otra diferente. (El fuego). (C. A. 62, r.). 

483. Veremos las formas e imágenes de hombres y animales siguiendo a estos hombres y animales a cualquier parte que se dirijan; y estas formas harán los mismos movimientos que el hombre; pero lo verdaderamente admirable será la variedad y el tamaño que tales formas tomarán. (Las sombras). (C. A. 362, r.). 

484. Los cuerpos sin alma se moverán por sí mismos y transportarán innumerable cantidad de muertos, tomando las riquezas de los vivos circundantes. (Los árboles muertos con que se hacen los barcos). (1. 64, r.).

485. Se verá a los árboles del monte Tauro y del Sinaí, de los Apeninos y del Atlas, atravesar el aire de Oriente a Occidente y del aquilón al mediodía, para transportar muchos seres humanos. ¡Oh, cuántos augurios, cuántos muertos, cuántas separaciones de amigos y de parientes! Cuántos de ellos no volverán a ver su provincia ni su patria, muriendo insepultos, dejando sus huesos esparcidos por diversos lugares del mundo! (Los navíos). (C. A. 362, v.). 

486. Los potentes toros, con sus feroces cuernos, defenderán las luces contra la impetuosidaddel viento. (Las linternas de asta). (F. 64, v.).

487. Los animales volátiles sostendrán al hombre con sus propias plumas. (Los colchones de plumas). (C. A. 362). 

488. El bosque engendra hijos que se convertirán en la causa de su muerte. (Los cabos de las hachas). (C. A. 362). 489. Muchos pueblos junto con sus hijos nacerán en oscuras cavernas; y allí, en ese lugar tenebroso, comerán ellos y sus familias, durante mucho tiempo, sin ninguna luz artificial o natural. (Las hormigas). (C. A. 143, r.).

490. Los muertos saldrán de sus sepulturas transformados en volátiles y asediarán a los otros hombres, robándoles el alimento de sus propias manos y en sus mismas mesas. (Las moscas). (C A. 143, r.). 

491. Veremos a las cabras llevar el vino a las ciudades. (Los odres). (1317). 

492. En todas las ciudades, países, castillos y casas, movidos por la necesidad de comer, se veráa los hombres sacar su propio alimento de la boca sin que éste pueda defenderse. (El horno). (C. A 362, r.). 

493. multitud de futuros franciscanos, dominicos y benedictinos, comerán lo que ya antes fue comido y permanecerán muchos meses sin poder hablar. (Los niños de pecho). (1. 67, r.).

494. Los hombres caminarán sin moverse, hablarán con los ausentes, y escucharán a quienes nhabrán hablado. (El sueño). (C. A. 362, r.). 

495. Se verán a hombres tan cobardes que permitirán que otros triunfen a causa de sus males que se enriquezcan con la pérdida de su verdadera fortuna, es decir, de su salud. (Los médicos). (C. A. 36, r.).

496. Y como la juventud femenina no puede defenderse de la lujuria y de la rapacidad del hombre, ni por la vigilancia de los padres, ni por muros y fortalezas, tú verás llegar el tiempo en que el padre y los demás parientes de la joven pagarán muy caro a aquel que quiera dormir con ella, aunque ésta sea rica, noble y muy hermosa. (La dote). (C. A. 362,)

Fuentes: