Hola a todos:
No pensaba comentar mis sueños pero pienso que tal vez aporte algo más. Hace un par de días soñé que había mucha destrucción en la Tierra y gente de diferentes credos miraban hacia el cielo como esperando que sucediera algo. Recuerdo que veía la luna color roja, y la gente estaba tan angustiada que encendían una especie de incienso sobre una calavera que encontraban, de esa manera creían poder calmar la ira del cielo.
Me desperté angustiada y le dije a Dios que si ese era un sueño revelador la siguiente noche volviera a revelarme otra cosa. A la siguiente noche volví a soñar. Me vi con gente cristiana a la que no conozco pero sé que nos tenían en un lugar muy grande como si fuese un campo cerrado. Recuerdo que nuestras ropas eran grises y que nos custodiaban. Y sentía como los guardias nos amedrentaban psicológicamente para que nos debilitáramos, pero también veía que nos alentábamos unos a otros para no decaer. Inmediatamente veo como una persona que estaba conmigo me dice de escapar y cuando vemos la oportunidad lo hacemos.
Mientras escapábamos orábamos y nuestra velocidad era increíble. Incluso podíamos atravesar a las personas que estaban por ahí y no se daban cuenta. Dicho sea de paso, no sé porque las personas que veía estaban vestidas con ropas de colores, era como si existiese dos clases de personas, las cristianas a las que nos vestían de gris para diferenciarnos y las no cristianas que parecían vivir sin temor, que caminaban con sus familias, pero su apariencia era como la de los muertos. Y mientras escapábamos y orábamos nuestra velocidad era increíble, pero si pasábamos cerca de los guardias se nos iban las fuerzas, como si nos debilitáramos y estábamos muy lentas.
Además no eran seres humanos, parecían seres de diferentes formas y daban temor. Mientras estábamos juntas con esa persona podíamos escapar, sin embargo en un momento nos separábamos y me sentía muy débil. Recuerdo que veía venir a un guardia para apresarme nuevamente y yo en mi estado de debilidad dije: “Descanso en tus brazos Señor”, y vi detrás mio dos brazos con mangas como de una toga color blanca, que me tomaban cuando yo estaba cayéndome hacia atrás, y así en vez de caer, flotaba. Ahí me desperté.
Quise volver a pedirle confirmación al Señor una tercera vez, no quería vivir nuevamente el temor que sentí en los sueños. Oro para que el Señor tenga misericordia de mí y de mi familia para no tener que pasar por eso. Que podamos santificarnos cada día más y estemos preparados con vestiduras sin manchas ni arrugas. Y la mayor recompensa y alegría es vivir eternamente con El!
Que Dios los bendiga