Li Ching Yuen (Sichuan, China, 1677 - 6 de mayo de 1933) es el ser humano más viejo que haya existido en el mundo.
Li Chin Yuen nació, probablemente, en 1677, según los papeles de identidad que tenía un amigo suyo y que fue notificado al New York Times el 6 de mayo de 1933, día en que falleció. En ellos aparecía una felicitación a Li por su 150 y 200 cumpleaños. En 1928, un corresponsal del New York Times escribió que muchos de los ancianos en el barrio de Li afirman que sus abuelos le conocieron cuando eran niños, y que en ese momento era un hombre adulto. Desde niño aprendió artes marciales y viajó a diferentes regiones de su país a recolectar hierbas medicinales y piedras de colorines. Después, toda su vida comenzó su ascética práctica de «alquimia interna» (práctica consistente en ingerir los ingredientes y después hacer ejercicio para que se mezclen bien) en solitario, mientras residía en el templo taoísta de Yu Qing del monte Lao Shan. Devoto asiduo del taoísmo, Li prácticamente abandonó el dormir para practicar Bu Dao Dan toda la noche durante décadas. A pesar de ser nonagenario, se rejuveneció delicadamente manteniendo una complexión fuerte, con agilidad de movimientos, una voz sonora, una mente aguda, y en general robusto y cordial.
Se dedicó a la recolección de hierbas en las sierras, a la edad de diez años, también comenzó a aprender de los métodos de la longevidad, que sobreviven con una dieta de hierbas y vino de arroz. Vivió así durante los primeros 100 años de su vida. En 1749, cuando tenía 71 años de edad, se trasladó a Kai Xian para unirse al ejército chino como un maestro del arte marcial y como un asesor táctico.
Era un experto boticario, sirvió como consejero táctico militar e instructor de artes marciales, se retiró y pasó mucho tiempo en las montañas del Tíbet, donde siguió recolectando hierbas medicinales que según decía le ayudaban a mantenerse joven y saludable. Además se sabe que tenía las uñas de su mano derecha muy largas, de 15 centímetros.
En 1927, fue invitado a un palacio de su región natal por el general Yang Sen, amigo suyo, quien estaba muy interesado por la fuerza y juventud que tenía Li a pesar de su avanzada edad (250 años). En la residencia de este general le tomaron una foto, la única existente de Li.
En 1930 el profesor Wu Chung-Chieh, decano del departamento de educación en la Universidad de Chengdu, encontró en los registros Imperiales del Gobierno de China dos felicitaciones del emperador a Li Ching Yuen en 1827 por su 150 cumpleaños y una posterior a los 200 años. Por lo que si este dato es riguroso seria una prueba irrefutable de la edad del hombre más longevo que jamás haya existido. Cabe destacar que al finalizar su vida, Li se encontraba en un grave problema de salud.
Secreto de la longevidad
Uno de sus discípulos, el Taiji Quan Maestro Da Liu dijo del maestro:"a los 130 años de edad el Maestro Li encontró un viejo ermitaño en las montañas que le enseñó Baguazhang y un conjunto de Qigong con las instrucciones de la respiración, la formación movimientos coordinados con los sonidos específicos, y las recomendaciones dietéticas.
Da Liu también expresó de que su amo tuvo tanta longevidad al hecho de que realiza los ejercicios todos los días con regularidad, correctamente y con sinceridad.
En un artículo publicado en una página del diario The New York Times, se informaba sobre su increíble vida y se citaba la respuesta que tenía Li al secreto de su larga vida:
"Mantén un corazón tranquilo,
siéntate como una tortuga,
camina rápido como una paloma,
y duerme como un perro".
Su dieta se basaba principalmente en el arroz y en el vino de este cereal. También consumía ginseng y una planta poco conocida, la Centella asiática (Hydrocotyl asiática). Muchos científicos de la época se burlaron de esto y no le dedicaron atención al tema, pero unos pocos visionarios fueron un poco más allá. Jules Lepine, bioquímico francés, encontró un poderoso alcaloide de efectos rejuvenecedores en las semillas de dicha planta.
Los herboristas saben de un factor de longevidad que posee la planta ‘Vitamina X de la juventud’ para el cerebro y las glándulas endocrinas’ y también extractos de la planta se usan para tratar problemas de circulación y de piel.
Se consume en ensalada. El jugo de las hojas sirve para la hipertensión arterial; también como tónico. Un emplasto o cataplasma de hojas se usa para tratar llagas y úlceras.