Antes de nada, tengo que decir que lo que van a leer la continuación, no es algo de lo que yo me haya enterado por mi cuenta. Este mensaje fue escrito por una supuesta mujer cuyo nick era "Pilar" en un foro llamado http://www.cotilleando.com/ y que aparece publicado aquí en el año 2004, una mujer que asegura disponer de fuentes cercanas a la Casa Real española.
Estar en contra de los Borbones ha traido serios problemas de salud pero estar con ellos también. Recuerdo las palabras de una mujer que me dijo: "Es que relacionarse con La Casa Real es como jugar a la ruleta rusa: puede salir bien o mal. Por eso, les recomiendo que si quieren garantías de vivir una vida longeva, no se relacionen con esta gente.
El ejemplo más reciente en el tiempo de los problemas de salud que acarrea aguantar a Los Borbones, es el suicidio Erika Ortiz Rocasolano, la hermana de Letizia, actual Reina de España. La forera Pilar asegura que Letizia Ortiz Rocasolano intentó suicidarse años atrás cuando era Princesa de Asturias después de una discusión con Felipe de Borbón, actual Rey de España cuyo origen estaba en la infidelidad de Felipe con "vacas nórdicas"....huuum, creo que hay una ex top model noruega por ahí que podría aclararnos algo, pero dudo que lo haga. De los cuernos pasaron a hablar de la función reproductora femenina y del papel de la mujer española en la moderna monarquía del S.XXI. Mejor lean todo el texto, que no tiene desperdicio.
“Cuando te asomas al abismo, el abismo también se asoma dentro de ti” (F. Nietzsche)
Teníamos pergeñado un artículo sosegado y reflexivo, encaminado a analizar el concluyente vuelco protagonizado en el seno de la opinión pública, de unos (pocos) meses a esta parte, con respecto al tema de “su” Monarquía, un vuelco que se evidenció de forma particularmente notable con ocasión de la más reciente celebración en Familia, otra boda de primos; a la chita callando, como avergonzados, los diferentes miembros de la Realeza salieron ese día de los coches con las orejas gachas y se dirigieron, con gesto apesadumbrado, hacia la Iglesia, mientras una exigua “multitud” de cuatro gatos asistía al tétrico despliegue en una actitud que, siendo derrochadoramente generoso, podría calificarse de indiferencia fría, rayana en lo hostil; ni jaleos arrebolados, ni pañuelos, ni palmas; algún comentario curioso, algún atropello de los más presumidos por salir en la “tele”, y poco más; los viandantes, ajenos a la parafernalia decimonónica que súbitamente invadía el empedrado de “su” barrio, veían desfilar a los pingüinos con una mueca entre irónica y burlona, como diciendo “no, no, mire usté, yo soy una persona seria, de las de verdad, de las que se ganan la vida trabajando, nada que ver con esta pandilla de titiriteros que sabe Dios de donde salen, a mi no me mire usté, será que el Circo ha llegado a la ciudad, pídale un par de conejitos al de la chistera”...por lo que a ellos tocaba, igual podrían haber emergido de una cápsula extragaláctica recién aterrizada. De pronto, una voz juvenil, de niño casi, camuflada entre el gentío, suelta un “¡¡fuera Parásitos!!” con sordina, que hace sonreírse a la concurrencia y estallar en carcajadas a tres o cuatro mocitas, rendidas admiradoras de su temerario galán; uno de los sabuesos se envara, pero viendo que no hace al caso, lo deja correr, mientras las caras en el cortejo se avinagran aún más si cabe, y aceleran el paso. En resumen, todo un espectáculo, una esperpéntica fantasía churrigueresca que da a la expresión “out of touch” un inédito y premonitorio significado...Y lo gracioso del caso es que, encima, se enfadan...es decir, podría comprenderse, hasta cierto punto, la amargura de JC o de Sofía ante la cruel ingratitud de la chusma, siempre tan tornadiza y levantisca, pero lo que tiene bemoles es que los niños, que no han hecho en toda su vida otra cosa que darse la gran vida a costa de los tributos generales, y que se capuzan en el lodo hasta las cachas en cuanto tienen un décimo de ocasión, sean los que más tuerzan el morro...en fin, como decimos, planeábamos dirimir sobre esto y aquello, sobre la bochornosa situación que nos fuerzan a coprotagonizar y sobre la todavía más bochornosa manipulación de los “informadores comprometidos con la verdad, hasta la última gota de su sangre” (de la bodita de marras colocaron después en TV el disco de los aplausos, nos contaron como “fascinaron una vez más” los Elegidos para la Gloria, y arreando, en la Copa Davis los pitos fluyeron como un torrente, y eso que era Sevilla, el último bastión, pero se les trató de vender con la victoria, como si los raquetazos los hubieran dado ellos), íbamos a meter una frasecita crepuscular aquí y una cita de Plutarco o de Chejov allá, pero un suceso trágico y probablemente definitivo nos ha obligado no ya a rescribir completamente este artículo, sino a plantearnos desde cero la situación en su conjunto.
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Letizia estuvo a punto de vivir rápido, morir jóven y dejar un bonito cadaver. |
Letizia ha intentado suicidarse
Ha sucedido en la “Casita” del príncipe, tras su regreso de Extremadura. El mes empezó mal y fue a peor. Primero, los cortes de tráfico y grúas en pleno centro de Madrid, para que la princesa visitara más a gusto a sus sastrecillos valientes, (lo que contó Peñafiel es rigurosamente cierto, Santa Bárbara Bendita, “Seminario de Economía”, pero bueno, una vez más, ¿quién requetecuernos diseña las coartadas en Zarzuela?). A la problemática de Seguridad se añade ahora la necesidad de ocultar a la de Asturias de todas las miradas, puesto que, dado su lamentable estado, cualquier aparición pública ha de llevarse a cabo bajo condiciones rigurosamente controladas. Después, el embarazo de Cristina (a quien felicitamos de todo corazón, con independencia de lo demás); esa fue probablemente la gota que colmó el vaso, porque ayudó a focalizar, de forma condensada y lapidaria, toda la interminable sucesión de conflictos interiores sufridos por nuestra desgraciada protagonista, que podrían resumirse en uno solo: esto no es lo que esperaba. Su desazón al conocer la noticia ascendió a tal grado que la llevó, en una reacción totalmente imprevista y “naif”, a pasearse sin ningún cuidado por Internet, dejando un rastro tan evidente que exigió, de forma inmediata, la torpe y atropellada actuación de los servicios de fontanería de Palacio (ha dejado mensajes en varios foros, de ahí los ataques), acarreándola semejante patochada, no podía ser menos, un severo tirón de orejas por parte de sus suegros. Y como consecuencia de todos estos episodios, pocos días después se desató la tormenta; Felipe y ella mantuvieron anteayer noche una tremenda discusión, en la que Letizia se explayó a gusto, liberando de un golpe todo su repertorio de reproches y quejas; me has engañado, me prometiste que haríamos historia, que gracias a mí la Monarquía entraría en una nueva fase de progresismo, identificación con las clases medias, igualdad de género, que el día de mañana se escribiría de mí como Letizia I, la Reina del Pueblo, la mujer que actualizó la rancia institución Monárquica, instruyéndola en los avances conquistados por la Revolución Francesa, y que la gente así lo entendería, y me respetarían y me admirarían por ello. Pero todo es mentira; lo cierto es que todos me odian, me desprecian, me humillan, no se me permite hablar en público, y hasta cuando quiero pisar la calle tengo que salir a hurtadillas, porque tu elegantísima familia tiene miedo de que les deje en ridículo. ¿Y de qué c... tengo que avergonzarme? ¿qué coj... le debo yo a tu “perfecta” familia?. Desde los catorce años llevo buscándome la vida, nadie nos regaló nada cuando mi padre nos dejó, todo lo que tengo me lo he ganado yo solita, con mi esfuerzo y mi inteligencia, y no como otros niños bonitos, que nunca han tenido que dar un palo al agua...¿qué hace pensar a tu Papá que no soy capaz de expresarme correctamente ante una cámara?, ¿por qué tengo que soportar que a los míos se les marginara el día de la boda, o que tu Mamá les mire por encima del hombro?, te aviso, estoy hasta los co..., y como esto no cambie a partir de mañana, lo mando todo a la m..., y si quieres te buscas a una de esas vacas nórdicas que tanto te gustan, seguro que con esas inmensas ubres lecheras se les da muy bien eso de no ser más que máquinas paritorias, pero yo tengo otras metas en esta j... vida, así que no me toques más los c..., ..., ..., etc. Felipe, por lo visto muy excitado, le contestó que no era culpa suya que estuviera demasiado delgada como para enseñarla, o que fuera preceptivo camuflar su enfermiza figura tras esos opacos guardapolvos grises, que desde el principio le había explicado que la vida institucional era muy “sacrificada” (El es sin duda el mejor ejemplo viviente de ello), y que en cuanto a lo de parir, para eso estaba, que ya que no servía para otra cosa, por lo menos procurara no c...la en eso. Nunca debió de pronunciar esta frase terrible, porque fue casi con total seguridad lo que desató la espantosa respuesta de la princesa, ya que es la terrible presión que soporta con respecto a este tema lo que la desquicia. Ella, tan defensora siempre de los movimientos de “liberación” feministas, apoyando toda su vida las teorías según las cuales “la reproducción es, para la mujer, una opción más, que no debe, en absoluto, condicionar sus expectativas ni determinar sus prioridades”, se encuentra ahora bajo la asfixiante losa de su presente realidad, y el hecho de que esa “opción más” sea lo único que justifica no ya su existencia laboral, sino incluso personal, y por encima y ante todo, el hecho de no ser capaz de cumplimentarla, es lo que la consume, lo que envenena su sangre, lo que convierte su pecho en una permanente brasa al rojo vivo que achicharra su alma y carboniza sus entrañas. Y cuando su ayuda de cámara, por así llamarla, alarmada por la tardanza de Doña Letizia, irrumpió en su habitación a la mañana siguiente, se la encontró semi-inconsciente, balbuceando algo entre dientes, fría como una lápida; se había tomado una docena de somníferos (de los cuales nos reservaremos la marca, por no dar ideas), y yacía inmóvil sobre la cama. De inmediato la trasladaron a la clínica Ruber, y gracias a la rapidez del lavado de estómago (pues no hacía ni una hora que había ingerido las pastillas), y a que la dosis, pese a todo, no era irremediablemente letal, pudieron recuperarla, al parecer sin efectos secundarios, pero no hará falta ni mencionaros las gravísimas consecuencias que, a nivel político y social, pueden arrostrar sucesos como los narrados para España...planeaban no obstante partir para Valencia de acuerdo con el programa, el show must go on, al precio que sea...
Cuando empezamos en esto, nos planteamos varias cuestiones, porque, frente a lo que alguno pudiera pensar, nunca hemos abrigado en nuestro interior la más mínima intención destructiva, sino todo lo contrario. La decisión de hacer públicas estas descorazonadoras realidades implicaba un alto grado de responsabilidad, y tuvimos que sopesar cuidadosamente los pros y los contras. Nuestro grupo nunca ha perseguido una definición política o incluso ideológica concreta, más allá de un instintivo feeling de la ética más elemental (llámese judeo cristiana (Nuevo Testamento), la perspectiva moral en la que por razones histórico culturales estamos inmersos, sea un@ creyente o no, llámese Estado del Bienestar con giroscopio social incorporado, llámese vive y dejar vivir, disfruta de tus derechos mientras estos no entren en colisión con los de tu vecino). Aunque somos Republican@s en sentido abstracto, como lo es la inmensa mayoría de la población, por entender que toda esta ridícula parafernalia montada alrededor de los pretendidos “Hijos del Cielo” está completamente fuera de lugar, estábamos dispuestas, dadas las peculiares circunstancias de nuestra piel de toro, a apoyar una Monarquía con tasa de retorno de inversión positiva, y entendíamos que esta lo iba siendo. Pero nos encontramos de la noche a la mañana con una situación kafkiana, en la que de pronto, sin la menor necesidad, motivo o justificación posible, se nombraba a la zorra (o mejor dicho, al zorro), Guardián Vitalicio de las gallinas. Cuando concordábamos en mantener una Institución trasnochada con la idea de apoyar la estabilidad, después de tanta hiel tragada a la fuerza, ese amarguísimo Jarabe del Perdón y del Olvido, descubríamos con estupor que todo era una patética Farsa. La actuación de los mass media, intolerable, revulsiva, acabó con la tal vez ilusa confianza de varias generaciones en su sistema “democrático”. Aun así y todo, dudamos. Veréis, frente a las piaras de cortesanos babosos que hozan en las corresponsalías, frente a los inconfesables intereses multimillonarios de los magnates bien apoltronados, hay una minoría de personajes que han callado (y callan) por sincera convicción interior, por Razones de Estado. Piensan que la estabilidad, ese valor tradicionalmente tan poco abundante en nuestras latitudes, no ha de ponerse en peligro bajo ninguna circunstancia. Nosotr@s también dudamos, porque en absoluto buscábamos agitar gratuitamente la caja de los truenos, tirar de los bigotes al dragón durmiente, jugar a aprendices de brujo. Lo último que proyectábamos era hacerle el caldo gordo a los pequeños grupos de fanáticos que, manipulados desde la sombra por soeces personajes con su propia agenda siniestra, aspiran a aprovecharse de las aguas revueltas. Pero la cosa, en el fondo, estaba clara. Lo que está por suceder, sucederá, y no tendrá nada que ver con que nosotr@s lo comentemos. Si hay aquí algún elemento de caos, algún atractor extraño que distorsione el actual status quo, que pretenda “cargarse” la Monarquía, ese es el señor Felipe de Borbón y Grecia. Tampoco simplifiquemos términos. Nunca hemos criticado a Letizia por ser divorciada (¿quién somos nosotras para juzgar eso?), ni por tener más o menos amantes (cada un@ es muy libre de hacer de su capa un sayo, de entender su vida sexual a su manera), ni desde luego por provenir de una familia con más o menos poder adquisitivo (estaría bueno, hasta ahí podía llegar la broma, la tierra no mancha, y el motivo de vergüenza lo podrá constituir, en todo caso, la forma de ganar el dinero cuando esta es indigna, no que la cantidad ganada honradamente sea más o menos abultada). En cuanto a esas memeces que pretenden aducir sus defensores, que disgusta su “origen plebeyo”, por favor, la tradición en este país es muy otra, aquí se ha hecho siempre bandera del orgullo y de la llaneza, no del servilismo rastrero y del sistema de castas “impermeabile”...porque tampoco vayáis a pensar que los Ortiz-Rocasolano necesitan avergonzarse demasiado delante de los Borbón-Grecia, ambos clanes tienen mucho por lo que callar, ambos están bastante por debajo de la “media nacional” en cuanto a seriedad y compostura se refiere, y, echando mano del extendido repertorio de máximas que un hombre muy sabio desarrolló, a partir de la universal e imperecedera idea de que escupir hacia arriba suele resultar de lo más anti-profiláctico, setenta veces siete, la viga en el ojo ajeno, no juzguéis y no seréis juzgados, nos libraríamos mucho de tirar la primera piedra, y concederíamos sin titubear el argumento de que pudiera haber sido hasta peor, y una vez apalancadas bajo este prisma, la pública desnudez de la princesa, siendo cuando menos chocante, tal y como nos habían vendido la imprescindible “ejemplaridad” de una Reina, tampoco tendría que suponer un obstáculo trascendente, por lo visto Luis XIV departía semanalmente con sus consejeros sentado en un orinal. ¿Inestabilidad afectiva, infidelidades, falta de respeto por los lazos matrimoniales, sacros o laicos, recayendo sobre si misma o sobre otros?. Pase. El tema de la Caja Fuerte, sentencias judiciales de un Símbolo Constitucional bajo llave, eso si que parece de todo punto insoslayable, pero en fin, ya puestos...por nuestra parte, nos adscribiríamos por completo a la genial sentencia Cervantina, que con rotundidad cuasi-evangélica nos advierte de que “Cada cual es Hijo de sus Obras”. Y ese es el problema. Estos dos no sirven, en el mejor de los casos, su perfil no se adapta al cargo, se requieren Reyes que sirvan para limar tensiones y asperezas, no para crearlas; son dos caracteres insulsos y egoístas, dos individualidades impresentables por separado que al juntarse desatan una sinergia de impresentabilidad que se va fuera de escala. Si es cierto que las mareas político-sociales conforman el continuum resultante del agregado de la suma de las acciones individuales y sus miríadas de interacciones, cada cual amontonando su granito de arena en el proceso que Papá Tolstoy definió como “Diferencial de la Historia”, la sola presencia de estas dos subpartículas de elevada carga negativa en el horizonte de sucesos bastará para impulsar al país a una órbita de inestabilidad cuántica de un crítico (que nos perdonen los físicos por este batiburrillo sin pelar, nos ha venido así) que no se va a poder aguantá, vamos, que de forma inexorable van a liarla, la han liado ya, y aquí no hay quien meta la marcha atrás. Felipe es desde luego el auténtico culpable, su egoísmo, su gravísima irresponsabilidad, su falta de visión le incapacitan de modo terminante para constituirse en nuestro próximo Jefe de Estado. ¿Qué se piensa, que cuando se divorcie de esta pobre infeliz le vamos a seguir aguantando su siguiente excentricidad, y la siguiente, y la siguiente?...Se equivoca; de un irrevocable plumazo ha echado por la borda todos nuestros sacrificios, ha convertido el delicado y cuidadoso guión “Made in Heaven” en un culebrón tombolero más, y eso es U-N-F-O-R-G-I-V-E-N....y en cuanto a la infortunada princesa, ya os la hemos descrito, realmente en las últimas, ahogada en su estanque dorado, incapacitada para concebir descendencia (de momento, cualquier “utopía” de inseminación artificial está por supuesto paralizada)...le recomendamos encarecidamente que, cuando todo esto se derrumbe, salga del país en el primer avión, porque los limacos que tanto la han alabado se arrojaran a su yugular como ratas rabiosas...En resumen, que por todo hubiéramos estado dispuest@s a pasar por encima, a transigir y a callar, si hubiera sido posible apreciar el mínimo destello de luz al final del túnel, el menor propósito de enmienda, pero el problema aquí no es el Pasado, sino el Futuro, y que nosotras relatemos o dejemos de relatar lo que está ocurriendo es irrelevante, porque será como siempre el tiempo (que hasta ahora tampoco nos ha tratado tan mal, ¿no?), quien dará o quitará razones, y a la larga (no muy larga ya), pondrá a cada uno en su sitio.
Y sin embargo, pese a todo, no vamos a continuar. Los temperamentos melancólicos, incapaces de pasar a cuchillo a los habitantes de una ciudad y apilar sus cabezas bajo las murallas, o de emprenderla a cañonazos con la turba desarmada, no están destinados a escribir la historia, en todo caso a sufrirla; las buenas personas han de conformarse con una conciencia limpia, un sueño tranquilo y, con suerte, el cariño y respeto de sus allegados. Y nosotras aspiramos a formar parte de este grupo. Una cosa es teorizar en plan abstracto sobre la Sociedad, las Instituciones, el Estado, y otra muy diferente observar la cara pálida y desencajada de alguien que ha intentado quitarse la vida, de una persona víctima de su propia naturaleza, cuyo destino pende de un hilo sobre el abismo. Alguna vez llegamos a pensar si no se nos estaba yendo un tanto la mano por el lado de lo apocalíptico, pero al final tan lamentables acontecimientos han dejado pequeños todos nuestros posibles excesos románticos, (y creednos, nos hubiera encantado equivocarnos). En ciertos sótanos húmedos y oscuros (es una forma de hablar, porque algunos son despachos de lo más reluciente, muy bien iluminados), ya se ha empezado a trabajar con simulaciones “límite”... Princesa, lleva cuidado; no se trata de caer en manías persecutorias (sólo le faltaba eso a la pobre, que se adueñe de su cabeza la idea obsesiva de que su familia política la quiere quitar de en medio), pero ándate con muchísimo ojo. Por nuestra parte, preferimos atenernos a los límites marcados por un talante raskolnikoviano, dentro del cual el fin no justifica los medios, y ninguna decisión sobre vidas humanas puede pretender tomarse más allá del bien y del mal, y desmarcarnos impolutas ahora que aún es cuando, no queremos tener que ver nada con todo esto, es pedirnos demasiado. Lo dejamos aquí.
Como tantas veces hemos indicado, nunca hemos sido “profesionales” de la expresión escrita, fueron las circunstancias las que nos empujaron. Pero las personas sobre las que ha recaído la tarea de redactar estos mensajes no pueden por menos de confesar que han experimentado, durante estos últimos meses, el cálido y hormigueante cosquilleo producido por el gusanillo de la “literatura”, la agradable sensación de ser leídas, comentadas y, en según que casos, hasta imitadas (la imitación es una de las formas más antiguas de halago, y halagadas nos sentimos). Si creéis que podría merecer la pena, haríamos lo posible por crear nuestra propia página web, donde colgaríamos artículos de opinión o hasta de ficción (esa “cómoda” vía de escape que permite realizar juicios de valor sin tener que afrontar de forma directa las descarnadas consecuencias). Por un lado, pensamos que podríamos hacerlo bastante mejor, porque, de todos estos posts referidos a La Farsa, apenas hemos trabajado un poco dos o tres, ya que la finalidad perseguida no era el perfeccionismo formal sino transmitir información, así que los hemos escrito del tirón, repasándolos someramente un poquillo al final, para evitar repeticiones poco eufónicas o expresiones incorrectas, y nada más. Por otro, es quizás nuestra falta de pretensiones lo que nos ha ayudado, y de intentar ser más trascendentes, fracasaríamos. Es muy difícil juzgarse a un@ mism@, quizás más allá del morbo que puedan provocar las censuradas desventuras de Letizia somos un muermo insoportable, así que, a vuestra opinión nos remitimos. Vaya por adelantado que, de crear dicha página, (tendríamos que estudiar el tema comercialmente, pues debería proporcionar algún tipo de beneficio o, cuando menos, autofinanciarse, tenemos muy poca experiencia en ese campo, también aceptaríamos consejos sobre el particular), no escribiríamos más sobre la ascensión y caída de la malhadada princesa, sería inmoral tratar de lucrarse con un tema tan triste. Y si no vale la pena, pues nada, haremos un definitivo mutis por el foro, y nos dedicaremos a otros menesteres.
Aprovechamos para enviar desde aquí nuestra más jubilosa felicitación elevada al cuadrado a todas aquellas que van a ser madres y amamantarán a sus retoños con su propio esfuerzo y sudor, de seguro esa leche ha de manar mucho más “entera”, resultar mucho más dulce al paladar.
Serpiente-resaca-canuto-espumadera (hay que ver lo rencorosillo que eres, Alberto...quien sabe, quizás tengas razón. Por favor, los de Madrid explicad al resto de que va la cosa). Feliz Navidad (con perdón) y Próspero Año Nuevo.
Un saludo a todos. Hasta siempre.