David Icke denuncia que la elite mundial quiere exterminar a gran parte de la población a través de las vacunas, alimentos modificados genéticamente, flúor y otros tóxicos e el agua, hambre, enfermedades y la radiación. Según Icke, el Doctor Richard Day confesó en 1969, que también se aplica la eutanasia y la ingesta de pastillas para acelerar la muerte, especialmente entre los ancianos. La política de la elite ha influido negativamente en la calidad del esperma. David Icke asegura que Monsanto y Dupont montaron una empresa conjunta para comercializar un gen injertado dentro del maiz transgénico y así esterilizar la población estadounidense.
Icke revela que existe un Consejo Rural de la Casa Blanca pero no para ayudar a los ciudadanos pertenecientes a las comunidades rurales de EE.UU. sino todo lo contrario. Existe la llamada Agenda 21 que promueve el ecofascismo a través de la imposición de una creciente legislación que dificulte la supervivencia de los pequeños agricultores, ganaderos, campesinos, pequeños propietarios hasta lograr su expulsión. Las corporaciones pretenden apoderarse de las zonas rurales con la colaboración de la clase dirigente y monopolizar el cultivo, producción y distribución de alimentos.
Lo que nos cuenta David Icke es una realidad que puede fraguarse por completo sino actuamos contra los abusos del poder. La creciente intromisión del sistema en zonas rurales acaparando vastas extensiones de territorio y el hacinamiento en guettos de la mayoría de la población recuerda y mucho al argumento de la película Elysium pero también a un suceso acaecido recientemente en el estado de Nevada (EE.UU), la disputa del ranchero Cliven Bundy contra una expropiación injusta por parte de las autoridades. Supuestamente, las autoridades tenían como objetivo proteger a unas tortugas salvajes que residían en los territorios propiedades de varios rancheros mediante la promulgación de una ley. Pero se descubrió que el senador Reid estaba destruyendo directamente los medios de vida de los ganaderos estadounidenses que trabajan duro con el fin de beneficiarse de futuros acuerdos con empresas chinas de energía y construir un complejo de paneles solares. El contencioso entre ambas partes, atrajo a agentes federales para efectuar la expropiación pero también a numerosos miembros de las milicias y simpatizantes dispuestos a defender la propiedad del ranchero Cliven Bundy. De momento, los seguidores de la bandera de Gadsden se han apuntado una victoria momentánea después de que las autoridades diesen marcha atrás en su propósito.