“Encuentro en las Pléyades” es la historia de Preston B. Nichols que fue llevado a las Pléyades, donde recibió una educación científica cuyos horizontes se extienden mucho más allá de los de cualquier disciplina que se enseñan en nuestras universidades.
Sobre la edad de quince años fui transportado en una nave espacial a una pequeña base situada en una de las lunas de Júpiter. Creo que fue Europa. Allí fui examinado y me hicieron muchas pruebas. No tengo malos recuerdos de la experiencia. De hecho, fueron bastante buenos. Incluso recuerdo haber comido como un rey. También me mostraron sus formas de diversión, que eran muy similares a las nuestras. Tenían cine, videojuegos, etc. Estaba claro que estos seres eran básicamente humanos y que disfrutaban de las mismas cosas que nosotros.
Después me pusieron de nuevo en la nave para un viaje que duró lo que yo pensé que era un día terrestre. Pronto desembarqué en un mundo muy hermoso, verde y exuberante, que ellos llamaban Alderón. Entonces me llevaron por ciudades que tenían altas torres y edificios hechos de lo que parecía cristal. El cielo era azul y las vistas eran increíblemente hermosas. El aire era tonificante, sin contaminación. Me dijeron que el agua era muy pura. Tiempo atrás habían tenido problemas con la contaminación, que se había filtrado hasta la cadena alimenticia. Los corrigieron y hacía tiempo que habían quedado subsanados.
La fauna y la flora de Alderón es muy parecida a la de la Tierra. La atmósfera es más rica en oxígeno que la de la Tierra, con un contenido de un 28 a un 30 por ciento. La luz solar parece similar y la distancia de su Sol es más o menos de 148,800,000 kilómetros. diferencia principal entre la Tierra y Alderón está en las construcciones y los paisajes. Allí donde nosotros tenemos ciudades llenas de carreteras, asfalto y casas, su planeta está dominado por la fauna y los jardines. Existen amplias llanuras herbosas y bosques así como grandes zonas de selva primigenia.
Lo que yo vi fue un entorno ajardinado de belleza absoluta, donde los edificios estaban colocados de tal manera que acentuaban el jardín. La idea de este entorno era que el ecosistema tenía prioridad. El reabastecimiento de oxígeno estaba en el primer puesto de la lista y la civilización humana se colocaba como un adjunto al jardín. Se suponía que no debía destacar, sino más bien mezclarse con el entorno ajardinado.
Me acompañaron a hacer una visita guiada de la ciudad. Las personas tenían un aspecto humano y parecían gozar de muy buena salud. No parecían estar controlados ni drogados. Por lo que me dijeron, los distintos individuos del planeta hacían aquello para lo que estaban mejor dotados, según lo que ellos querían hacer. No tenían sistema monetario tal como lo conocemos nosotros.
Los edificios eran construcciones de tipo rectilíneo similares a los de nuestro mundo, excepto que las esquinas eran redondeadas. No tenían tejas ni nada parecido. Las paredes exteriores formaban una superficie uniforme con las ventanas, para mantener una fachada lisa. Algunos de los edificios parecían ser construcciones metálicas, mientras que otros parecían estar hechos de piedra.
Existían diferentes gamas de colores, pero todos estaban diseñados para complementar el paisaje. Aunque ninguno de los edificios tenía forma de cúpula ni redonda, algunas de las estructuras tenían ventanas abovedadas que sobresalían como burbujas semiesféricas.
El interior de las estructuras me confundió y no supe dilucidar cómo estaban construidos los edificios. No existían paneles ni junturas que mostraran cómo encajaban las partes. Parecía como una sola pared sin forma. No vi ninguna soldadura en las paredes, y me pregunté si toda la configuración podría ser formada en un gran molde y colocada después en su lugar. Los interiores eran muy sencillos y normalmente de un único color. Todo era muy conservador, sin rayas ni dibujos con complicados.
Los muebles eran modernos pero también sencillos y parecían estar moldeados en plástico. El mobiliario era similar a los edificios, en el sentido de que no se podía ver cómo estaba construido. Tenían sillas reclinables con palancas (pero no tuercas).Le di la vuelta a una palanca para examinarla pero no pude comprender el mecanismo.
Los hogares de los nativos consistían normalmente en unidades familiares. La mayor parte de ellos estaban distribuidos con buen gusto por todo el paisaje. Aparte de las esquinas redondeadas y las fachadas planas, se parecían un poco a las casas suburbanas de la Tierra, excepto que allí se confundían con el entorno. Los interiores de las casas también estaban amueblados de forma sencilla, con colores sólidos. Había un tipo de arte que era realmente hermoso. Consistía básicamente en representaciones de los emplazamientos naturales del planeta. Una pieza de arte representaba una granja. Tenían algunas granjas, aunque gran parte de sus alimentos eran sintéticos. También tenían pantallas de observación con un sistema de sonido, pero no pude ver altavoces. Puede que el audio pasara directamente a los sentidos. No lo sé.
No existían calles tal como nosotros las conocemos. El transporte se realizaba a pie o mediante un artefacto de transporte público que te podía enviar a cualquier lugar deseado. Cada casa tenía una terminal para este servicio de transporte. No existía ningún tipo de vehículo.
Después de la visita a la ciudad me llevaron a lo que denominaban un centro de educación. Allí pasé por un proceso que me dijeron me daría el equivalente de cuatro doctorados diferentes en la Tierra. Los temas eran física, electrónica, psicología y teología. Me dijeron que, con el tiempo, este conocimiento saldría a la luz durante, mi vida en la Tierra.
Mientras recibía esa educación, también me llevaron a su centro médico y me hicieron unas pruebas. Eliminaron los problemas neurológicos que sufría, lo cual explica por qué mi torpeza desapareció prácticamente de la noche a la mañana. También me liberaron de mi soplo cardíaco. El médico de la familia dijo que había sido un milagro. Me había examinado el corazón y había encontrado claramente un soplo. Un mes más tarde ya no estaba, pero no sabía por qué. Fui sometido a mas pruebas neurológicas, pero descubrieron que no tenía ningún tipo de problema de control. No hace falta decir que yo estaba muy contento con mis nuevos amigos de las Pléyades.
Los Pleyadianos son personas como usted y como yo, sólo que más evolucionados. Existen desde hace mucho más tiempo que nosotros y viven más años. Su vida es de unos 1.000 años pleyadianos, lo que equivale a unos 700 años terrestres. La mayoría de ellos tienen un aspecto casi como copias exactas unos de otros. Todos tenían el cabello rubio y los ojos azules, pero sus personalidades eran diferentes. Su vestimenta era sencilla y normalmente de un color. Los problemas de salud eran prácticamente inexistentes.
Mientras yo recibía mi educación, me iba a casa por la noche con el científico en jefe. Los pleyadianos tenían habitaciones para sus hobbies y la suya era un laboratorio situado en la parte trasera de la casa. Ocupaba todo el ancho de la casa y probablemente mediría unos 30 x 9 metros. Estaba muy bien equipado y tenía un aspecto impecable. Consistía en electrónica muy avanzada y sólo algunos de los artefactos tenían controles fácilmente reconocibles. También era éste el caso de los aparatos electrónicos que vi en los centros gubernamentales y científicos.
Este hombre coleccionaba tecnología antigua de la misma manera que yo colecciono antiguos equipos de radio. Era su hobby y disfrutaba con él. Me dijo que algunas piezas de su colección tenían miles y miles de años. Algunas incluso se parecían a equipos que podríamos ver actualmente en la Tierra. Al parecer, las instalaciones de investigación pleyadianas tenían instrumentos como los nuestros porque este equipo es probablemente el más versátil para la investigación y el desarrollo. No hay nada que pueda sustituir a un hombre frente a su banco de trabajo y probando un circuito. Creo que no existe ninguna duda de que nuestra civilización está basada en la suya. Incluso vi asientos que funcionaban de manera muy similar a la Silla de Montauk.
El científico en jefe era mi guía principal, aunque había otros. Me enseñaron cosas sobre su sistema estelar y sus aficiones culturales.
Existen seis planetas dentro del grupo estelar conocido, como las Pléyades que componen la sociedad a la que me referiré como «pleyadiana». Tres de estos mundos son muy parecidos al nuestro cuando al tema del desarrollo físico. Arian es el centro filosófico. Alderón es el centro técnico donde tienen lugar los proyectos científicos y de producción. Aldebarán es el nombre del planeta que contiene el centro de defensa. Éste es el grupo que combate en sus guerras y es algo así como un grupo escindido del resto de la cultura pleyadiana. Son muy protectores con sus compañeros pleyadianos, a veces en exceso.
Los otros tres planetas que componen la sociedad pleyadiana no están poblados por criaturas del tipo humano. Los seres de estos planetas son energía pura. En uno de ellos reside el consejo superior (no físico).Se trata de los doce superseres que rigen la cultura pleyadiana. Cada uno de los doce tiene igualdad de opinión. Literalmente tienen el bien de todos en su corazón y en nuestra cultura los podríamos equiparar a los ángeles. Ninguno de los seres pleyadianos cuestiona al consejo ni lucha contra ellos. Nunca se ha dado el caso.
El lector podrá comprenderlo más fácilmente si le digo que nunca he oído una decisión tomada por el consejo que no fuera la correcta. Estoy hablando de una sociedad libre y armónica que nosotros consideraríamos una utopía. El motivo principal por el que han alcanzado este estado evolucionado es que desarrollaron una conciencia colectiva que les une a todos ellos. Este lazo se manifiesta en las mentes individuales de los pleyadianos como una voz con la cual se puede conversar. No se trata de una cacofonía de voces ni tampoco da órdenes ni intenta controlar a nadie. Es más como un compañero o un consejero.
De esta manera, todo pleyadiano accede a una parte de la conciencia colectiva mientras conserva su propia individualidad. Si la humanidad estuviera unida de una forma así, creo que no existirían guerras ni delincuencia en la Tierra. En realidad ya disponemos de esta facultad, pero es un lazo inconsciente que todavía no conocemos a nivel consciente. Sé que está allí porque personalmente he desarrollado un vínculo con la conciencia humana terrestre, pero no escucho una voz como en el caso de la conciencia pleyadiana. Si desarrolláramos al máximo esta facultad, probablemente se manifestaría como una voz.
La voz pleyadiana normalmente sólo me aconseja o me dice dónde puedo encontrar las respuestas a diferentes cuestiones. A veces me exaspera porque no quiere contestar a preguntas directas, sino que solamente me dice donde encontrar respuestas.
De acuerdo con lo que aprendí, la historia de la civilización pleyadiana remonta a la antigüedad.
Tiene más de 100.000 años terrestres y se originó en lo que ellos llaman el Viejo Universo.
Atravesaron una barrera y entraron en esta parte de nuestra galaxia.
Se instalaron entre las siete estrellas hermanas que en nuestros planisferios aparecen con el nombre de Pléyades. Están muy seguros de que fueron unos colonos cuyos orígenes no pertenecen a esta galaxia.
Su definición del Viejo Universo resulta algo confusa. Es algo así como el universo que el Creador creó originalmente y se parece un poco a la saga de la Guerra de las Galaxias de George Lucas. El Viejo Universo se parecía mucho a éste. Existían ciertos problemas, así que creamos nuestro propio universo (este universo físico) y atravesamos barreras para entrar. Nada de esto está muy claro y los recuerdos son algo así como una memoria genética. Muchas personas conectan con el Viejo Universo en sus sueños.
Los pleyadianos me dijeron, que creían en un Creador. Cualquier ser con una parte del Creador (nosotros llamaríamos a esta «parte» el alma) es un hijo del Creador. Dijeron que Jesucristo era una proyección del subconsciente colectivo de nuestro planeta. Éste es el aspecto que a nosotros nos conecta con el Creador. Cristo apareció en la Tierra con el ánimo de «darnos un buen empujón» para que volviéramos a funcionar de nuevo en armonía con el Creador.
No conozco todo el programa de los pleyadianos. Por lo que puedo deducir, parece que es doble. En primer lugar, nos quieres ayudar a los de la Tierra porque creen que uno de los pasos clave para la evolución de esta galaxia empieza en este planeta. También les gusta ver que las cosas siguen su curso natural porque creen firmemente en el naturalismo. Su otro programa es antropológico, en el sentido de que su interés está motivado por su creencia de que nosotros estamos experimentando actualmente lo que ellos pasaron hace cientos de miles de años. Su civilización empezó de modo muy parecido a la nuestra y al estudiarnos a nosotros y a otros grupos similares de la galaxia, ellos también aprenden.
La filosofía pleyadiana es muy simple. Actúan guiados, por una estricta «política de no interferencia» aplicable absolutamente a todo el mundo, incluyendo ellos mismos. Están concebidos para ser una sociedad totalmente libre. Lo que quiero decir con ello es que se anima a todo individuo a que escoja una misión o un trabajo.
Siempre y cuando ese trabajo encaje y sea productivo para la sociedad se le da al individuo todo lo que necesita.
En las Pléyades no existe la delincuencia tal como la conocemos nosotros. Al formar parte de una conciencia colectiva, cualquier delito cometido sería contra ellos mismos. Mientras formen parte del colectivo y se atengan a las filosofías del mismo, no puede existir ningún delito. El único delito que un pleyadiano puede cometer, y ciertamente sería el peor, sería interferir en otra persona o civilización, quiero hacer hincapié en lo mucho que creen en este principio: si existe interferencia, el castigo es la muerte. Los pleyadianos creen que no se trata sólo de una muerte física, sino también espiritual. Son muy estrictos en este punto.
Este razonamiento es el motivo por el cual los pleyadianos instalan representantes en los planetas utilizando a los propios nativos del planeta en cuestión. Realizan contactos y se comunican con los diversos seres. Si estos seres están de acuerdo con la filosofía pleyadiana, actuarán como embajadores. Creo que yo soy uno de esos embajadores, y me apresuro a decir que somos miles. Somos virtualmente desconocidos pero estamos inculcando en el planeta una influencia desconocida (para la mayoría) pero muy pacífica. Es por ello que no aprobamos ningún tipo de violencia ni de acto terrorista. Ni siquiera aprobamos la desobediencia civil. Naturalmente tenemos que recordar que somos humanos además de pleyadianos y por tanto no podemos ceñirnos al cien por cien a este ideal.
Debo decir que aunque creo que soy un embajador pleyadiano y que su programa parece ser la paz y el amor, no tengo un conocimiento completo de las circunstancias. Mis contactos pleyadianos no me han dado ningún motivo para no creerles, pero no es necesariamente mi prerrogativa darles un respaldo total sin un análisis crítico.
Por ejemplo, ellos creen que fueron los que originalmente colonizaron este planeta, pero otros dirán que primero lo hizo Marduk u Orión. Yo creo que fueron varios los grupos que establecieron aquí sus colonias más o menos por la misma época.
Otros también sospecharán de los pleyadianos por su supuesta involucración con Hitler y el Tercer Reich. Éste es un tema clásico en ufología, así que debería comentarlo. Según mis contactos, a Hitler se le dijo que conservara la semilla aria (igual que pleyadiana) aquí en la Tierra.
No se suponía que tenía que destruir la semilla de los archienemigos de los pleyadianos, los draconianos, que colonizaron la Tierra bajo la forma de la raza semítica. Su misión era proteger a los arios de los semitas y crear un país ario para aquellos que quisieran ir a vivir en un entorno exclusivamente ario. Como sabemos, hubo una gran confusión de conceptos y señales. Hitler no llevó a cabo su misión y se salió de madre, por decirlo suavemente, Como mencioné anteriormente, el programa de los pleyadianos parece ser la paz y el amor. Creo que ello también incluye el proceso de educación.
Debemos conservar nuestra capacidad de discernimiento y no caer en los sistemas de creencias que las organizaciones de control mental intentan imponer a la sociedad. Es por eso que tengo que reconocer que mis contactos pleyadianos pueden ser fenómenos extraños pero positivos, que no puedo negar ni ignorar. He estudiado seriamente estos fenómenos desde la edad de veinticinco años y he buscado puntos de vista objetivos. La corroboración más convincente de que estos contactos fueron reales llegó sobre el año 1991.
Un día recibí una llamada telefónica de alguien que me dijo que acudiera al centro comercial de Gardiner Manor a las cuatro de la tarde. Me desplacé hasta allí, entré y todo era normal. Las luces estaban encendidas y había varias personas en el recinto. Al pasar del vestíbulo al pasillo principal, fue como si hubiera atravesado un muro. De repente, el centro comercial se quedó a oscuras. Las luces estaban apagadas y prácticamente no había nadie. Sentí como si el tiempo hubiera «dado un salto». Caminé un poco e intenté descubrir qué estaba pasando. Al poco me encontré con un guarda e intercambiamos saludos. El reloj marcaba las tres de la madrugada.
A continuación vi un pasillo iluminado que iba en dirección opuesta a la entrada. Entonces recordé que durante la llamada telefónica me habían dicho que fuera por este corredor. Así lo hice, y me encontré con tres hombres que se suponía eran los contactos pleyadianos. Después me escribí a mí mismo un mensaje en un trozo de papel que decía: «Estuve aquí a las 3.00 a.m.» Entonces lo metí en una maceta con la esperanza de recuperarlo después y verificar mi experiencia. Los recuerdos son algo confusos, pero acabé por tener contactos o sueños pleyadianos esa noche.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, recordé algunas de las experiencias y decidí regresar al centro comercial y buscar la nota que había dejado en la maceta. Al entrar en el recinto, vi al mismo guarda de seguridad y hablé con él. Se acordaba de mí y me comentó que debería haberme amonestado por encontrarme en el centro después de la hora de cierre, pero que por alguna razón no había querido molestarme. Al parecer, algo había afectado su estado de ánimo o su conducta.
Al poco rato llegué a la maceta y encontré la nota que me había dejado a mí mismo. Todo esto me confirmaba, sin ningún tipo de duda, que había tenido algunos contactos de tipo paranormal. No había sido una alucinación. Por lo que a mí se refiere, y basándome en las experiencias que he relatado en este libro, los contactos que he tenido con los pleyadianos son reales.
Libro completo: http://www.bibliotecapleyades.net/
Traducción: http://trinityeyes.wordpress.com/