Gwen Olsen, fue una representante de una industria farmaceutica y ha decidido dejar su trabajo después de 15 años, para escribir un libro alertando de los peligros de los fármacos. Ella narra la experiencia familiar de una sobrina que, por un simple dolor de espalda, acudió a un hospital y en ese lugar, empiezan a atiborrarle de psicofármacos (ansiolíticos, antidepresivos y antipsicóticos) .El estado anímico de su sobrina cada día era peor, pues no encontraba su lugar en esta sociedad lobotomizada por la química. Al final, en un ataque de histeria y fruto de la desesperación, decidió suicidarse echándose el liquido inflamable de su lampara por encima, poniendo punto y final a su vida de forma trágica. Al margen de esta experiencia personal, Gwen reconoce que los medicamentos torturan literalmente a los pacientes y solo buscan cronificar una enfermedad para obtener pingües beneficios. Esta mujer también reconoce que los fármacos, provocan múltiples enfermedades al margen de la enfermedad que supuestamente pretende "curar". Y considera a la industria farmacéutica uno de los tentáculos que atrapa mas beneficios que cualquier otra industria. Detrás de la cortina, estaría la élite financiera mundial que gobierna en la sombra y rige los destinos de la humanidad.