domingo, 25 de agosto de 2013

La correcta dieta longeva

Así, la correcta dieta longeva fue un gran elixir de citada longevidad. Sus prácticas, carentes de carnes y perjudiciales toxinas, ya quedaron recogidas en el Génesis, en forma de consejo divino: "Y añadió Dios: Ved que os he dado todas las hierbas que producen simiente sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen simiente de su es-pecie, para que os sirvan de alimento a vosotros " (Génesis 1,26).


Pero, no obstante, fuera de lo comestible o no comestible, la dieta vegetariana judía también otorgó suma importancia a diversas costumbres y modos de actuar dietéticos que transforman al judío, gracias a su complemento con el elixir dietético. Así, según los rabinos, los antiguos patriarcas no comían y bebían a la vez, ya que sino se les hacía sangre en el estómago. Además, los mismos rabinos aseguraron que los antiguos tras la comida caminaban cuatro varas (metros) para que la comida no se perdiera. Y Tam-bién el Talmud explicó que "cuando un hombre experimenta una llamada de sus necesidades y come, es como un horno que fuese encendido de nuevo sin haber barrido antes las cenizas, siendo esto el comienzo del olor pútrido" (Sabat41-1).

Finalmente, cabe añadir que el judaísmo actual todavía respeta esta sabiduría de antaño, aunque a modo de retazos. Por esto, los judíos ortodoxos no comen grasa, por que el Levítico (7,23) dice: "No comeréis nada de grasa de res vacuna, oveja o cabra y grosura de animal destrozado por las fieras".

Además, muchos judíos no comen sangre, ya que el Levítico (7,26) también apunta: "Ninguna carne de sangre comeréis donde quiera que habitaréis, ni de aves, ni de ganado". Y, entre otras leyes ancestrales dietéticas, los judíos mantienen la de no comer pescado sin escamas; la prohibición de comer conejo, liebre y otros animales sin pezuña hendida; y, finalmente, sus ayunos.

Aunque, sin embargo, sólo son retazos de un tiempo más sabio, descrito por Schle-singer. "El pueblo judío reconoció desde un principio la relación que existe entre la alimentación y la salud del individuo y su alimentación, y llegó a adjudicar a la comida una gran influencia sobre el bienestar y el carácter de la
persona".

Fuente:

Libro: Cábala mágica
Autor: Gabriel Lopez de Rojas