Las noticias que llegan procedentes de Siria son alarmantes y todo indica que están abocados a un conflicto bélico abierto que ahora mismo está en los albores de producirse.
Por un lado, servicios secretos occidentales y El Mossad israelí con la ayuda de militares occidentales como los SAS británicos, entrenan a mercenarios del autodenominado Ejercito Libre Sirio con el objetivo de derrocar al sátrapa sirio Al-Assad pero obvian, que el caso de Siria no tiene mucho que ver con Libia. La guerra informativa que los mass-media pro-imperialistas han declarado a Siria, exagerando y jaleando las revueltas, ha sido denunciada ampliamente por los mass-media rusos, siguiendo consignas desde el Kremlin. El poder político no sería ajeno a esta conspiración contra el presidente Al-Assad, Newt Gringich un candidato republicano a las elecciones primarias, insinúa que se debe trabajar de forma solapada para derrocar al presidente sirio. Además podemos consideran participes a países como Turquia que sueña con devolver el esplendor al Imperio Otomano, del que formó parte Siria hace tiempo.
Libia estaba ubicado en el norte de África y aunque el derrocamiento de Gaddafi fue doloroso para los intereses económicos de Rusia (perdió contratos de venta de armamento por valor de 4.000 millones) y sobre todo de China, que es deficiente en recursos energéticos petrolíferos, lo dejaron pasar... Pero el caso sirio al igual que el caso iraní es diferente. Siria es el último aliado fiel de Rusia en Oriente Medio, los vínculos económicos, políticos entre Rusia y Siria vienen de muy atrás. Es por ello, que Rusia no va a dejar que El Imperio agreda a Siria así por así. Si añadimos que además Siria es un aliado de Irán (el principal exportador de crudo a China) y que en caso de una agresión bélica a cualquiera de ellos, el otro se vería obligado a responder en defensa del agredido, se eleva la tensión a límites inimaginables, pudiendo dar lugar a una guerra en la región de tintes apocalípticos.
El veto de China y Rusia a la resolución condenatoria por parte del consejo de seguridad de la ONU a Siria, va definiendo los dos bandos enfrentados de la próxima guerra en Oriente Medio y de la mas que probable Tercera Guerra Mundial. Occidente ha reaccionado de forma airada ante este veto, afirmando que China y Rusia no hacen nada para evitar que la escalada de violencia vaya en aumento, ante esta insinuación, China y Rusia han mostrado su lamento, tachándola de exageración. Los rusos entienden que no vetar la resolución daría carta blanca a la OTAN para cometer una masacre como sucedió con Libia, de ahí su negativa a apoyar tal condena al régimen de Al-Assad.
Los manifestantes opositores sirios celebraron protestas ante varias embajadas de todo el mundo, muchos sirios, celebraron manifestaciones de apoyo a Al-Assad y agradecieron los gestos de apoyo de Rusia y China, enarbolando banderas de esos países.
Mientras, una operación de sabotaje realizada por un supuesto grupo de subversivos sirios, ha dañado el oleoducto en la localidad siria de Homs. Los atentados suelen ser cometidos por rebeldes sirios, servicios secretos extranjeros o islamistas. Paradojicamente, un diplomático ruso informa que si los islamistas se hicieran con el poder en Siria, peligraría la estabilidad de Oriente Medio incluida de Israel, tan empeñada en defenderse de cualquier agresión.
Autor: Judas