Según la información de un canal libanés, a finales de octubre Catar intentó establecer diálogo con el Gobierno sirio. Un experto ruso en política internacional explicó por qué la mejor salida para Doha sería hablar con Damasco.
Últimamente ha habido algunos indicios de que la situación en torno a Siria está empezando a cambiar. El 20 de octubre el canal de televisión libanés 'Al Mayadin' informó que el nuevo emir de Catar, Tamim Al Thani, envió un mensaje al presidente de Siria, Bashar Al Assad, en el que propuso restablecer las relaciones diplomáticas, rotas por iniciativa de Doha en 2011. Según 'Al Mayadin', Damasco reaccionó a la propuesta con cautela, dejando claro que espera medidas concretas para confirmar la sinceridad de las intenciones de Catar.
Las fuentes rusas en Siria ni confirman ni desmienten esta información. Los expertos no excluyen que el mensaje del canal libanés pueda ser falso para comprobar la reacción de Damasco. Pero incluso en este caso, el comportamiento de Catar, que hace unos meses pidió la intervención militar en Siria, significa que la esperanza de crear un frente 'anti-Assad' se ha derrumbado por completo.
El conflicto actual inevitablemente se transformaría en una guerra de todos contra todos, que finalmente enterrará el sueño de Catar de un gasoducto
"Las facciones armadas de la oposición buscan tomar el control de los escasos yacimientos de petróleo sirio y de cada vez más grandes flujos de ayuda financiera desde el exterior. Y no es de extrañar que estén luchando entre sí con casi igual ferocidad que contra las tropas del Gobierno. Si el Ejército Libre de Siria lucha a favor de un Estado laico (pero sin Al Assad), los frentes Al-Nusra y el Estado Islámico de Irak y Siria combaten por el establecimiento de un califato: están en guerra tanto contra Al Assad, como contra el Ejército Libre Sirio y de vez en cuando luchan entre sí", aclara el periodista y experto en política internacional Bajtiar Ajmedjánov.
Según Ajmedjánov, para Catar ya no es tan importante quién llegue al poder porque "el conflicto actual inevitablemente se transformaría en una guerra de todos contra todos, que finalmente enterrará el sueño de Catar de un gasoducto a través de Siria hasta el Mediterráneo". "La tubería sería no rentable debido a los pagos infinitos que se tendrán que hacer a los bandidos que, a ser posible, hayan sido 'criados' por el mismo Catar. Así que, ¿no es mejor tratar de negociar con Al Assad ya que no funcionó derrocarlo rápidamente?", pregunta retóricamente el experto.
Según el periodista, si Catar realmente quiere negociar, los rebeldes en Siria se verán privados de uno de sus principales patrocinadores. "Y si Turquía reajusta su actitud ante lo que está sucediendo en el país vecino llegarán días muy difíciles para la oposición siria", señaló Ajmedjánov.