Quiero hacer un gran homenaje al criminólogo y periodista de investigación español Juan Ignacio Blanco que falleció el 3 de julio de 2019 a los 63 años de edad. Sí, Juan Ignacio Blanco ha fallecido pero nos deja su legado en forma de artículos, libros, apariciones radiofónicas y televisivas, entrevistas, conferencias, reportajes y documentales. Con su muerte, la monarquía, el gobierno español de turno, los grandes partidos políticos españoles (PSOE y PP), IBEX-35, empresarios, banqueros, y cloacas del estado, duermen más tranquilos. Sus detractores, "colegas" de "oficio", podrán alancear su memoria como cuan moro muerto se tratara, ocultándose sobre la alargada sombra que deja el documental "El caso Alcasser" de Netflix y que empaña su figura y su trayectoria. Su crimen fue intentar hacer periodismo mientras otros compañeros de profesión prefieren hacer peloteo a las altas esferas del poder y no tocar ciertos temas como solamente lo hacía él.
Y el mejor homenaje que puedo hacer a este gran hombre español, es recordar algunas de sus denuncias públicas sobre lo que pasaba y seguramente sigue pasando en su país natal. Estoy hablando de los secuestros,violaciones, torturas, asesinatos macabros de niñas y mujeres españolas, brasileñas y rumanas en España.
El criminólogo comenta un documento de la Guardia Civil con fecha de 6 de Junio de 1989. Según dicho documento, este cuerpo policial ha efectuado indagaciones sobre las desapariciones de niñas entre 1988 y 1989 en la Comunidad Valenciana, en total 15 niñas de menos de 14 años. Después de consultar a fuentes del Cuerpo Nacional de Policía y cuyo ámbito de actuación sobre las desapariciones de menores en sus demarcaciones en dicha comunidad autónoma, ninguna de estas personas han aparecido y probablemente no aparecerán jamás.
Durante su investigación, Juan Ignacio Blanco, descubre que existe una corriente muy en boga, liderada por médicos psiquiatras británicos y que se exporta a España, que captaba a ciertos grupos de personas de poder para hacerles chantaje, después de orgías con menores de edad que terminaban en actos de sadismo crueles y brutales.
El dolor de las familiares de las víctimas también está presente en su relato. La madre de unas de las víctimas le pidió directamente al criminólogo que le contase que le habían hecho a su hija. Juan Ignacio Blanco demuestra empatía al colocarse en la situación de las víctimas de estos crímenes, hablan de la soledad y angustia que deben sentir a medida que sufren las terribles torturas, violaciones y asesinatos.
Juan Ignacio Blanco critica la indiferencia de la sociedad española ante "El triple crimen de Macastre" en el que murieron niños y adolescentes de similares edades al famoso "crimen de las tres niñas de Alcasser", y atribuye esa indiferencia a que las víctimas del caso Macastre pertenecían a familias desestructuradas, no como las niñas de Alcasser, que pertenecían a familias con cierta estabilidad económica e integración social.
El caso Macastre supuso un punto de inflexión para que un grupo de ciudadanos empezasen a investigar el goteo de desapariciones de menores de edad en la Comunidad Valenciana. Personas como la aristócrata Isabel Alvarez de Toledo duquesa de Medina Sidonia, una mujer comprometida con diferentes causas sociales que por su posición social, era conocedora de los crímenes que cometen lo que ella denominó en un libro "La ilustre degeneración" cuando la sociedad valenciana y española explotó cuando ocurrió el crimen de Alcasser.
Juan Ignacio Blanco cree que la razón principal fue que muchos ciudadanos identificaban a las víctimas con hijas, hermanas, etc, en mi opinión, habría que añadir el éxito mediático del programa de televisión ¿Quien sabe donde? presentado por Paco Lobatón, y que yo no considero telebasura; pues tenía una utilidad social de ayudar a familiares a buscar personas desaparecidas.
En sus investigaciones, Juan Ignacio Blanco descubre junto a otros ciudadanos, la existencia de reuniones de ciudadanos españoles del poder político y económico en donde se cometen torturas, violaciones y asesinatos en donde las víctimas son niñas y adolescentes, captadas y traídas desde países como Rumania o El Brasil.
Juan Ignacio Blanco proporcionó información a altos cargos policiales y políticos del estado español y le prometieron que se llegaría hasta el fondo en este asunto, que si habría que cortar cabezas, se haría. Pasado un tiempo, ya no le cogen el teléfono ni en el Ministerio de Interior ni en la Dirección General de la Guardia Civil.
Juan Ignacio Blanco critica que después de sus investigaciones y denuncias, se sentó 36 veces en el banquillo de los acusados, se le defenestró en todos los medios de comunicación y se le vetó para ejercer su profesión de periodista de investigación.
Desde 1 enero de 2010 a 11 de enero de 2013, se produjeron cerca de 30.000 denuncias de desapariciones según el ministerio del interior, de las que un 92% quedaron resueltas. Solo en ese periodo de 3 años, hay 2427 personas de las que no se volvió a saber nada.
Juan Ignacio Blanco afirma colaborar con varias asociaciones de desaparecidos, cuyos miembros lo único que hacen es buscar a su hijo. El periodista cuenta cómo una madre de una de las víctimas de estos crímenes le pidió que la matase (sic) o que un niño, hermano menor de las víctimas.
El criminólogo critica a la mayoría silenciosa de la sociedad española por su pasividad con crímenes relacionados con la prostitución, como por ejemplo, la aparición en un descampado de un cadáver descuartizado de una prostituta, Juan Ignacio Blanco dice que a la sociedad le importa un bledo este tipo de casos. Juan Ignacio achaca a esa falta de interés a empatía a que muchos ya tienen bastante con intentar sobrevivir en una sociedad que apuesta por el individualismo. Y también critica que se sepa más de las vidas de los asesinos que de las víctimas.
No hay nada más dramático que una persona sea secuestrada, violada, sometida a todo tipo de torturas y vejaciones inimaginables por la mayoría para posteriormente ser vilmente asesinada. Juan Ignacio Blanco responde a uno de los asistentes a su conferencia: "Yo he visto cadáveres a los que le han arrancado las orejas, la nariz, los labios, la lengua en vivo." No sé si se refiere a la famosa cinta de vídeo snuff que Juan Ignacio Blanco afirmaba tener y que según él, entregó una copia al ministro de Interior Jaime Mayor Oreja. Los críticos a Juan Ignacio Blanco afirman que tal vídeo no existe y que es un bulo. Dudo mucho que pueda publicarse un video-snuff en el que aparecen víctimas menores de edad en España en una web, foro o red social sin afrontar consecuencias legales. Y aunque el que lo publique, estuviese dispuesto a afrontar las consecuencias, sería inmediatamente denunciado y retirado. Lo que si es un hecho probado y constatado, es que un sacerdote recibió una llamada telefónica de alguien anónimo que afirmaba tener un vídeo snuff relacionado con el Caso Alcasser y que dicho sacerdote puso en contacto al criminólogo con esa persona anónima. Es probable que Juan Ignacio Blanco después de entregar el vídeo a Jaime Mayor Oreja, al que por aquel entonces, era ministro de Interior del gobierno del PP, y comprobar que el estado no actuaba, decidiese guardar una o varias copias a buen recaudo para protegerse. Juan Ignacio Blanco denunció haber sufrido varias palizas y un secuestro express de su mujer para presionarle de que no hablase más de la cuenta y adoptase un perfil bajo.
El periodista hace una estimación de que puede haber 1500 menores secuestradas ejerciendo la prostitución, a lo que hay que sumar a las miles de mujeres que lo hacen de forma ilegal, y si alguna de ellas tiene la desgracia de caer en gracia a algún VIP de las altas esferas, puede terminar siendo víctima de un macabro ritual iniciación cometido por las elites.
Según Juan Ignacio Blanco existe mucha más censura que nunca en la monarquía española que cuando comenzó a ejercer como periodista en el Franquismo y señala que el periodismo en España está absolutamente secuestrado en la actualidad. No hay tanto mercado de trabajo para los periodistas como ahora, y el periodista que trabaja para un medio de comunicación, sabe que ciertos temas no se pueden tocar sin sufrir consecuencias laborales y de otra índole.
Para él, los medios deberían seguir un modelo basado en informar, educar y entretener a la audiencia. Juan Ignacio Blanco revive las cŕiticas del pasado por su participación en el programa "Esta noche cruzamos el Mississippi, un programa de entretenimiento, pero si analizamos la televisión actual, veremos la mayor parte de la audiencia en España, demanda programas de ese tipo, no programas educativos, de análisis o de debate sosegado donde los tertulianos no se interrumpen los unos a los otros.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Ignacio_Blanco