Vi un interesante reportaje sobre la labor de Anonymous España en la caza de pedófilos y pederastas en el canal Sin Filtros de Youtube. Me quedé pensativo cuando escuché el testimonio de una hacktivista de Anonymous que participaba en esas cacerías. Ella afirmaba que un pedófilo puede ser cualquiera: un padre, un hermano, un cuñado, un tío, un vecino, un amigo...
Les paso a contar una historia que resulta desagradable y dificil de relatar para mí. ¿Has descubierto que alguien que fue tu amigo es un pedófilo? La respuesta es afirmativa y da vergüenza ajena contarlo.
No voy a dar datos detallados sobre la identidad de este individuo. Su nombre de pila real es Iñaki (no se dejen engañar por el nombre, no es vasco ni navarro), reside en una capital de provincia de cerca de poco más de 80.000 habitantes. Lo último que supe de él es que trabajaba en el parking de un hipermercado perteneciente a una conocida red supermercados muy arraigada en la ciudad y que lo habían hecho fijo. Imagínense este escenario: unos padres con una niña de 12 años, aparca su coche en un parking y deja el ticket a este depredador sexual, pensando que su coche, su hija e incluso que ellos mismos están en buenas manos, después hacen la compra, la meten en el auto y se vuelven a topar con el pedófilo. Y así un día, y otro día...
¿Qué cómo lo conocí? Coincidimos en el instituto y estudiamos 1º de BUP en la misma clase junto a otros chicos, formamos un grupo de amigos y empezamos a salir. No eramos un grupo de amigos muy diferente a los demás. A la mayoría de nosotros nos gustaba la música heavy, ver películas, jugar a las máquinas recreativas, estar en el parque, dar una vuelta, ir a los centros comerciales, etc. Lo normal. Por aquella época eramos unos adolescentes y todos eramos heterosexuales. Cómo se pueden imaginar, nos gustaban las chicas, algunos tonteaban con ellas con más éxito que otros, nada nuevo bajo el sol.
Iñaki no era feo precisamente, medía 1,80, hacía pesas con regularidad y aunque algunos puedan tener la idea de que un pedófilo no se come ni una rosca, pués se equivocan. Iñaki tenía cierto éxito con las chicas sin poner mucho esfuerzo en las relaciones sociales. ¿Las mataba callando? Algo así. No era homosexual ni nada que se le parezca, de hecho tenía una opinión bastante negativa sobre ellos, no los quería tener cerca. Maricón fue uno de los insultos que le dedicó a un amigo suyo que que se deshizo de una revista PlayBoy regalandósela a otro.
Dentro de nuestro grupo de amigos, había uno que era bastante alocado y con cierto cachondeo vacilaba a Iñaki y le llamaba narcisista y pedófilo. Nosotros no le haciamos mucho caso pero nos partíamos de risa mientras Iñaki guardaba silencio o se reía. Hoy por hoy, lo veo como un modo de restar importancia a esos comentarios y despejar todo tipo de sospechas sobre su verdadera inclinación sexual.
Como pedófilo, Iñaki adoptaba un perfil bajo, cuando veíamos películas o clips musicales, al contemplar actrices atractivas , exclamaba: ¡Qué tetas! ¡Qué culo! Y otras expresiones similares al igual que cualquiera de nosotros. Esos comentarios parecían indicar que le gustaban las mujeres adultas. No tengo claro si un pedófilo puede alternar su atracción por las niñas con la atracción por mujeres adultas. Vi algún documental sobre el perfil psicológico de los pedófilos y parece ser que un chico o chica de 18 años es viejo y ya no sirve para satisfacer su líbido de muchos de ellos. Pero Iñaki era adolescente y que un chaval de 15 o 16 años se fije en una niña de 13 o 14 años puede parecer a algunos algo normal.
Alguien de ese grupo de amigos, se convirtió en su amigo inseparable durante varios años y lo llegó a conocer mucho mejor que los demás y cuando ambos teníamos cerca de 20 años, me confesó con cierto tono de preocupación: “Para mí Iñaki es pedófilo. Un día le dije: ¡Mira que tía! ¡Qué buena está! Y él me dijo que no era para tanto, el comentario me sorprendió pues estaba muy buena. De repente, observa una niña que debía tener no más de 13 años y exclama: ¡Qué culo! ¡Yo no la dejaba escapar!...Para mí Iñaki es un pedófilo”. Y con esta sentencia final, se mordió los labios con cara de desengaño y repugnancia a partes iguales, para, a continuación, seguir tocando la guitarra y tratar de olvidar lo que le rondaba por la cabeza. Más tarde, la madre de su amigo inseparable se murió de cáncer, huerfano de padre y madre, decidió romper con todo, se lió con una chica al instante, dejó de estudiar y empezó a hacer cursillos de formación, encontró empleos y se distanció de su grupo de amigos. Iñaki y él eran uña y carne pero quería cortar por lo sano y la sospecha de que su amigo del alma era en realidad un pedófilo, servía de acicate.
Iñaki, siempre presumía de tener “un gusto muy exigente” con las chicas ante los demás. Si alguno de nosotros, intentaba ligar con una chica, siempre decía: “No te vayas con esa, es un petardo, es fea de cojones”. Cuando su mejor amigo le dejó por una chica, estaba fuera de sus casillas: ¡Y todo por una tía! ¡Una tía normal!, estaba cometiendo un error, liarse con una cuando está enamorado de otra, etc, etc.”
Muchos cuando entablan una relación estable con alguien del sexo opuesto y tienen hijos, dejan en un segundo plano sus relaciones con su antiguo grupo de amigos. Es lógico, el trabajo, la novia, la esposa, los hijos, no hay tanto tiempo para los demás. Iñaki no quería quedarse solo. Por eso él buscaba que sus amigos si ligaban, no entablasen una relación sólida, manipulando las mentes con comentarios despectivos, boicoteando esa relación de forma sútil.
Iñaki decidió cortar conmigo cuando atravesé un mal momento en mi vida personal, los narcisistas y egocéntricos sueltan “lastre” al menor inconveniente. De eso hace ya casi 20 años. Después de soltar amarras, hablé con otro antiguo amigo suyo por teléfono que también había decidido pasar de él un poco antes y le confesé: Con este tipo no se puede tener una novia y él exclamó: ¡Has dado en el clavo!.
De aquel grupo de amigos de la adolescencia, solo él que le puteaba de vez en cuando, llamándole pedófilo y narcisista, siguió quedando con él para dar una vuelta de vez en cuando. Aunque como me dijo uno: “Iñaki y este no se llevan bien, se llevan”.
Y así pasaron varios años. Hasta que un día le llamé por teléfono para preguntarle cómo le iba la vida: ¿Sabes? He cortado con Iñaki. Quedé en su casa y él me contó la causa de la ruptura: “Yo estaba en su habitación y decidí mirar su ordenador que lo tenía encendido. Había un navegador abierto y había un marcador en el que aparecía la palabra “pedophile” y no sé que más, no vi fotos ni nada parecido. Al leer eso, exclamé: ¿Pero qué es esto?” El pedófilo cazado in fraganti trata de salir al paso y contesta: “Es una web que miro”.
Muchos se reirán a mandíbula batiente si les digo que este pedófilo tiene una titulación de un ciclo superior de FP de informática. Iñaki no había tomado ninguna medida de seguridad para impedir que otros conociesen su más sórdido secreto: ni navegación por Internet usando el sistema operativo TAILS y la red TOR mediante un router Wi-Fi con una tarjeta SIM 4G sin tus datos personales registrados comprada en un locutorio, ni nada que se la parezca. No solo eso, si no que además tenía un marcador que seguramente él había puesto conscientemente en su navegador para visitar una web de pedofilia con más rápidez y comodidad.
Días más tarde, una discusión sobre las personas que duermen en la calle, desató un enfrentamiento. Iñaki le dijo que los sintecho no merecían ninguna consideración y aquellos que duermen en la calle es porque quieren, el otro, simpatizante de Unidos Podemos, no toleró ese argumento y la conversación se volvió más violenta. Iñaki le contesta: "¿Quieres que te meta una hostia?" Y el otro le responde: "Si me tocas, contaré por ahí que miras webs de pedofilia. Una cara de pánico se apoderó de Iñaki. Hace 3 meses que él no me llama ni yo le llamo a él. Yo tengo sobrinas de corta edad y no me gustaría que él estuviera cerca de ellas."
¿Iñaki es pederasta? Pedófilo es que te atraigan sexualmente los niños. La pederastía es convertir los deseos pedófilos en actos sexuales. Por lo general,la pederastia conllevan chantaje emocional y abusos físicos. Yo le dije que no creía que Iñaki fuera un pederasta, más que nada por miedo a que le detengan y lo encarcelen. Mi interlocutor respondió: "¿Y tú qué sabes?".
Iñaki no se había quedado sólo ni mucho menos, conservaba bastantes amistades que hizo en un instituto de un pueblo donde se impartía un ciclo de FP relacionado con informática. Pero esos jóvenes no lo conocían tan bien como lo conocimos nosotros y no creo que sospechen sobre su pedofilia. Compartieron noches de discoteca y la fijación por una chica, para variar, menor de edad. Sus nuevos amigos no les parecía muy anormal la diferencia de edad, eran estudiantes de FP. La chica también estaba interesada pero ambos adolecian de determinación para entablar una relación. Con el paso de los años, la chica decidió cambiar de estrategia y hasta cambió su forma de vestir con el objetivo de llamarle la atención, pero ya era tarde. Habían pasado varios años y un pedófilo no perdona el paso del tiempo. Iñaki siempre soltaba las mismas excusas: "Ahora ella está gorda, ha perdido mucho, ya no es cómo era antes.
Hasta donde yo sé, este pedófilo nunca tuvo ninguna relación sentimental de corte amoroso con otra chica de su edad aunque sea de tapadera, entre otras cosas; porque Iñaki no tiene sentimientos de esa clase. Si no hay atracción física no hay nada qué hacer, en eso recuerda a los tronistas Mujeres y Hombres y viceversa: “Tiene que atraerme su físico. En caso contrario, nada de nada”, dicen varios concursantes de ese concurso. Su satisfacción sexual se limitaba a que algunas chicas se fijasen en él. Me queda mucho por comer, me dijo una vez, pero jamás probaba bocado.
¿Qué cómo queda uno después de enterarse que ha estado compartiendo años de su vida con un pedófilo? Me siento aliviado de no ser su amigo desde hace muchos años, y que haya sido otro el que haya cargado con el marrón de ese descubrimiento macabro. Ojalá hubiera cortado conmigo mucho antes. En realidad, preferiría no haberlo conocido.
¿Qué pienso de él ahora? La vida sexual de este tipo debe ser una caca de la vaca, incapaz de entablar una relación estable con alguien del sexo opuesto, incapaz de mantener relaciones sexuales consentidas con una niña porque la ley lo castiga y la sociedad lo condena. Al pedófilo solo le queda dar rienda suelta a su retorcida imaginación en soledad o en compañía de individuos como él. Y así será hasta el final de sus días.
Nunca he entendido el "gusto exigente" de estos degenerados sexuales por los niños, ni aunque esos cuerpos fueran de personas adultas, yo sentiría atracción alguna. A mí me gustan las mujeres con curvas y no me importa si la piel es tersa o no.
La pedofilia en Internet es sinónimo de abuso a seres indefensos y no hay que tolerarla bajo ningún concepto.