Lo mismo que los animales esconden y almacenan comida para tiempos difíciles tú deberías seguir su ejemplo y almacenar víveres y cosas que te puedan ser de utilidad en el futuro. En mi opinión tener pequeñas reservas herméticas de supervivencia es imprescindible para cualquier persona normal con dos dedos de frente. Tu reserva de supervivencia puede salvarte el pellejo en situaciones críticas o de colapso social.
A continuación expongo como yo fabrico y escondo mis pequeñas reservas de supervivencia con unos cuantos materiales básicos.
Lo que vas a necesitar:
Una caja de almacenaje de plástico de 16 litros.
Son las más pequeñas de todas y suelen ir marcadas con una pegatina que pone: Nº 1.
La caja de plástico tiene las siguientes medidas: 40 x 30 x 21 cm.
Una mochila amplia o una mochila de viaje con ruedas.
Asegúrate de que en la mochila caben bien la caja precintada y las herramientas necesarias para enterrar tu reserva de supervivencia.
Al menos 2 rollos de precinto color tierra o marrón.
Dos bolsas de basura de 30 litros.
Guantes de cuero amarillos.
Gafas de protección.
Machota y cincel de punta plana. (Opcionales)
Una pequeña pala pleglable o una pequeña pala de jardín resistente.
Pala plegable militar
Pala de jardín resistente con mango pleglable
Una alcotana de este modelo.
Un rotulador permanente grueso de color negro.
¿Que debo guardar en mi reserva de supervivencia?
La respuesta es simple: comida de larga caducidad y todo lo demás que consideres oportuno: cuerdas, mapas, ropa, cinta adhesiva, herramientas, libros, aperos de cocina, material médico, combustible, etc. En definitiva: ten en cuenta lo que podrías necesitar y mételo en la caja de plástico.
Por supuesto las prioridades van a variar de una persona a otra, pero lo que debas de almacenar en tu reserva de supervivencia es solo cosa tuya.
Bien ya tengo todo el material metido en la caja de plástico ¿que hago ahora?.
Una vez que hayas metido el material y los víveres que consideres oportunos en la caja de plástico de 16 litros debes de sellarla con el precinto marrón. Empieza por la tapa y dale varias vueltas de precinto a todo el borde de la tapa. Esto asegurará el hermetismo de la caja y evitará que se abra la tapa accidentalmente o por golpes. Sobre todo no escatimes con el precinto a la hora de precintar los bordes de la tapa superior de la caja.
El siguiente paso es coger una bolsa de basura de 16 litros y meter dentro de la misma la caja de plástico. Átala bien y precinta la boca de la bolsa de basura si es necesario.
Coge otra bolsa de basura y enfunda la caja en el sentido opuesto de entrada al de la primera bolsa de basura. Precinta y cierra bien la bolsa. Con este paso estamos aumentando el hermetismo de la caja de plástico y su aislamiento de los elementos.
Precinta por completo toda la caja con el precinto marrón. No escatimes en precinto y dale varias vueltas de precinto a toda la caja, incluidos los bordes de la tapa y la parte inferior de la misma. Sobre todo deja la caja bien precintada.
Mete tu reserva de supervivencia precintada dentro de la mochila junto con las herramientas necesarias para enterrarla. No olvides llevar agua.
Ahora coje un rotulador permanente grueso y de color negro a ser posible y marca la tapa de la caja con una gran inicial que indicará su contenido. Las iniciales que yo uso son las siguientes:
D: Contenido Diverso.
C: Comida.
L: Libros.
R: Ropa.
Bien, la caja ya esta lista, precintada y marcada ¿que hago ahora?.
Esta es la parte más difícil del proceso ya que deberás esconder tu reserva de supervivencia en el campo y alejada de tu vivienda un mínimo de distancia suficiente como para no levantar las sospechas de vecinos y curiosos campestres.
Busca un lugar discreto en el campo y que no levante sospechas y entierra ahí tu reserva de supervivencia. Utiliza la pala pleglable para cavar el hoyo en la tierra para enterrar la caja.
Si no tienes suerte y el terreno es blando y sin piedras tendrás que utilizar la alcotana. Si el terreno es demasiado duro o con piedras puede que tengas que utilizar la machota y el cincel de punta plana para eliminar las piedras que te encuentres. Si te encuentras con piedras o terreno duro no olvides utilizar las gafas de protección y los guantes.
Una vez que hayas cavado el hoyo lo suficientemente ancho y profundo como para enterrar tu reserva de supervivencia, deberás de meter la caja precintada dentro del hoyo y luego enterrarla y camuflar de forma natural el sitio con elementos propios del lugar y que no estén fuera de lugar.
Algunos consejos útiles
Calcula bien la distancia a la que enterrarás tu reserva de supervivencia: puede que consideres que es mejor tenerla cerca de donde vives -siempre enterrada en el campo- o bien tenerla a cierto tiempo de viaje, quizás unas horas o un día de viaje, eso dependerá de tu criterio.
Elige bien el lugar donde enterrar tu reserva de supervivencia y elige lugares que conozcas de sobra o con indicativos naturales o artificiales para localizar facilmente luego la localización de tu reserva de supervivencia.
Utiliza las primeras horas de la madrugada para ponerte en marcha y hacer el trabajo. De esta forma estarás de vuelta pronto y evitaras las horas principales del día en las más gente podría verte.
No entierres tu reserva de supervivencia en accidentes del terreno tales como torrenteras, debajo de árboles frondosos, cauces de arroyos, barrancos, etc o podrías perder tu reserva de supervivencia.
Vigila durante el proceso de excavación que nadie te vea. Tómate varios descansos y mira a tu alrededor para ver si hay alguien observándote y que no hayas visto antes.
Si tienes que retirar del terreno arbustos espinosos o simples hojas de chaparro secas y muertas utiliza los guantes de cuero o las manos se te llenarán de espinas y pequeños cortes.
Aparta y tira lejos y esparcido todo el material que vaya saliendo del hoyo como: piedras, raíces, trozos de piedras partidos con el cincel o piedras de distinto color al suelo y al entorno cercano. Si los dejas cerca del lugar delatarán fácilmente el lugar de tu reserva de supervivencia.
Camufla a la perfección y con elementos del entorno, sobre todo del suelo, el lugar de tu reserva de supervivencia. Yo suelo utilizar hojas muertas de chaparro o hierba seca triturada hasta dejar el terreno sin rastro alguno de que haya sido removido. Quita del lugar cualquier elemento natural ajeno o que pueda llamar la atención y camufla a la perfección el lugar hasta asegurarte por completo de que la zona es perfectamente natural y no levanta ninguna sospecha.
Utiliza grandes piedras para ponerlas justo encima del lugar de tu reservas de supervivencia. Con este sencillo truco aumentaras las posibilidades de que tu reserva de supervivencia sea encontrada: Nadie mirará debajo de una gran piedra situada en el terreno. Si haces esto, antes de levantar la piedra obsérvala bien y no la pongas sobre su lado inferior que será blanco o más claro que el superior y sin musgo y dará fácilmente el cantazo.
Tómate tu tiempo y limpia perfectamente de huellas y rastros la zona de enterramiento: huellas de calzado, pequeñas ramas de árbol secas partidas en el suelo, pequeñas piedras más claras que el suelo de alrededor, o hierba aplastada, delatarán fácilmente el lugar de tu reserva de supervivencia.
Memoriza la zona de enterramiento y asegúrate de que podrás encontrarla fácilmente. Preferiblemente elige lugares que conozcas bien. Si tienes dudas sobre si no podrías encontrar tu reserva de supervivencia marca con spray de pintura alguna piedra o árbol alejado varios metros del lugar. No marques con el spray de pintura troncos de árboles ya que resultaría demasiado evidente y además la madera podría desprenderse del tronco del árbol o ser erosionada por causas diversas.