martes, 13 de septiembre de 2011

Las profecías de Edgar Cayce

Edgar Cayce (Hopkinsville, Kentucky, 18 de marzo de 1877 - Virginia Beach, 3 de enero de 1945), vidente y psíquico estadounidense.



Psíquico americano Edgar Cayce, 1910.

Egdar Cayce fue uno de los psíquicos más célebres de Estados Unidos, ya que se supone que poseía facultades de clarividencia y percepción extrasensorial, aunque nunca fueron demostradas con rigor científico. Entraba en estado de trance hipnótico durante sus llamadas «lecturas» (readings) y respondía a las preguntas de un individuo. Estas lecturas mencionaban, al principio, la salud física del individuo. Fue un gran investigador de la reencarnación por medio de «regresiones» a vidas pasadas. Mucha gente lo visitaba para buscar ayuda a sus males y dolencias. El ARE (Asociación para Investigación y Aclaración) actualmente conserva todas las lecturas.


Cayce consideraba más importante su dedicación al trabajo social (la mayoría de sus «lecturas» las realizó para personas que estaban enfermas) o la teología cristiana (Cayce fue toda su vida un miembro de la iglesia protestante«Discípulos del Cristo»).[cita requerida] Se ganaba la vida con su trabajo fotográfico, pero recibía también modestas donaciones que lo ayudaban, ya que no cobraba nada por sus tratamientos y consultas. Sus procedimientos eran múltiples: medicinas, masajes, hidroterapia, ejercicios, hierbas y remedios naturales. Veía las causas de la enfermedad que, a veces, se remontaban a reencarnaciones distantes y enseñaba cómo disolver los karmas pendientes.

Según el escritor francés Louis Pauwels, que narra la historia de este personaje en su libro El retorno de los brujos (Le Matin des Magiciens, 1960, libraire Gallimard), Cayce era un hombre muy sencillo, sin apenas formación cultural, que cuando dormía era capaz de recetar la solución médica de cualquier enfermedad, desde que a la edad de cinco años cayera en coma a causa de un pelotazo del que parecía que no sobreviviría, siendo víctima de una enfermedad incurable que no quiso revelar a nadie.

Edgar Cayce también era conocido como el Profeta Durmiente. Estas son sus profecías:

En Europa

Profetizó que Europa cambiaría ràpidamente. Según él, Italia y Grecia se encontraban en peligro, pues previó el despertar de uno o ambos volcanes, Vesubio o Etna.

Los que teman los terremotos, harán bien en instalarse en Irlanda, pues de todos los países del mundo, es éste el que padecerá menos: por mil sacudidas padecidas en Inglaterra, sólo habrá cuarenta y tres en Irlanda.

También sobre Europa, vio el fin del régimen nazi y comunista.

En Rusia ve que se acaba el comunismo y prevé libertad.




A través de Rusia, viene la esperanza del mundo. No por relación con el comunismo, no, sino la libertad…. ¡la libertad! Cada hombre vivirá para su amigo. Y este principio saldrá de Rusia. Claro que esto tardará años en hacerse realidad. Sin embargo, de Rusia surgirá la esperanza del mundo.

Ya que, esos regímenes que desean reglamentar no sólo la vida económica de la gente, sino su vida mental y espiritual, no pueden durar largo tiempo.

En Japón

En 1934, Cayce predijo que la mayor parte del Japón se deslizaría hacia el mar y el geólogo japonés, Nobichico Obara, afirma que el archipiélago se hunde continuamente en el mar, a razón de dos a tres centímetros por año.




Los negros de Norteamérica

Cayce tuvo una visión de la lucha racial en Norteamérica, lucha que se convertiría en guerra civil, y efectuó una predicción que todavía no se ha cumplido.



Cuando un gran número de islas y tierras caerán bajo el yugo de los que no temen ni al hombre ni al diablo, y que proclaman que el poder es el derecho, entonces correrá la sangre como en las épocas en que se veía al hermano contra el hermano.

En el 2100

En una de sus clarividencias, Cayce “se vio” hacia 2100 en Nebraska.

El mar cubre aparentemente toda la parte oeste de la comarca, y la ciudad donde yo vivía estaba en la costa. 

Se vio viajando en un gran avión de metal, en forma de cigarro que alcanzaba grandes velocidades. Cayce se detuvo en una ciudad totalmente destruida y preguntó dónde estaba. 

- En Nueva York - le contestaron, mirándole asombrados. Entonces vio numerosas canteras y vio que reconstruían la ciudad. Vió que el agua cubría gran parte de Alabama y que Norfolk y Virginia eran inmensos puertos de mar. Las industrias se hallaban diseminadas en vez de estar centralizadas en las ciudades y muchas casas eran de cristal.

Es posible, dijo, que estas ciudades queden un día sumergidas en el océano.

Jamás habló de destrucción nuclear, a pesar de que aseguraba que el hombre podía destruirse a sí mismo, como ya había hecho en la Atlántida.

El Hambre

El que pueda adquirir una granja tiene suerte; cómprala si no quieres conocer el hambre en el futuro.




El hambre profetizada por las Sagradas Escrituras, también fueron predichas por numerosos profetas anteriormente, pero Edgar también lo afirma para Norte América.

Lo achaca al incremento desmesurado de la población y la falta de terrenos cultivables y por lo tanto la necesidad de construcción masiva que se avecinará, todo esto es lo que hará que el mundo entre en guerras por enfrentamientos debidos a las necesidades que harán que hayan millones de muertes en todo el mundo.

La Atlántida

Séneca escribió hacia 374-379, llegará un tiempo, en los siglos futuros, en que el mar soltará las cadenas que cierran su paso; ante nosotros se extenderá un vasto territorio, y el mar dejará ver nuevos mundo países desconocidos, el último de los cuales no será Thule.

Es ésta una profecía a largo plazo, e ignoramos si Cayce la conocía, cosa poco probable, pero en junio de 1940, predijo que la isla de Poseidón se contaría entre las primeras zonas de la Atlántida que volvería a surgir de entre las olas del mar Caribe; incluso precisó que este movimiento podría iniciarse a partir de 1969, o en los años siguientes, pero mucho después de esa época. También afirmó que todas las tierras que deben emerger no lo harán a la vez, sino progresiva y lentamente.

Pero Cayce habló más sobre la Atlántida, en una sesión, describió una tumba llena de archivos, situada en una pequeña pirámide, que contenía recuerdos inestimables sobre el antiguo Egipto y la Atlántida. Declaró que esta pirámide se halla bajo la arena, cerca de una de las patas de la Esfinge, y que se descubriría en 1978. Lo que evidentemente no se ha cumplido, que sepamos.



Fuentes:
www.wikipedia.org
www.profeciasyprofetas.com