viernes, 7 de octubre de 2011

Las profecías de la Virgen de Lourdes


La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes toma ese nombre debido a las 18 apariciones de la Virgen María que, de acuerdo al testimonio de santa Bernadette Soubirous (1844-1879), sucedieron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos. Ya en vida de Bernadette Soubirous, multitudes de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el Papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette. Bernadette Soubirous fue canonizada como "santa" por Pío XI el 8 de diciembre de 1933, durante el Jubileo de la Redención. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes fue motivo de peregrinaciones para millones de católicos de todo el mundo y su santuario ha sido estimado popularmente como un lugar emblemático en el que se conjugan el sufrimiento, la fe expresada en plegaria, la curación y la conversión.



La Iglesia Católica considera a Nuestra Señora de Lourdes la patrona de los enfermos por antonomasia.



Apariciones

Bernadette Soubirous, una pobre y analfabeta adolescente de catorce años, aseguró haber visto en 18 ocasiones a la Virgen María en una gruta del paraje de Massabielle, al occidente de Lourdes, en Francia, entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858.


Recién en la tercera aparición, la niña habló con la Señora en gascón, dialecto occitano que se usa en la zona, la cual se dirigió a ella usando el "usted" (voi) de cortesía y pidiéndole: "¿Me haría usted el favor de venir aquí durante quince días?" (Boulet aoue era gracia de bié aci penden quinze dias?). Bernadette le prometió que lo haría. A su vez, la Señora le anunció que no le prometía hacerla feliz en este mundo, sino en el otro.

En sucesivas apariciones, el mensaje fue tomando cuerpo:
  • Invitación a la Penitencia y a la oración por los pecadores (21 de febrero).
  • Invitación a vivir una pobreza más evangélica.
  • Solicitud de que se hicieran procesiones a la gruta y le fuera erigida allí una capilla (2 de marzo).

El 25 de febrero, según testificó Bernadette, la Virgen le dijo que fuera a tomar agua de la fuente y que comiera de las plantas que crecían libremente allí. Ella interpretó que debía ir a tomar agua del cercano río Gave y hacia allá se dirigió. Pero la Señora le enseñó con el dedo que escarbara en el suelo. Al excavar en el fango e intentar beber, Bernadette ensució su rostro, y sus gestos y apariencia fueron motivo de escepticismo por parte de muchas de las de las 350 personas presentes, ya que el manantial no se manifestó de inmediato. Sin embargo, poco después surgió una fuente de agua que, hasta el día de hoy, es meta de peregrinaciones por parte de tantos católicos y que ha sido testigo muda de numerosos milagros.3 El manantial que brotó aquel 25 de febrero de 1858 produce cien mil litros de agua por día, de forma continua desde aquella fecha hasta nuestros días.

Ante la reiterada petición de la jovencita de que revelara su nombre, el 25 de marzo de 1858 (en su decimosexta aparición) la Señora le dijo : "Que soy era Immaculada Councepciou" ("Yo soy la Inmaculada Concepción"). El dogma católico de la Inmaculada Concepción de la Virgen María había sido solemnemente proclamado el 8 de diciembre de 1854, apenas tres años antes. La expresión resultaba ajena al vocabulario de Bernadette y, en principio, fue motivo de desconcierto, tanto en el propio Padre Peyramale -párroco de Lourdes- como en otras autoridades eclesiásticas y civiles. Sin embargo, Bernadette Soubirous mantuvo una consistente actitud de calma durante todos los incisivos interrogatorios que se le hicieron, sin cambiar su historia ni su actitud, ni pretender tener un conocimiento más allá de lo dicho respecto de las visiones descriptas.

Si quieren leer mas, sobre la Virgen de Lourdes, pinchen http://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Señora_de_Lourdes


Una carta de Bernadette Soubirous al Papa

El 4 de noviembre de 1998 se publicó lo siguiente en una revista alemana:

“En 1879 Bernadette escribió al Papa León XIII para presentarle los mensajes de Dios para el futuro. De estas cinco profecías, cuatro ya se han cumplido. La carta, considerada perdida durante 120 años, ha sido encontrada por el padre Antoine La Grande en el Vaticano cuando buscaba documentos sobre milagros de Lourdes.


Esta carta al Papa, escrita por Bernadette justo antes de su muerte, está formada por cinco mensajes de la Virgen sobre los acontecimientos de nuestro siglo y el venidero después del año 2000. El contenido de la carta no ha sido publicado jamás, y las personas consultadas en el Vaticano afirmaron que se había extraviado. El Padre La Grande ha descubierto este escrito el pasado mes de diciembre en un armario metálico en el sótano de la biblioteca del Vaticano. Se trata de cinco páginas distintas y en cada página figura una revelación.

La primera profecía habla principalmente del desarrollo del santuario de Lourdes después de la muerte de Bernadette. Describe la expansión de Lourdes como lugar de peregrinación y la eficacia de la célebre fuente de curación.

Este mensaje anuncia una serie de descubrimientos científicos importantes, como la explotación de la energía eléctrica, la bombilla, el gramófono y otros aparatos eléctricos.

La tercera profecía se refiere a la toma del poder en Alemania por Hitler y al nazismo, en los años 30, donde “se producirá un hecho terrible” y se terminará con una guerra en la que estarán implicadas casi todas las naciones.

Los esfuerzos de los hombres para volar en el espacio son anunciados en el cuarto mensaje (anunciado igualmente por la Virgen en Ámsterdam). Alrededor del año 1970 los americanos conseguirán el aterrizaje sobre la Luna, profecía cumplida en 1969 cuando el americano Neil Armstrong puso pie en la Luna.

La última y más tardía de las profecías dice así:

“La Santísima Virgen María me ha dicho que a finales del siglo XX. llegará también el fin de la era de las ciencias. Una nueva era de fe comenzará sobre toda la Tierra. Se comprobará que es Dios quien ha creado el mundo y al hombre. Será el principio del fin de la ciencia en la que los hombres dejarán de creer. Millones de hombres se volverán de nuevo hacia Cristo y el poder de la Iglesia será mayor que nunca. La razón por la que muchos hombres se apartarán de los científicos será la actitud arrogante de los doctores que trabajan en la realización de una criatura producto de un cruce entre el hombre y el animal. Los hombres sentirán en lo más hondo de su corazón que esto es algo injustificable. En un primer tiempo no se sabrá impedir la creación de estos monstruos, pero los científicos serán finalmente cazados como una jauría de lobos.

En vísperas del año 2000 se asistirá a un choque entre los adeptos de Mahoma y las naciones cristianas. Tendrá lugar una horrible guerra en la que perderán la vida 5.650.451 soldados, yuna bomba muy destructiva será lanzada sobre una ciudad de Persia. Pero al final vencerá el signo de la Cruz y todos los musulmanes se convertirán al cristianismo. Seguirá un siglo de paz y de bienestar, pues todas las naciones depondrán las armas. Seguirá una gran riqueza, pues el Señor derramará su bendición sobre los creyentes. En toda la Tierra no quedará ni una familia que viva en la pobreza y que sufra hambre. A un hombre de cada diez Dios le dará el poder de curar las enfermedades de los que piden ayuda. Después de estos milagros se escucharán los gritos de júbilo de un gran número de personas. El siglo XXI será denominado la “segunda Edad de Oro de la humanidad”.