Hoy, día 8 de marzo, día internacional de la mujer, he decidido subir un vídeo del fallecido productor de cine Aaron Russo, y que conoció a un miembro del clan Rockefeller en persona. En dicho vídeo, Aaron Russo cuenta que a la elite mundial no le parecia mala idea la lucha de las feministas por conseguir los mismos derechos que los hombres y buscaron el modo de propagar su lucha y sacar tajada económica de la misma.
Yo creo que el feminimo, como otros movimientos políticos,, son genuinos, que haya agentes o poderes que se crean que tienen el control absoluto sobre estos movimientos políticos revolucionarios es producto de su soberbia.
Pero les invito a una reflexión. En el caso español, tenemos una Reina que secunda una huelga feminista el 8M en España, tenemos a una ministra de Trabajo cuyo rostro emanaba felicidad en la rueda de prensa y felicita a los participantes de la "huelga feminista del 8M". Hasta he visto el logo de la cadena de TV de la Sexta de una gran corporacion multimedia cambiar su color verde habitual por el color morado.
Yo sé por una fuente de las cloacas del estado que una protesta o manifestación que supone una amenaza real si suma 100 participantes, al poder les jode mucho y, si suma 1000 personas, los de arriba pierden los papeles. De ser cierto lo que me dijo: ¿Por qué no pierden los papeles en este caso?
No existe tal huelga feminista, solo una fiesta de amigas. Cuando los independentistas catalanes intentaron independizar Cataluña del estado español les enviaron policías antidisturbios desde lugares lejanos, les golpearon con la porra, hubo detenciones, heridos, encarcelados y juicios.
¿La revolución feminista es una amenaza al sistema en general y el estado español en particular? No, lo más probable es que no haya detenciones, y si las hay, a las acusadas no les caigan 13 años de prisión como a unos chicos de Altsasua en una pelea de bar.
Hoy he visto en la tele una huelga de mujeres vestidas como si estuvieran en el día de Carnaval, pegando gritos, haciendo caceroladas, saltando como ranas, otras cantando chirigotas, en una embarcación por un rio y hasta una exhibición de defensa personal en 4 movimientos.
La huelga general del 8M es un ejemplo más de activismo baldío; y no es más que una parodia de sí mismo, un activismo que parece recien sacado de una escena de la película de "La Vida de Bryan".