martes, 29 de julio de 2014

Theranos: la misteriosa empresa sanitaria controlada por Kissinger y otros miembros de la élite militar y política



por Michael Krieger | Liberty Blitzkrieg

“Kissinger merece ser procesado por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y por delitos contra el derecho internacional, entre ellos conspiración para cometer asesinato, secuestro y tortura. Un buen mentiroso debe tener una buena memoria: y Kissinger es un mentiroso estupendo con una memoria extraordinaria” -Christopher Hitchens, de su libro: El Juicio de Henry Kissinger (The Trial of Henry Kissinger)

La primera vez que oí hablar de Theranos, Inc. fue en otoño de 2013, cuando el Wall Street Journal publicó un artículo titulado: “Elizabeth Holmes: La Revelación del diagnóstico instantáneo”

Elizabeth Holmes
Fue la primera vez en la que mucha gente oyó hablar de esta empresa, ya que a pesar de haber sido fundada una década antes, en 2003, su existencia se había mantenido en un nivel de secreto propio de las operaciones militares clasificadas.

He aquí algunos extractos de ese artículo original:

La Sra. Holmes, de 29 años de edad, química, ingeniera eléctrica y empresaria, se marchó de Stanford siendo aún estudiante tras fundar una compañía de ciencias de la vida llamada Theranos, en el año 2003. Sus invenciones, que ahora se exponen en detalle por primera vez, podrían poner patas arriba a toda la industria de los tests de laboratorio y podrían cambiar para siempre la metodología de detección de enfermedades y su tratamiento.


Diez años atrás, la Sra. Holmes trabajaba en el sótano de una residencia universitaria, algo muy alejado de su actual sede situada en un parque de investigación fuera del campus. Este edificio es una de las pocas propiedades conocidas de esta compañía en Silicon Valley, pero resulta reveladora a la hora de sugerir su potencial de negocio: ese mismo espacio fue anteriormente el hogar de Facebook y más anteriormente de Hewlett-Packard.


El secreto que cientos de empleados están perfeccionando implica dispositivos que automatizan y miniaturizan más de 1000 pruebas de laboratorio, desde análisis de sangre rutinarios hasta análisis genéticos avanzados.

Los procesos de Theranos son más rápidos, más baratos y más precisos que los métodos convencionales y sólo requieren volúmenes sanguíneos microscópicos, lejos de las prácticas actuales, que requieren de numerosas muestras de sangre extraídas con agujas.


Las técnicas de Theranos solo requieren una minúscula punción en un dedo y un tubo que recoja la muestra llamado “nanotainer”. A continuación la sangre es analizada en un laboratorio equipado con las técnicas desarrolladas por Theranos y los amplios datos recogidos y procesados de forma casi instantánea son inmediatamente enviados al médico.

Es un tipo de servicio indoloro moderno que los consumidores rara vez reciben en los centros de salud.


Según la Sra. Holmes: “Estamos en Silicon Valley, en un mundo de tecnología de consumo… y por eso estamos creando la primera compañía de tests para el consumidor. Los pacientes tendrán la capacidad de acceder fácilmente a su propia información de salud y ser dueños de sus propios datos”

Dentro de poco, podremos encontrar una clínica Theranos en las farmacias más cercanas a las casas de todo norteamericano. El objetivo a largo plazo de la Sra. Holmes es proporcionar servicios Theranos “en áreas a menos de cinco kilómetros de prácticamente todos los hogares de EEUU”

Todo parece correcto, ¿quién podría discutir un avance como éste? Nos encontramos ante una joven prodigio emergida de Silicon Valley, que ha desarrollado un producto que puede mejorar completamente toda la industria de la salud. Entonces, ¿cuál es el truco? ¿dónde está lo malo?


Pues bien, el propio Wall Street Journal nos pone sobre la pista más adelante en ese mismo artículo:

La Sra. Holmes se niega a discutir los planes futuros de Theranos, aunque podemos especular sobre ellos. Por ejemplo, podrían desarrollarse aplicaciones militares en el campo de batalla, especialmente si tenemos en cuenta los numerosos miembros relacionados con el ejército que encontramos en las oficinas de Theranos, así como la presencia en su consejo de administración de los generales retirados Jim Mattis y Gary Roughead, el ex Secretario de Defensa Bill Perry y el ex Secretario de Estado George Shultz

Los generales retirados Jim Mattis y Gary Roughead

Este detalle pasó desapercibido, hasta que un reciente artículo de Robert Wenzel titulado: “¿En qué andan metidos ahora Henry Kissinger y sus gangsters?” nos revela que hay muchos más miembros en la sombra de esa junta directiva de los reportados inicialmente en el artículo del Wall Street Journal.

Ahora podemos añadir a la lista a los siguientes:

·Henry Kissinger


Henry Kissinger

·Richard Kovacevich-ex director ejecutivo de Wells Fargo & Company de 1998 a 2007 y Presidente de la Junta de 2.001 a 2.009.


Richard Kovacevich

·William Perry-Ex secretario de Defensa de EEUU


William Perry

·Riley P. Bechtel-Presidente del Consejo y Director de Bechtel Group, Inc


Riley Bechtel

·Bill Frist- Ex líder de la mayoría del Senado de EE.UU.


Bill Frist

·Samuel Nunn-Ex-senador de EEUU por Georgia durante veinticuatro años y ex-presidente del Comité de Servicios Armados del Senado


Samuel Nunn

Sí, viendo todo esto, cada vez parece más raro.

Puede acusarse a Henry Kissinger de muchas cosas, pero nunca se le podrá acusar de ser humanitario.

Por otra parte, uno pensaría que debería haber más profesionales de la medicina y la salud o empresarios en el Consejo de Administración de una compañía como ésta, sin embargo casi todos son militares y políticos que ejercieron cargos relacionados con el mundo militar.

Las cosas se ponen peor si leemos (entre líneas) una historia publicada recientemente en USA Today, titulada “Agentes de Cambio: Elizabeth Holmes quiere tu sangre”, en la que Kissinger afirma lo siguiente:

“La determinación de hierro de Elizabeth Holmes y su gran capacidad intelectual me convirtieron de ser un escéptico en la materia a convertirme en un entusiasta”

“Nosotros no somos ese tipo de personas que pierden el tiempo a la ligera” afirma Kissinger con una sonrisa. “Pero estamos impresionados con su compromiso con la reducción de los costes de salud y con sus esfuerzos por llevar estos avances a las naciones en vías de desarrollo. Elizabeth puede ganar un montón de dinero, pero esa no es su motivación”

No tenemos ni idea de lo que este grupo de militares y criminales de guerra se llevan entre manos, pero probablemente no sea nada bueno. Donde hay humo, hay fuego. Y sin duda, hay una gran cantidad de humo en Theranos Inc…

Michael Krieger | Liberty Blitzkrieg