martes, 29 de julio de 2014

Un pesticida es capaz de transmitir problemas de salud a través de varias generaciones

Los resultados de una nueva investigación indican que la exposición del Ser Humano a un pesticida, el metoxicloro, puede tener efectos nocivos que se transmitan a por lo menos tres generaciones subsiguientes.


Por ejemplo, si nuestra bisabuela estuvo expuesta al metoxicloro, ello podría provocar una incremento notable en nuestra susceptibilidad a desarrollar ciertas enfermedades, mayormente de tipo renal así como ovárico, además de una mayor propensión a la obesidad, incluso si nadie más de la familia después de la bisabuela sufrió dicha exposición.

La investigación, financiada por los Institutos Nacionales estadounidenses de Salud, la ha realizado el equipo del profesor Michael Skinner, de la Universidad del Estado de Washington, en Pullman, Estados Unidos. El metoxicloro se introdujo en 1948 y fue ampliamente utilizado durante los años 70 como sustituto más seguro del DDT. Se empleó en cultivos agrícolas, plantas ornamentales, ganado y mascotas. Y aún se usa en muchos países del mundo.

Fue prohibido en Estados Unidos en 2003 debido a su toxicidad y a su capacidad para alterar los sistemas endocrinos. El metoxicloro puede comportarse como la hormona estrógeno y afecta profundamente al sistema reproductor.

Cuando Skinner y sus colegas expusieron a ratas embarazadas al metoxicloro, a un nivel típico de exposición ambiental alto, vieron aumentos en la incidencia de enfermedad renal, disfunción ovárica y obesidad en los descendientes de hasta tres generaciones subsiguientes, o sea, incluso en los bisnietos.

Los investigadores creen que el pesticida podría estar afectando a cómo los genes se activan y desactivan en la progenie de un animal expuesto, incluso a pesar de que su ADN y secuencia genética permanezcan sin cambios.

Esto se denomina herencia epigenética transgeneracional. En los últimos años, el laboratorio de Skinner ha documentado efectos epigenéticos provocados por numerosos agentes tóxicos medioambientales, incluyendo el DDT (http://noticiasdelaciencia.com/not/8614/), plásticos, pesticidas, fungicidas, dioxinas, hidrocarburos y el bisfenol-A (http://noticiasdelaciencia.com/not/6424/).


El nuevo estudio es también el primero en mostrar que la mayoría de rasgos de enfermedad transgeneracionales pueden ser transmitidos principalmente a través de la línea femenina. Además, el estudio ha permitido identificar alteraciones en el epigenoma del esperma de las ratas bisnietas macho.

El epigenoma funciona como un conjunto de interruptores para regular la expresión de los genes y puede ser alterado por las condiciones ambientales. Para las personas expuestas a los pesticidas, las consecuencias pueden incluir fertilidad reducida, aparición precoz de enfermedades en adultos y el potencial de pasar esos problemas a las generaciones siguientes.


Skinner sugiere que las exposiciones ancestrales al metoxicloro a lo largo de los pasados 50 años en Estados Unidos podrían estar ejerciendo un papel relevante en las tasas crecientes de incidencia de obesidad y de algunas enfermedades.

En la investigación también han trabajado Carlos Guerrero-Bosagna, Mohan Manikkam, M. Muksitul Haque y Eric E. Nilsson.