En los años 20 del siglo pasado, un hombre sabio apache tuvo varías visiones que recogió en cuatro profecías que predijeron la muerte y la destrucción de la humanidad, a menos que incorporásemos espiritualidad en nuestras vidas diarias. Dos de estas profecías pueden haberse cumplido ya.
Cierto número de gente puede predecir el futuro, pero poca consigue la sincronización correcta. “El Abuelo”, era un hombre sabio Apache, miembro de los Scouts, llamado Stalking Wolf, que fue educado al margen de la influencia externa del hombre blanco. Sus muchas profecías resultaron ser no solamente ciertas y de la manera que él dijo, sino que también ocurrieron cuando él las predijo.
El Abuelo podría prever el futuro con enorme exactitud. No solamente podía decirnos con exactitud qué sucedería en el momento, el día, la semana o el año próximo, sino que con la misma exactitud podía predecir el futuro posible con diez años y más de antelación. No tardé demasiado en comenzar a guardar los expedientes detallados de sus predicciones, junto con otras notas que guardé como trucos para la supervivencia, seguimiento de huellas y cosas referentes a la conciencia y al espíritu. Recibí del Abuelo centenares de predicciones personales, de menor importancia, y la mitad de ellas se han cumplido. Junto con las profecías personales de menor importancia estaba una lista de 103 predicciones importantes, de las cuales, hasta la fecha, unas 65 han llegado a ser absolutamente verdad, no solamente en cuanto a tiempo y lugar sino también en el orden exacto en el cual fueron predichas que sucederían.
El Abuelo decía que no había un solo futuro, sino más de un futuro posible. El momento presente "el ahora" es como la palma de una mano, cada dedo representa el futuro posible y, como siempre, uno de los futuros es siempre el de más gran alcance, siendo esa la manera en que los acontecimientos seguramente nos irían llegando. Así sus predicciones eran sobre el futuro posible, lo que significa que él dejó siempre una opción a escoger.
"Si un hombre puede escoger las mejores opciones", dijo, "entonces puede alterar perceptiblemente el curso del futuro posible. Ningún hombre solo, por ello, debe sentirse insignificante, porque tan solo un hombre es suficiente para alterar la conciencia de la humanidad entera a través del Espíritu que mueve todas las cosas. Esencialmente, un pensamiento influencia a otro, después a otro más, hasta que el pensamiento se hace manifiesto a través de toda la Creación. Es el mismo pensamiento, la misma fuerza, que hace que una multitud entera de pájaros cambie el curso de su vuelo colectivo, pues la multitud entonces tiene una sola mente."
De todas las profecías principales y personales que el Abuelo predijo, hay cuatro que sobresalen del resto. Son las cuatro que anuncian la destrucción del hombre y de la vida en la Tierra, como ahora sabemos que esa posibilidad existe. Aún así, el Abuelo dijo que aún estábamos a tiempo de cambiar las cosas, incluso después de que dos de esas profecías se hayan realizado, pero que no podría haber vuelta atrás después del que se cumpliera la tercera. Ahora que ya nos encontramos más allá de la segunda profecía cumplida, el peligro y la destrucción son muy evidentes, y nuestra sola esperanza es esforzarnos más para cambiar lo que posiblemente se ha convertido en lo inevitable. La urgencia que siento ahora, más que nunca es resultado directo del cumplimiento de la segunda y inverosímil profecía. Es la razón por la cual estoy impartiendo cursos preparativos, a veces con cierta desesperación, y constantemente con el sentido que estamos funcionando en una contra-reloj.
Tendré que trabajar más duro, con la misma desesperación, más tiempo, pero, como el resto de humanidad, ha hecho falta un fuerte mensaje para motivarme. He sabido que se acercan esos acontecimientos que él profetizó porque las predicciones personales, de menor importancia, se han ido realizando cada día.
El predijo tan exactamente la muerte de mi hijo Rick en un caballo blanco, un preciso día en Pine Barrens donde lo llevaría allí por primera vez, que eso hizo que mi vida cambiara para siempre. El predijo la formación de mi escuela, de mis libros, de mi familia, e incluso las equivocaciones horribles en que incurriría mientras intentara vivir dentro de sociedad.
Por lo tanto, aunque todo vaya cumpliéndose día a día, no quiero creer o aceptar simplemente que la mayor profecía concerniente a la destrucción del hombre vaya a ser una realidad, y su real posibilidad me ha golpeado profundamente. Es en este preciso momento en que he sentido lo urgente de la situación.
Recuerdo vivamente, como si hubiera estado en ella, la "noche de las cuatro profecías" tanto, que tengo por costumbre llamar así a esa noche que El Abuelo nos anunció por primera la posibilidad de su existencia. Estuvimos con el Abuelo durante cinco años y en ese entonces estábamos acostumbrados a sus profecías y a su exactitud.
Nuestra capacidad de entender las cosas del mundo espiritual era tan buena como nuestra capacidad de sobrevivir y de cazar. Muy pocas cosas de lo que la sociedad suele llamar "paranormal" nos extrañaba lo más mínimo, porque los milagros eran parte de nuestra existencia diaria. El Abuelo mismo era un milagro vivo, y muchas de las cosas que él hacía cotidianamente, a veces inconscientemente, habrían sido consideradas como milagros por la mayoría de la gente. Así, aún sabiendo que habíamos alcanzado el plano espiritual, la noche de las cuatro profecías nos impresionó como ninguna otra cosa lo había hecho hasta entonces.
Habíamos estado yendo de excursión todo el día sin muchas pausas, hacia un lugar adonde íbamos a acampar, encima de una pequeña colina que ahora llamo la Colina de las Profecías. Era un lugar típico veraniego: caliente, bochornoso y polvoriento, sin agua disponible a lo largo de nuestra ruta durante todo el recorrido. Como de costumbre, todavía nos tomamos el tiempo para parar con frecuencia o para tomar senderos laterales para explorar distintas áreas a lo largo de nuestra ruta. La aventura y la exploración nos mantuvieron frescos y con entusiasmo, haciendo de la fatiga, del calor y de la sed factores apenas importantes.
Muchas veces a lo largo del trayecto, el Abuelo paraba y nos enseñaba no solo lecciones prácticas sobre supervivencia, de seguimiento de pistas o de adquisición de conocimientos , sino que nos daba lecciones referentes al conocimiento espiritual. Muy a menudo discurría sobre el futuro y, casi con la misma frecuencia, sobre el lejano pasado.
En un punto, nos paramos tras el rastro de ciervos por el que avanzábamos siguiendo a El Abuelo a través de la espesa maleza. Los árboles y los arbustos por los que pasábamos eran muy distintos a los del resto de Pine Barrens, y supe inmediatamente que ese lugar había sido como una especie de viejo asentamiento o de una antigua ciudad. Aunque los edificios estaban en ruinas desde hacía mucho tiempo, las plantas y los árboles dibujaban aún el lugar donde un tiempo atrás había habido una civilización. Tras pasar por entre varias zonas de muy espesa vegetación, entramos finalmente en una arboleda de altos y viejos árboles sicómoro.
Enormes plantas trepadoras, del género que podrían encontrarse en una jungla, colgaban de las ramas y trepaban a lo largo de los grandes troncos. Realmente aquel sitio parecía completamente fuera de lugar, Con los pinos, los robles y los arándanos típicos de Pine Barrens. Al momento de sentarnos en aquel lugar me embargó un sentimiento espiritual muy profundo de conocimiento, y fue entonces que vislumbré las tumbas.
Aquello era muy antiguo y probablemente había sido el emplazamiento de un cementerio largamente olvidado, perteneciente posiblemente a la ciudad que en un tiempo había estado alguna vez ahí. Las piedras eran viejas; algunas yacían completamente en el suelo y otras permanecían aún en pie, Aunque ninguna de ellas se encontraba en la correcta posición vertical. Las plantas y la maleza habían invadido muchas de las piedras, sobre las cuales apenas si se podía distinguir las inscripciones. El deterioro debido al paso del tiempo había borrado gran parte de nombres y fechas, dejándolas apenas descifrables.
De inmediato nos sentimos temerosos y humildes y con deferencia y respeto hacia ese lugar fúnebre; al mismo tiempo, nos sorprendió el hecho de que el Abuelo lo hubiera encontrado tan fácilmente. Por lo que me consta, ninguno de nosotros habían estado allí antes, ni el Abuelo había contado jamás nada sobre este cementerio. Así sin más, sin una razón aparente, el Abuelo parecía haber sido conducido hacia ahí pero consciente de encontrarse en un nivel espiritual invisible, o por lo menos invisible para nosotros. Sospecho, visto desde la perspectiva actual, que él sabía que eso se convertiría en una lección reveladora para nosotros.
Se acercó a una de las tumbas que estaba parcialmente cubierta por zarzaparrilla y la apartó suavemente. Al cabo de un largo rato, nos hizo una señal para que nos acercáramos. Apenas podíamos distinguir el hombre y las fechas inscritas en el sepulcro, pero en la base se podía leer fácilmente: "a la edad de 12 años."
Fue entonces cuando el Abuelo habló: "¿Quiénes son esta gente? ¿Quién es este muchacho? ¿Por qué trabajaron y cuales han sido sus esperanzas, sus sueños y sus visiones? ¿Trabajaron solamente con su cuerpo o trabajaron para cosas más allá de la carne, para un propósito más elevado?
Ciertamente influyeron en el Espíritu que mueve todas las cosas, pero ¿se esforzaron realmente con toda su capacidad de hacer las mejores cosas para el futuro de sus hijos, o no hicieron nada a excepción de perpetuar el mito de la sociedad? ¿Estuvieron alegres, felices y llenos de éxtasis espiritual, o solamente condujeron sus vidas de trabajo y de mediocridad?
Y este muchacho, ¿vivió cerca de la Tierra y del Creador, o solamente sacrificó su juventud y su amor a la aventura al trabajo, al igual que hicieron sus padres y los padres de sus padres antes que ellos? Este muchacho tenia exactamente vuestra misma edad, y sospecho que él tenía esperanzas y sueños como los vuestros. Pero mirad lo que queda de él, reposa en un sepulcro olvidado."
"Pero, Abuelo", dije yo, "no le ha sido suficiente el ser feliz y vivir su vida plenamente?."
Después de un largo silencio, El Abuelo respondió: "no es suficiente que el hombre sea feliz solamente en la carne, debe también ser feliz y alegre de espíritu. Porque sin alegría y sin luz espiritual, la vida es superficial. Sin la búsqueda de lo Espiritual, la vida solo es vivida la mitad y resulta vacía. Y por vida espiritual no quiero decir que sea solamente reservar una hora al día, un día a la semana, para la adoración a un culto, sino la búsqueda de las cosas del Espíritu en cada momento de cada día. Y os pregunto, entonces: ¿Qué han hecho esta gente para buscar la iluminación y el éxtasis espiritual? ¿Se han abandonado solo a una vida limitada poco más que al trabajo? Se han permitido alguna otra opción durante cada día de su vida, tal como vosotros os daréis otra opción en buscar el éxtasis del espíritu o de relegaros a llevar una vida de trabajo sin sentido? El resultado final es siempre el mismo: sepulcros olvidados y sueños olvidados de gente olvidada. Lo importante no es que alguien los cite u os recuerde, lo importante es que cada uno trabaje para acercarse a Dios y para influir de una manera positiva en la conciencia del Espíritu que mueve todas las cosas, permitiendo así que la conciencia del hombre se acerque cada vez más al Creador."
Salimos del cementerio sin una palabra más y nos dirigimos hasta el lugar para acampar allá en la colina. En el momento de llegar al campamento, había refrescado ya y el sol había desaparecido desde hacía rato.
Mientras preparábamos abrigo y encendíamos un fuego y recolectamos algo de alimento, el tiempo parecía transcurrir inadvertidamente, mientras mi mente estaba completamente absorta en pensamientos sobre la lección recibida en el cementerio. Me preguntaba en cuánto podía parecerme yo
A ese muchacho muerto sin nombre en ese sepulcro olvidado. ¿Buscaba solamente satisfacer la carne y no trabajaba con ahínco suficiente en satisfacer lo referente al espíritu?
Fue entonces cuando tomé conciencia sobre las lecciones más profundas que el Abuelo intentaba enseñarme. Fue entonces cuando me di cuenta de que debía vivir mi vida como si debiera morir al día siguiente, ya que fue eso lo qué le sucedió a ese muchacho joven. Nadie puede asegurar que estará aquí al día siguiente, así que debemos vivir cada día plenamente, tanto física como, sobre todo, espiritualmente. Lo importante no es que alguien recuerde quienes éramos sino que recuerden que nosotros realizamos un cambio positivo en la conciencia del Espíritu que mueve todas las cosas, la fuerza vital de la Tierra, y, así, encontrar la conciencia espiritual y alcanzar al Creador.
Me senté cerca del fuego después de terminar las faenas, para relajarme, atormentado aún con el recuerdo del muchacho del cementerio. El Abuelo se sentó en el extremo opuesto cerca del fuego, con los ojos cerrados, pero sospeché que no estaba durmiendo. Bajo la luz del fuego del campamento, sus rasgos aparecieron más etéricos que físicos. Se inclinó ligeramente hacia adelante y contestó a las muchas preguntas que tenía yo en mi mente.
A veces, su capacidad de saber lo que pasaba por mi mente era desconcertante, la idea de que podía leer mis pensamientos me ponía furioso.
"¿Has observado alguna vez el vuelo de chochas en la playa, la manera en que siguen el flujo y el reflujo de las mareas, pareciendo ocasionalmente no un grupo de animales individuales sino un solo organismo, moviéndose como un bloque a lo largo de las olas? - preguntó- Cuando levantan el vuelo, su coherencia es aún más impresionante y maravillosa. Inmediatamente todos volarán en una misma dirección, y entonces en un instante la multitud entera dará un quiebro simultáneamente y tomará una nueva dirección."
"Si las observamos de cerca, no hay ningún pájaro en particular que tome la decisión de girar, sino que parece ser un sentimiento, una conciencia colectiva, que funciona a través de la multitud de forma simultánea.
Cuando las observamos de lejos, la multitud en vuelo aparece ser un solo animal, un organismo, una sola conciencia, gobernada por la fuerza y el espíritu colectivo de todos los individuos. Es esta misma conciencia que recorre también a través del hombre, la naturaleza y la Tierra, a lo cuál llamamos el "Espíritu que mueve todas las cosas" o "la fuerza de la vida"."
"Supongo", continuó, "que es tan solo un único pájaro el que produce el pensamiento que hace dar la vuelta a todo el grupo, y ese pensamiento se manifiesta inmediatamente en todos los demás. El individuo trasciende el yo haciendo uno con todo el conjunto. Así, inmediatamente, el pájaro mueve el grupo y el grupo mueve al pájaro. Entonces, no preguntes que es lo que puedes hacer para influir en la fuerza de la vida de una manera positiva, porque ese mismo espíritu que gobierna los movimientos de los pájaros es el mismo que también circula por dentro tuyo. Una persona, una idea, un pensamiento puede dar vuelta a la multitud de la sociedad ausente e independientemente de la trayectoria destructiva de los tiempos actuales.
La cuestión no es saber si estamos haciendo o no algo diferente, ya que todos nosotros somos distintos y cada uno de nosotros hace a su modo particular. Es nuestra particular diferencia lo que resulta realmente importante."
"Pues si vivimos una vida que esté cerca del Espíritu, si buscamos la iluminación espiritual de la unidad, eso influirá el curso de la vida", dije yo. Mi comentario era más una pregunta que una afirmación.
Tom Brown, Jr estuvo aprediendo con intensidad de "El Abuelo" durante veinte años, a partir de su primer encuentro cuando Tom tenia solo siete años de edad. Stalking Wolf, era en la vida real, el abuelo del mejor amigo de Tom en ese entonces. El extracto siguiente del libro de Tom, The Quest³, habla de las predicciones del abuelo para toda la humanidad: Mirando atrás, puedo ver claramente que las profecías del abuelo, contrariamente a todo el resto, han tenido una muy gran influencia en mi vida. En esa época tenían solamente el efecto de asustarme para hacerme obedecer y tomar conciencia. No fue sino después que sus profecías comenzaran a cumplirse que su impacto obsesivo comenzó a afectarme de una manera muy profunda.
Más que cualquier otro profeta, líder religioso o médium, que haya conocido nunca, las profecías de El Abuelo, ya fueran las de gran o pequeña magnitud, resultaron concretarse exactamente en el momento que él las había previsto y exactamente tal como él las profetizó. Todo este expediente no ha ayudado a otra cosa sino a sentir más el impacto de estas profecías en mi vida.
Cierto número de gente puede predecir el futuro, pero poca consigue la sincronización correcta. “El Abuelo”, era un hombre sabio Apache, miembro de los Scouts, llamado Stalking Wolf, que fue educado al margen de la influencia externa del hombre blanco. Sus muchas profecías resultaron ser no solamente ciertas y de la manera que él dijo, sino que también ocurrieron cuando él las predijo.
El Abuelo podría prever el futuro con enorme exactitud. No solamente podía decirnos con exactitud qué sucedería en el momento, el día, la semana o el año próximo, sino que con la misma exactitud podía predecir el futuro posible con diez años y más de antelación. No tardé demasiado en comenzar a guardar los expedientes detallados de sus predicciones, junto con otras notas que guardé como trucos para la supervivencia, seguimiento de huellas y cosas referentes a la conciencia y al espíritu. Recibí del Abuelo centenares de predicciones personales, de menor importancia, y la mitad de ellas se han cumplido. Junto con las profecías personales de menor importancia estaba una lista de 103 predicciones importantes, de las cuales, hasta la fecha, unas 65 han llegado a ser absolutamente verdad, no solamente en cuanto a tiempo y lugar sino también en el orden exacto en el cual fueron predichas que sucederían.
El Abuelo decía que no había un solo futuro, sino más de un futuro posible. El momento presente "el ahora" es como la palma de una mano, cada dedo representa el futuro posible y, como siempre, uno de los futuros es siempre el de más gran alcance, siendo esa la manera en que los acontecimientos seguramente nos irían llegando. Así sus predicciones eran sobre el futuro posible, lo que significa que él dejó siempre una opción a escoger.
"Si un hombre puede escoger las mejores opciones", dijo, "entonces puede alterar perceptiblemente el curso del futuro posible. Ningún hombre solo, por ello, debe sentirse insignificante, porque tan solo un hombre es suficiente para alterar la conciencia de la humanidad entera a través del Espíritu que mueve todas las cosas. Esencialmente, un pensamiento influencia a otro, después a otro más, hasta que el pensamiento se hace manifiesto a través de toda la Creación. Es el mismo pensamiento, la misma fuerza, que hace que una multitud entera de pájaros cambie el curso de su vuelo colectivo, pues la multitud entonces tiene una sola mente."
De todas las profecías principales y personales que el Abuelo predijo, hay cuatro que sobresalen del resto. Son las cuatro que anuncian la destrucción del hombre y de la vida en la Tierra, como ahora sabemos que esa posibilidad existe. Aún así, el Abuelo dijo que aún estábamos a tiempo de cambiar las cosas, incluso después de que dos de esas profecías se hayan realizado, pero que no podría haber vuelta atrás después del que se cumpliera la tercera. Ahora que ya nos encontramos más allá de la segunda profecía cumplida, el peligro y la destrucción son muy evidentes, y nuestra sola esperanza es esforzarnos más para cambiar lo que posiblemente se ha convertido en lo inevitable. La urgencia que siento ahora, más que nunca es resultado directo del cumplimiento de la segunda y inverosímil profecía. Es la razón por la cual estoy impartiendo cursos preparativos, a veces con cierta desesperación, y constantemente con el sentido que estamos funcionando en una contra-reloj.
Tendré que trabajar más duro, con la misma desesperación, más tiempo, pero, como el resto de humanidad, ha hecho falta un fuerte mensaje para motivarme. He sabido que se acercan esos acontecimientos que él profetizó porque las predicciones personales, de menor importancia, se han ido realizando cada día.
El predijo tan exactamente la muerte de mi hijo Rick en un caballo blanco, un preciso día en Pine Barrens donde lo llevaría allí por primera vez, que eso hizo que mi vida cambiara para siempre. El predijo la formación de mi escuela, de mis libros, de mi familia, e incluso las equivocaciones horribles en que incurriría mientras intentara vivir dentro de sociedad.
Por lo tanto, aunque todo vaya cumpliéndose día a día, no quiero creer o aceptar simplemente que la mayor profecía concerniente a la destrucción del hombre vaya a ser una realidad, y su real posibilidad me ha golpeado profundamente. Es en este preciso momento en que he sentido lo urgente de la situación.
Recuerdo vivamente, como si hubiera estado en ella, la "noche de las cuatro profecías" tanto, que tengo por costumbre llamar así a esa noche que El Abuelo nos anunció por primera la posibilidad de su existencia. Estuvimos con el Abuelo durante cinco años y en ese entonces estábamos acostumbrados a sus profecías y a su exactitud.
Nuestra capacidad de entender las cosas del mundo espiritual era tan buena como nuestra capacidad de sobrevivir y de cazar. Muy pocas cosas de lo que la sociedad suele llamar "paranormal" nos extrañaba lo más mínimo, porque los milagros eran parte de nuestra existencia diaria. El Abuelo mismo era un milagro vivo, y muchas de las cosas que él hacía cotidianamente, a veces inconscientemente, habrían sido consideradas como milagros por la mayoría de la gente. Así, aún sabiendo que habíamos alcanzado el plano espiritual, la noche de las cuatro profecías nos impresionó como ninguna otra cosa lo había hecho hasta entonces.
Habíamos estado yendo de excursión todo el día sin muchas pausas, hacia un lugar adonde íbamos a acampar, encima de una pequeña colina que ahora llamo la Colina de las Profecías. Era un lugar típico veraniego: caliente, bochornoso y polvoriento, sin agua disponible a lo largo de nuestra ruta durante todo el recorrido. Como de costumbre, todavía nos tomamos el tiempo para parar con frecuencia o para tomar senderos laterales para explorar distintas áreas a lo largo de nuestra ruta. La aventura y la exploración nos mantuvieron frescos y con entusiasmo, haciendo de la fatiga, del calor y de la sed factores apenas importantes.
Muchas veces a lo largo del trayecto, el Abuelo paraba y nos enseñaba no solo lecciones prácticas sobre supervivencia, de seguimiento de pistas o de adquisición de conocimientos , sino que nos daba lecciones referentes al conocimiento espiritual. Muy a menudo discurría sobre el futuro y, casi con la misma frecuencia, sobre el lejano pasado.
En un punto, nos paramos tras el rastro de ciervos por el que avanzábamos siguiendo a El Abuelo a través de la espesa maleza. Los árboles y los arbustos por los que pasábamos eran muy distintos a los del resto de Pine Barrens, y supe inmediatamente que ese lugar había sido como una especie de viejo asentamiento o de una antigua ciudad. Aunque los edificios estaban en ruinas desde hacía mucho tiempo, las plantas y los árboles dibujaban aún el lugar donde un tiempo atrás había habido una civilización. Tras pasar por entre varias zonas de muy espesa vegetación, entramos finalmente en una arboleda de altos y viejos árboles sicómoro.
Enormes plantas trepadoras, del género que podrían encontrarse en una jungla, colgaban de las ramas y trepaban a lo largo de los grandes troncos. Realmente aquel sitio parecía completamente fuera de lugar, Con los pinos, los robles y los arándanos típicos de Pine Barrens. Al momento de sentarnos en aquel lugar me embargó un sentimiento espiritual muy profundo de conocimiento, y fue entonces que vislumbré las tumbas.
Aquello era muy antiguo y probablemente había sido el emplazamiento de un cementerio largamente olvidado, perteneciente posiblemente a la ciudad que en un tiempo había estado alguna vez ahí. Las piedras eran viejas; algunas yacían completamente en el suelo y otras permanecían aún en pie, Aunque ninguna de ellas se encontraba en la correcta posición vertical. Las plantas y la maleza habían invadido muchas de las piedras, sobre las cuales apenas si se podía distinguir las inscripciones. El deterioro debido al paso del tiempo había borrado gran parte de nombres y fechas, dejándolas apenas descifrables.
De inmediato nos sentimos temerosos y humildes y con deferencia y respeto hacia ese lugar fúnebre; al mismo tiempo, nos sorprendió el hecho de que el Abuelo lo hubiera encontrado tan fácilmente. Por lo que me consta, ninguno de nosotros habían estado allí antes, ni el Abuelo había contado jamás nada sobre este cementerio. Así sin más, sin una razón aparente, el Abuelo parecía haber sido conducido hacia ahí pero consciente de encontrarse en un nivel espiritual invisible, o por lo menos invisible para nosotros. Sospecho, visto desde la perspectiva actual, que él sabía que eso se convertiría en una lección reveladora para nosotros.
Se acercó a una de las tumbas que estaba parcialmente cubierta por zarzaparrilla y la apartó suavemente. Al cabo de un largo rato, nos hizo una señal para que nos acercáramos. Apenas podíamos distinguir el hombre y las fechas inscritas en el sepulcro, pero en la base se podía leer fácilmente: "a la edad de 12 años."
Fue entonces cuando el Abuelo habló: "¿Quiénes son esta gente? ¿Quién es este muchacho? ¿Por qué trabajaron y cuales han sido sus esperanzas, sus sueños y sus visiones? ¿Trabajaron solamente con su cuerpo o trabajaron para cosas más allá de la carne, para un propósito más elevado?
Ciertamente influyeron en el Espíritu que mueve todas las cosas, pero ¿se esforzaron realmente con toda su capacidad de hacer las mejores cosas para el futuro de sus hijos, o no hicieron nada a excepción de perpetuar el mito de la sociedad? ¿Estuvieron alegres, felices y llenos de éxtasis espiritual, o solamente condujeron sus vidas de trabajo y de mediocridad?
Y este muchacho, ¿vivió cerca de la Tierra y del Creador, o solamente sacrificó su juventud y su amor a la aventura al trabajo, al igual que hicieron sus padres y los padres de sus padres antes que ellos? Este muchacho tenia exactamente vuestra misma edad, y sospecho que él tenía esperanzas y sueños como los vuestros. Pero mirad lo que queda de él, reposa en un sepulcro olvidado."
"Pero, Abuelo", dije yo, "no le ha sido suficiente el ser feliz y vivir su vida plenamente?."
Después de un largo silencio, El Abuelo respondió: "no es suficiente que el hombre sea feliz solamente en la carne, debe también ser feliz y alegre de espíritu. Porque sin alegría y sin luz espiritual, la vida es superficial. Sin la búsqueda de lo Espiritual, la vida solo es vivida la mitad y resulta vacía. Y por vida espiritual no quiero decir que sea solamente reservar una hora al día, un día a la semana, para la adoración a un culto, sino la búsqueda de las cosas del Espíritu en cada momento de cada día. Y os pregunto, entonces: ¿Qué han hecho esta gente para buscar la iluminación y el éxtasis espiritual? ¿Se han abandonado solo a una vida limitada poco más que al trabajo? Se han permitido alguna otra opción durante cada día de su vida, tal como vosotros os daréis otra opción en buscar el éxtasis del espíritu o de relegaros a llevar una vida de trabajo sin sentido? El resultado final es siempre el mismo: sepulcros olvidados y sueños olvidados de gente olvidada. Lo importante no es que alguien los cite u os recuerde, lo importante es que cada uno trabaje para acercarse a Dios y para influir de una manera positiva en la conciencia del Espíritu que mueve todas las cosas, permitiendo así que la conciencia del hombre se acerque cada vez más al Creador."
Salimos del cementerio sin una palabra más y nos dirigimos hasta el lugar para acampar allá en la colina. En el momento de llegar al campamento, había refrescado ya y el sol había desaparecido desde hacía rato.
Mientras preparábamos abrigo y encendíamos un fuego y recolectamos algo de alimento, el tiempo parecía transcurrir inadvertidamente, mientras mi mente estaba completamente absorta en pensamientos sobre la lección recibida en el cementerio. Me preguntaba en cuánto podía parecerme yo
A ese muchacho muerto sin nombre en ese sepulcro olvidado. ¿Buscaba solamente satisfacer la carne y no trabajaba con ahínco suficiente en satisfacer lo referente al espíritu?
Fue entonces cuando tomé conciencia sobre las lecciones más profundas que el Abuelo intentaba enseñarme. Fue entonces cuando me di cuenta de que debía vivir mi vida como si debiera morir al día siguiente, ya que fue eso lo qué le sucedió a ese muchacho joven. Nadie puede asegurar que estará aquí al día siguiente, así que debemos vivir cada día plenamente, tanto física como, sobre todo, espiritualmente. Lo importante no es que alguien recuerde quienes éramos sino que recuerden que nosotros realizamos un cambio positivo en la conciencia del Espíritu que mueve todas las cosas, la fuerza vital de la Tierra, y, así, encontrar la conciencia espiritual y alcanzar al Creador.
Me senté cerca del fuego después de terminar las faenas, para relajarme, atormentado aún con el recuerdo del muchacho del cementerio. El Abuelo se sentó en el extremo opuesto cerca del fuego, con los ojos cerrados, pero sospeché que no estaba durmiendo. Bajo la luz del fuego del campamento, sus rasgos aparecieron más etéricos que físicos. Se inclinó ligeramente hacia adelante y contestó a las muchas preguntas que tenía yo en mi mente.
A veces, su capacidad de saber lo que pasaba por mi mente era desconcertante, la idea de que podía leer mis pensamientos me ponía furioso.
"¿Has observado alguna vez el vuelo de chochas en la playa, la manera en que siguen el flujo y el reflujo de las mareas, pareciendo ocasionalmente no un grupo de animales individuales sino un solo organismo, moviéndose como un bloque a lo largo de las olas? - preguntó- Cuando levantan el vuelo, su coherencia es aún más impresionante y maravillosa. Inmediatamente todos volarán en una misma dirección, y entonces en un instante la multitud entera dará un quiebro simultáneamente y tomará una nueva dirección."
"Si las observamos de cerca, no hay ningún pájaro en particular que tome la decisión de girar, sino que parece ser un sentimiento, una conciencia colectiva, que funciona a través de la multitud de forma simultánea.
Cuando las observamos de lejos, la multitud en vuelo aparece ser un solo animal, un organismo, una sola conciencia, gobernada por la fuerza y el espíritu colectivo de todos los individuos. Es esta misma conciencia que recorre también a través del hombre, la naturaleza y la Tierra, a lo cuál llamamos el "Espíritu que mueve todas las cosas" o "la fuerza de la vida"."
"Supongo", continuó, "que es tan solo un único pájaro el que produce el pensamiento que hace dar la vuelta a todo el grupo, y ese pensamiento se manifiesta inmediatamente en todos los demás. El individuo trasciende el yo haciendo uno con todo el conjunto. Así, inmediatamente, el pájaro mueve el grupo y el grupo mueve al pájaro. Entonces, no preguntes que es lo que puedes hacer para influir en la fuerza de la vida de una manera positiva, porque ese mismo espíritu que gobierna los movimientos de los pájaros es el mismo que también circula por dentro tuyo. Una persona, una idea, un pensamiento puede dar vuelta a la multitud de la sociedad ausente e independientemente de la trayectoria destructiva de los tiempos actuales.
La cuestión no es saber si estamos haciendo o no algo diferente, ya que todos nosotros somos distintos y cada uno de nosotros hace a su modo particular. Es nuestra particular diferencia lo que resulta realmente importante."
"Pues si vivimos una vida que esté cerca del Espíritu, si buscamos la iluminación espiritual de la unidad, eso influirá el curso de la vida", dije yo. Mi comentario era más una pregunta que una afirmación.
Tom Brown, Jr estuvo aprediendo con intensidad de "El Abuelo" durante veinte años, a partir de su primer encuentro cuando Tom tenia solo siete años de edad. Stalking Wolf, era en la vida real, el abuelo del mejor amigo de Tom en ese entonces. El extracto siguiente del libro de Tom, The Quest³, habla de las predicciones del abuelo para toda la humanidad: Mirando atrás, puedo ver claramente que las profecías del abuelo, contrariamente a todo el resto, han tenido una muy gran influencia en mi vida. En esa época tenían solamente el efecto de asustarme para hacerme obedecer y tomar conciencia. No fue sino después que sus profecías comenzaran a cumplirse que su impacto obsesivo comenzó a afectarme de una manera muy profunda.
Más que cualquier otro profeta, líder religioso o médium, que haya conocido nunca, las profecías de El Abuelo, ya fueran las de gran o pequeña magnitud, resultaron concretarse exactamente en el momento que él las había previsto y exactamente tal como él las profetizó. Todo este expediente no ha ayudado a otra cosa sino a sentir más el impacto de estas profecías en mi vida.
"Si las observamos de cerca, no hay ningún pájaro en particular que tome la decisión de girar, sino que parece ser un sentimiento, una conciencia colectiva, que funciona a través de la multitud de forma simultánea.
Cuando las observamos de lejos, la multitud en vuelo aparece ser un solo animal, un organismo, una sola conciencia, gobernada por la fuerza y el espíritu colectivo de todos los individuos. Es esta misma conciencia que recorre también a través del hombre, la naturaleza y la Tierra, a lo cuál llamamos el "Espíritu que mueve todas las cosas" o "la fuerza de la vida"."
"Supongo", continuó, "que es tan solo un único pájaro el que produce el pensamiento que hace dar la vuelta a todo el grupo, y ese pensamiento se manifiesta inmediatamente en todos los demás. El individuo trasciende el yo haciendo uno con todo el conjunto. Así, inmediatamente, el pájaro mueve el grupo y el grupo mueve al pájaro. Entonces, no preguntes que es lo que puedes hacer para influir en la fuerza de la vida de una manera positiva, porque ese mismo espíritu que gobierna los movimientos de los pájaros es el mismo que también circula por dentro tuyo. Una persona, una idea, un pensamiento puede dar vuelta a la multitud de la sociedad ausente e independientemente de la trayectoria destructiva de los tiempos actuales.
La cuestión no es saber si estamos haciendo o no algo diferente, ya que todos nosotros somos distintos y cada uno de nosotros hace a su modo particular. Es nuestra particular diferencia lo que resulta realmente importante."
"Pues si vivimos una vida que esté cerca del Espíritu, si buscamos la iluminación espiritual de la unidad, eso influirá el curso de la vida", dije yo. Mi comentario era más una pregunta que una afirmación.
"No es suficiente" dijo el Abuelo, "buscar las cosas del espíritu en un nivel personal. Actuar así es egoísmo, y los que buscan los reinos espirituales solo para sí mismos no están trabajando para cambiar el Espíritu que vive dentro de la conciencia del hombre. En lugar de acercarse están alejándose del objetivo, están eludiendo su responsabilidad y están utilizando su sabiduría solo para vanagloriarse. El hombre espiritual debe entonces trabajar para un principio, una causa, una Búsqueda más importante que la sola glorificación del uno mismo, para influir al espíritu que puede cambiar la carrera hacia la destrucción del hombre."
Me senté durante mucho tiempo en medio de la quietud de la noche, intentando desesperadamente entender lo que el Abuelo me había dicho. Esencialmente, no era suficiente el esforzarse para conseguir la iluminación espiritual de uno mismo, sino el trabajar para la iluminación espiritual de toda la humanidad. Trabajar solamente para uno mismo, aislarse en busca del éxtasis espiritual, es eludir esta responsabilidad. Lo que El Abuelo quería decir es que una persona espiritual debe tomar la sabiduría y la filosofía de la Tierra e instaurarla de nuevo dentro de la sociedad moderna.
El Abuelo habló de nuevo: "Intentar vivir una vida espiritual dentro de la sociedad moderna es la camino más difícil que uno puede tomar. Es una trayectoria de dolor, de soledad, donde nuestra fe puede verse sacudida, pero ésa es la única forma en que nuestra Visión puede convertirse en realidad. Así la verdadera búsqueda en esta vida es vivir la filosofía de la Tierra dentro de los límites que ciñen al hombre. No necesitamos ninguna iglesia o ningún templo para ir a buscar la paz, porque nuestros templos están yermos como el desierto. No existen los líderes espirituales, porque nuestros corazones y el creador son nuestros únicos líderes. Nuestros iguales están dispersos; pocos hablan nuestra lengua o entienden las cosas que nosotros vivimos.
Caminamos esta trayectoria en soledad, porque cada Visión, cada Búsqueda, es única para cada individuo. Pero debemos caminar dentro de la sociedad sino nuestra Visión muere y cuando un hombre no vive su Visión está muerto en vida."Durante largo rato nadie dijo nada. Me replegué hacia mis propios pensamientos y mis propias dudas. No deseaba vivir en sociedad, porque mi hogar, mi amor, mi vida y mi camino espiritual eran como un yermo desierto. No podía comprender porqué un hombre no podía vivir su visión en la pureza de la soledad de un desierto, lejos de las distracciones de la sociedad. No sentía ninguna urgencia o no veía ninguna razón por la cual debía prestar servicio a la sociedad con lo que había aprendido.
La voz de El Abuelo rompió mis pensamientos: "La Tierra está muriendo. La destrucción del hombre es cercana, muy cerca, y debemos dedicar todos nuestros esfuerzos para cambiar esta trayectoria hacia la destrucción. Debemos pagar los pecados de nuestros abuelos y abuelas, porque durante mucho tiempo hemos sido una sociedad que mata a sus niños para alimentar a sus hijos. No podemos hacer una tregua ni tampoco podemos eludirlo; demasiada gente en el pasado han funcionado eludiendo esa responsabilidad. Es muy fácil vivir una vida espiritual lejos del hombre, pero no podemos probar la veracidad de la Visión en nuestra vida espiritual ni puede convertirse en una realidad sino la llevamos a cabo estando cerca de sociedad."
"¿Cómo puedo saber que estamos tan cerca de esa destrucción?" pregunté. "Tuve una visión", dijo el Abuelo. "Era una visión de la destrucción del hombre. Pero se le ha dado al hombre cuatro advertencias previas a esa destrucción, dos de las cuales ya dieron al hombre la ocasión de cambiar su actitud y otras dos darán a los hijos de la Tierra el tiempo de escapar de la cólera del Creador."
Cuando las observamos de lejos, la multitud en vuelo aparece ser un solo animal, un organismo, una sola conciencia, gobernada por la fuerza y el espíritu colectivo de todos los individuos. Es esta misma conciencia que recorre también a través del hombre, la naturaleza y la Tierra, a lo cuál llamamos el "Espíritu que mueve todas las cosas" o "la fuerza de la vida"."
"Supongo", continuó, "que es tan solo un único pájaro el que produce el pensamiento que hace dar la vuelta a todo el grupo, y ese pensamiento se manifiesta inmediatamente en todos los demás. El individuo trasciende el yo haciendo uno con todo el conjunto. Así, inmediatamente, el pájaro mueve el grupo y el grupo mueve al pájaro. Entonces, no preguntes que es lo que puedes hacer para influir en la fuerza de la vida de una manera positiva, porque ese mismo espíritu que gobierna los movimientos de los pájaros es el mismo que también circula por dentro tuyo. Una persona, una idea, un pensamiento puede dar vuelta a la multitud de la sociedad ausente e independientemente de la trayectoria destructiva de los tiempos actuales.
La cuestión no es saber si estamos haciendo o no algo diferente, ya que todos nosotros somos distintos y cada uno de nosotros hace a su modo particular. Es nuestra particular diferencia lo que resulta realmente importante."
"Pues si vivimos una vida que esté cerca del Espíritu, si buscamos la iluminación espiritual de la unidad, eso influirá el curso de la vida", dije yo. Mi comentario era más una pregunta que una afirmación.
"No es suficiente" dijo el Abuelo, "buscar las cosas del espíritu en un nivel personal. Actuar así es egoísmo, y los que buscan los reinos espirituales solo para sí mismos no están trabajando para cambiar el Espíritu que vive dentro de la conciencia del hombre. En lugar de acercarse están alejándose del objetivo, están eludiendo su responsabilidad y están utilizando su sabiduría solo para vanagloriarse. El hombre espiritual debe entonces trabajar para un principio, una causa, una Búsqueda más importante que la sola glorificación del uno mismo, para influir al espíritu que puede cambiar la carrera hacia la destrucción del hombre."
Me senté durante mucho tiempo en medio de la quietud de la noche, intentando desesperadamente entender lo que el Abuelo me había dicho. Esencialmente, no era suficiente el esforzarse para conseguir la iluminación espiritual de uno mismo, sino el trabajar para la iluminación espiritual de toda la humanidad. Trabajar solamente para uno mismo, aislarse en busca del éxtasis espiritual, es eludir esta responsabilidad. Lo que El Abuelo quería decir es que una persona espiritual debe tomar la sabiduría y la filosofía de la Tierra e instaurarla de nuevo dentro de la sociedad moderna.
El Abuelo habló de nuevo: "Intentar vivir una vida espiritual dentro de la sociedad moderna es la camino más difícil que uno puede tomar. Es una trayectoria de dolor, de soledad, donde nuestra fe puede verse sacudida, pero ésa es la única forma en que nuestra Visión puede convertirse en realidad. Así la verdadera búsqueda en esta vida es vivir la filosofía de la Tierra dentro de los límites que ciñen al hombre. No necesitamos ninguna iglesia o ningún templo para ir a buscar la paz, porque nuestros templos están yermos como el desierto. No existen los líderes espirituales, porque nuestros corazones y el creador son nuestros únicos líderes. Nuestros iguales están dispersos; pocos hablan nuestra lengua o entienden las cosas que nosotros vivimos.
Caminamos esta trayectoria en soledad, porque cada Visión, cada Búsqueda, es única para cada individuo. Pero debemos caminar dentro de la sociedad sino nuestra Visión muere y cuando un hombre no vive su Visión está muerto en vida."Durante largo rato nadie dijo nada. Me replegué hacia mis propios pensamientos y mis propias dudas. No deseaba vivir en sociedad, porque mi hogar, mi amor, mi vida y mi camino espiritual eran como un yermo desierto. No podía comprender porqué un hombre no podía vivir su visión en la pureza de la soledad de un desierto, lejos de las distracciones de la sociedad. No sentía ninguna urgencia o no veía ninguna razón por la cual debía prestar servicio a la sociedad con lo que había aprendido.
La voz de El Abuelo rompió mis pensamientos: "La Tierra está muriendo. La destrucción del hombre es cercana, muy cerca, y debemos dedicar todos nuestros esfuerzos para cambiar esta trayectoria hacia la destrucción. Debemos pagar los pecados de nuestros abuelos y abuelas, porque durante mucho tiempo hemos sido una sociedad que mata a sus niños para alimentar a sus hijos. No podemos hacer una tregua ni tampoco podemos eludirlo; demasiada gente en el pasado han funcionado eludiendo esa responsabilidad. Es muy fácil vivir una vida espiritual lejos del hombre, pero no podemos probar la veracidad de la Visión en nuestra vida espiritual ni puede convertirse en una realidad sino la llevamos a cabo estando cerca de sociedad."
"¿Cómo puedo saber que estamos tan cerca de esa destrucción?" pregunté. "Tuve una visión", dijo el Abuelo. "Era una visión de la destrucción del hombre. Pero se le ha dado al hombre cuatro advertencias previas a esa destrucción, dos de las cuales ya dieron al hombre la ocasión de cambiar su actitud y otras dos darán a los hijos de la Tierra el tiempo de escapar de la cólera del Creador."
"Cómo reconoceré esas advertencias, esos signos?" pregunté. El abuelo continuó: "Serán obvios a tus ojos y a los que han aprendido a escuchar el Espíritu de la Tierra; pero a los que vivan dentro de la carne y sepan solamente sobre cuestiones del mundo material, no tienen ninguna posibilidad de poder saber o de poder entender. Cuando estos signos, estas advertencias y estas profecías se hagan manifiestas, comprenderás la urgencia de lo que hablo. Entonces entenderás porqué la gente no debe solo esforzarse para su propio crecimiento espiritual sino transmitir ese descubrimiento a la conciencia del hombre moderno."
Los Cuatro Signos.
El Abuelo había estado vagando durante varios años y tenia cuarenta años bien llevados, cuando La Visión de los Cuatro Signos le fue dada. El acababa de terminar su tercera búsqueda de la Visión en la Cueva de la Eternidad cuando la visión se le manifestó. Estaba sentado en la entrada de la cueva, aguardando el sol del amanecer, cuando el espíritu del guerrero se le apareció. Se sentía como si estuviera en un estado entre el sueño y la realidad, entre la vigilia y el sueño, cuando el espíritu habló por fin y él supo que no era fruto de su imaginación. El espíritu llamó por su nombre al Abuelo y le hizo señas para que le siguiera.
En el mismo instante en él que se incorporaba, fue transportado repentinamente a otro mundo. Una vez más creyó que estaba soñando, pero su cuerpo podía sentir la realidad de ese lugar; sus sentidos sabían que ese era un estado de una realidad miserable, pero perteneciente a una época y a un lugar distintos.
El espíritu del guerrero habló a El Abuelo: "Estas son las cosas que están aún por llegar y que anunciaran la destrucción del hombre. Podría ser que nunca llegues a ver estas cosas, pero debes luchar para que no ocurran y transmitir este aviso a tus nietos. Eso es el futuro posible que puede llegar a ser, sí el hombre no retorna a la Tierra y no empieza a obedecer las leyes de la Creación y del Creador. Existen cuatro signos, cuatro advertencias, que solamente los hijos de la Tierra comprenderán. Cada advertencia marca el principio de un futuro posible, y a medida que cada advertencia se convierta en realidad, se hará realidad también el futuro que presagia." Con esto, el guerrero del espíritu desapareció y el Abuelo se encontró en este nuevo mundo extraño nuevamente solo.
El Primer Signo.
El mundo dentro del cual se encontraba no se parecía en nada a ese que ya conocía. Era un lugar árido con poca vegetación. A lo lejos, se vislumbraba una aldea hecha de tiendas y de tejados más que de Materiales provenientes de la Tierra. A medida que se iba acercando más y más a la aldea, el hedor nauseabundo de la muerte lo sumergía y se sentía cada vez más enfermo. Podría oír a niños llorar, el gemir de ancianos y los agudos lamentos del dolor y la desesperación. Montones de cuerpos reposaban en hoyos abiertos, esperando ser enterrados, con los rostros deformados y los cuerpos debilitados por una muerte causada por el hambre. Los cadáveres se parecían más a esqueletos que a cuerpos, y tanto los niños, los adultos como los ancianos parecían lo mismo, con rostros que antaño fueron de un moreno oscuro, ahora todos eran de un color gris ceniza. Como el Abuelo entró en la aldea, el vivo horror del hambre lo golpeó más profundamente.
Los niños apenas podían caminar, los ancianos yacían moribundos, y por todas partes se oían los gritos del dolor y del miedo. El hedor nauseabundo de la muerte y el sentimiento de desesperación abrumaron a El Abuelo, amenazando echarlo del pueblo. Fue entonces cuando un anciano se apareció a El Abuelo, expresándose en una lengua que él no podría entender.
El Abuelo se dio cuenta, mientras el anciano hablaba, de que era el espíritu de un hombre no un hombre de carne y hueso sino solamente un hombre que había seguido un camino espiritual, quizás un chamán de esa tribu. Fue entonces cuando entendió lo que el viejo intentaba decirle. El Anciano habló lentamente. "Bienvenido a lo qué será llamado la "tierra del hambre". Un día el mundo vivirá todo esto con horror y culpará al hambre y la Tierra. Esto será la primera advertencia dada al mundo de que el hombre no puede vivir más allá de las leyes de la Creación, ni puede luchar contra la Naturaleza. Si el mundo entero ve que son ellos los responsables de esta hambruna, de esta absurda hambruna, entonces habrá aprendido una gran lección. Pero me asusta pensar que el mundo no se culpará a él mismo por esa falta, sino que la achacará a la Naturaleza. El mundo no verá que creó este lugar de muerte forzando a la gente a tener familias numerosas. Cuando las leyes de la naturaleza son violadas, la gente muere de hambre, asimismo como la Naturaleza hace morir de hambre a los ciervos en invierno cuando hay más de los que la tierra puede soportar."
El anciano continuó. "Habría que dejar a la gente tranquila. Una vez entendieron cómo vivir con la Tierra y su riqueza fue medida en felicidad, amor y paz. Pero todo eso les fue robado cuando el mundo los vio como sociedades primitivas. Fue entonces cuando el mundo les mostró cómo cultivar y vivir de una manera menos primitiva. Ha sido el mundo que los ha forzado a vivir fuera de las leyes de la Creación y, consecuentemente, ahora los está forzando morir."
Lentamente el anciano empezó a retroceder en el camino, de vuelta a la muerte y a la desesperación. Se giró por última vez y dijo: "Este será el Primer Signo. Vendrán hambruna antes y después de esta de aquí, pero ninguna de ellas llamará tanto la atención del mundo como el impacto causada por ésta. Los hijos de la Tierra aprenderán las lecciones que encierran todo este dolor y esta muerte, pero el mundo considerará esto solamente como una sequía y un periodo de hambre, culpando a la Naturaleza en vez de a sí mismos."
Tras esto, el anciano desapareció y el Abuelo se encontró de nuevo en la boca de la Cueva de la Eternidad. [Nota del autor: Esta es la gran hambruna que padeció África y que inspiró la tentativa de ayuda humanitaria de Bob Geldof denominada "We are the World (Nosotros somos el Mundo)."]
El Abuelo se reclinó en el suelo, reflexionando en lo que había visto. Sabía que había sido una Visión del futuro posible y que el espíritu del guerrero se lo había mostrado para hacerle entender lo que podría suceder. El Abuelo sabía que en esos mismos instantes había gente que moría de hambre en el mundo entero, pero ¿Por qué era esta hambruna tan importante, la más importante de todo las demás, aún más importante que la que estaba ocurriendo en esa época? Fue entonces cuando el Abuelo recordó que el anciano de la tribu había dicho que el mundo entero prestaría atención, pero que no aprenderían la lección de lo que la muerte y el hambre intentaban enseñar. Los niños morirían inútilmente. El Abuelo miró en derredor, hacia la estéril tierra que rodeaba la entrada de la Cueva de la Eternidad para intentar restablecer la realidad del "ahora". Dijo que seguía siendo difícil discernir entre el estar Despierto en la realidad del mundo Visionario, pero sentía que estaba nuevamente de vuelta a su tiempo y su lugar. Me dijo que la Cueva de la Eternidad fue siempre un lugar para encontrar las Visiones de los futuros posibles y probables, y que no era extraño que el interesado en encontrarlas tuviera una Visión en la misma boca de entrada a la cueva, y no solamente una vez dentro.
En un estado de agotamiento físico y emocional, El Abuelo cayó en un sueño profundo, pero fue en este sueño que el espíritu del guerrero se le apareció de nuevo y terminó de contarle los elementos restantes que componían el primer signo. En ese sueño, el espíritu habló a El Abuelo: "Es durante los años de esa hambruna, el primer signo, que la humanidad se verá atormentada por una enfermedad que barrerá la tierra y aterrorizará las masas. Los Camisas blancas [doctores/científicos] no dispondrán de ninguna respuesta para la gente, y un gran grito se oirá desde un extremo al otro del planeta. La enfermedad vendrá de los monos, de las drogas y del sexo. Destruirá al hombre desde el interior, convirtiendo en mortal cualquier enfermedad común. La humanidad atraerá esta enfermedad sobre si mismo como resultado de su estilo de vida, de su adoración al sexo y a las drogas, y por llevar una vida alejada de la Naturaleza. Esta es también una parte de la primera advertencia; pero, una vez más, el hombre no prestará atención a esta advertencia y continuará adorando a los dioses artificiales del sexo y del espíritu inconsciente de las drogas." [Nota del autor: Esto es probablemente una alusión al SIDA.]
El espíritu continuó: "Las drogas producirán guerras en las ciudades del hombre, y las naciones se revelarán contra esas guerras, se revelarán contra esa enfermedad mortal. Pero las naciones lucharán de manera incorrecta, atacando los efectos externos más que las causas. Nunca ganarán estas guerras hasta que las naciones, hasta que la sociedad, cambien sus valores pues no dejarán de correr tras los dioses del sexo y de las drogas. Será en ese momento, durante el transcurso de los años en que se manifieste el primer signo, que el hombre podrá cambiar el curso del futuro probable. Será entonces cuando podrá comprender las mayores lecciones que impartirán el hambre y la enfermedad. Será entonces cuando todavía quede esperanza. Pero una vez que aparezca el segundo signo de la destrucción, la Tierra no podrá ser ya salvada en el plano físico.
Solamente la curación espiritual podrá entonces cambiar el curso de los futuros probables de la humanidad." Tras esto, el espíritu del guerrero dejó al Abuelo dormir profundamente sin sueño alguno, lo que le permitió descansar completamente antes de que otra Visión más le fuera revelada.
El Segundo Signo.
El abuelo se despertó nuevamente en la entrada de la cueva, el recuerdo del espíritu del guerrero aún estaba vivo en su mente las palabras del espíritu estaban impregnadas en su alma. Cuando el abuelo miró fuera hacia el paisaje, todo había cambiado. El paisaje parecía más seco; no se veía ninguna vegetación y los animales yacían moribundos. Un fuerte hedor nauseabundo de muerte envolvía la tierra, el polvo era espeso y sofocante y hacia un calor intenso y opresivo. Mirando hacia el cielo, el sol parecía ser más grande y más intenso; ningún pájaro ni nube podía ser visto, y el aire parecía faltar.
Fue entonces cuando el cielo pareció resquebrajarse y enormes agujeros comenzaron a aparecer. El cielo se desgarró con un ruido de estruendo y ensordecedor y la misma Tierra, las rocas y el suelo temblaron.La piel del cielo parecía estar rasgada por heridas abiertas, y a través de estas heridas rezumaba un líquido que parecía pus de una infección, flotaba un gran mar de basura, de petróleo y de peces muertos. Fue a través de una de estas heridas que el abuelo vio cuerpos de delfines flotando muertos, acompañados por enormes temblores de tierra y de violentas tormentas. Mientras el se sujetaba rápidamente en la Tierra temblorosa, sus mirada descendió del cielo, y de repente, todo en derredor era un verdadero caos. Los montones de basura alcanzaban el cielo, los bosques estaban abatidos por el suelo y morían, las costa estaban inundadas y las tormentas se volvían cada vez más violentas y más ensordecedoras. Cada vez la Tierra se sacudía con mayor intensidad, amenazando romperse en dos y tragarse al Abuelo. La tierra paró repentinamente de temblar y el cielo se despejó. Del aire polvoriento emergió el espíritu del guerrero, que se detuvo a corta distancia del Abuelo. Cuando el Abuelo miró el rostro del espíritu, Pudo ver que grandes lágrimas fluían de sus ojos, y que cada lágrima que caía en la Tierra levantaba un sonido como si se chamuscase.
El espíritu miró al Abuelo durante largo rato, hasta que finalmente dijo: "Agujeros en el cielo."El Abuelo reflexionó un instante, mas en un tono incrédulo, interrogador, dijo, "¿Agujeros en el cielo?" Y el espíritu le contestó "Ese será el segundo signo de la destrucción de la humanidad. Los agujeros en el cielo y todo lo que has podido ver podría convertirse en una realidad para el hombre. Es a partir de aquí, desde el principio de este segundo signo, que el hombre no podrá salvar ya nunca más a la Tierra con solo una acción física. Es a partir de aquí que el hombre debe tener en cuenta esta advertencia y esforzarse aún más para cambiar el futuro cercano. El hombre no debe trabajar solamente en el plano físico, sino que debe también trabajar espiritualmente, con las plegarias, porque solo las plegarias podrán servir ahora para salvar la tierra y a sí mismo."
Hubo una larga pausa durante el tiempo en que el Abuelo pensaba sobre la imposibilidad de que hubiera agujeros en el cielo. El abuelo seguramente sabía que podía existir un agujero espiritual, pero un agujero el cual podía ser visto por las sociedades que viven en la Tierra parecería poco probable.
El espíritu se acercó más y habló de nuevo, casi en un susurro. "Estos agujeros son una consecuencia directa de la vida del hombre, de sus viajes, y de los pecados de sus abuelos y abuelas. Estos agujeros, el segundo signo, anunciarán la muerte de sus hijos y serán la herencia del hombre por haber vivido lejos de la Naturaleza. En el momento en que aparezcan estos agujeros será la época en que habrá una gran transición en la forma de pensar de la humanidad. Se le dará la posibilidad de elegir continuar siguiendo en la trayectoria de la destrucción, o elegir volver nuevamente a la filosofía de la tierra y a una existencia más simple. Es en este momento en que la decisión debe ser tomada, o todo estará perdido." Sin más palabras, el espíritu se dio la vuelta y desapareció nuevamente en la polvareda.
El Tercer Signo.
El Abuelo pasó los cuatro días siguientes en la entrada de la cueva y en esos cuatro días nadie le habló, incluyendo la Tierra. Dijo que ese fue un período de profunda pena, de soledad y unos momentos consagrados a digerir todo lo que le había ocurrido. El sabía que esas cosas no ocurrían nunca en la vida de nadie, por lo que debía de transmitirlas a la gente del futuro con la misma urgencia y energía con las cuales le habían sido transmitidas. Pero no sabía como debía explicar estos acontecimientos inverosímiles a la gente. Seguramente los ancianos y los chamanes de las tribus entenderían, pero no la sociedad, y ciertamente no cualquier persona que se encontrara a mil leguas de la Tierra y del Espíritu. Permaneció sentado durante cuatro días completos, inmóvil, como petrificado, sintiendo un gran peso en el corazón cargado con lo llevaría en él de ahora en adelante. Fue al final del cuarto día cuando se le apareció la tercera Visión.
Mientras miraba hacia fuera el paisaje bajo la puesta de sol, el cielo se licuó repentinamente y volviéndose de un color rojo sangre. El cielo entero era de color rojo intenso, sin variación alguna, sin sombras, sin relieves, sin resplandores. El conjunto de la Creación parecía haberse congelado, como a la espera de recibir una orden invisible. El tiempo, el espacio y el destino parecían zozobrar en la nada, inmóvil en el sangrante cielo. El Abuelo miró fijamente el cielo durante un largo rato, en un estado de temor y de terror, porque el color sangre del cielo no se parecía en nada a lo que él había visto en infinidad de puestas y salidas de sol. Ese color era un color humano, no el de la naturaleza, y desprendía un hedor y una textura asquerosas. Parecía quemar la Tierra dondequiera que a ésta tocara. A medida que la puesta del sol derivaba en noche, las estrellas empezaron a brillar con rojo resplandor, sin que ese color abandonase nunca el cielo, y por todas partes se oían gritos de miedo y de sufrimiento.
Una vez más el espíritu del guerrero se apareció al Abuelo, pero esta vez en una voz que provenía del cielo. La voz sacudió el paisaje como un trueno. "Esto es, pues, el tercer signo, la noche de las estrellas sangrantes. Será reconocido en todo el mundo porque el cielo, en todos los rincones de la tierra, se teñirá de rojo con la sangre del cielo, tanto de día como de noche. Será entonces, con este tercer signo del futuro probable, que no quedarán ya más esperanzas. La vida en la Tierra, tal como el hombre la conoce, acabará y no se podrá dar vuelta atrás, tanto física como espiritualmente. Será entonces, si las cosas no cambian durante el periodo tras el segundo signo, cuando el hombre tendrá la certitud de que la destrucción de la tierra es inminente. Será entonces cuando los niños de la Tierra deben refugiarse hacia los lugares salvajes y ocultarse. Porque después de que el cielo sangre fuego, en ninguna parte en el mundo de los hombre se estará a salvo."
El Abuelo, como si hubiera recibido una sacudida eléctrica, quedó sentado paralizado de horror. La voz continuó."A partir de ese momento, cuando las estrellas sangren, y hasta que se manifieste el cuarto y último signo, transcurrirán cuatro estaciones de paz [es decir, un año]. Es durante estas cuatro estaciones que los niños de la Tierra deben vivir en lo profundo de lugares salvajes y encontrar un nuevo hogar, cerca de la Tierra y del Creador. Solamente los niños de la Tierra sobrevivirán, debiendo vivir según la filosofía de la Tierra, sin volver nunca hacia la forma de pensar del hombre. Y sobrevivir no será suficiente, pues los niños de la tierra deberá también vivir cerca del Espíritu. Por tanto, díganles sin vacilar que si se manifiesta este tercer signo en las estrellas, y desde ese mismo instante, solamente quedarán cuatro estaciones para poder esconderse." El Abuelo dijo que la voz y el cielo rojo permanecieron durante una semana, hasta que desaparecieron tan rápidamente como se habían manifestado.
El Cuarto Signo.
No recordaba cuántos días había permanecido en la boca de la cueva, ni tampoco importaba porque había recibido la Visión que él había venido a buscar. Fue en su última noche en la Cueva de la Eternidad cuando la cuarta Visión se presentó al Abuelo, esta vez proveniente de la voz de un niño joven.
El niño dijo, "El cuarto y último signo aparecerá durante el transcurso de los diez inviernos próximos [es decir, diez años] siguientes a la noche en que las estrellas sangrarán. Durante este tiempo, la Tierra se salvará y el hombre morirá. Durante esos diez años, los niños de la Tierra deben permanecer ocultos en los lugares salvajes, no construir ningún asentamiento permanente, y vagar para evitar el contacto con las últimas fuerzas restantes del hombre. Deberán seguir ocultándose, como los antiguos Scouts, y luchar contra el deseo de ir a ver la destrucción del hombre. La curiosidad podría matar a muchos."
Hubo un largo silencio, hasta que el Abuelo habló al espíritu del niño preguntándole, "Y qué sucederá al mundos habitado por el hombre?" Hubo otro lapsus de silencio hasta que finalmente el niño habló de nuevo: "Habrá una gran hambruna en el mundo entero, una hambruna como el hombre no puede llegar a imaginarse. Las aguas estarán infectadas y los venenos, fruto de los pecados del hombre, contaminarán las aguas de los suelos, de los lagos y de los ríos. Los cultivos fallarán, los animales del hombre morirán, y la enfermedad matará a las masas. Los niños se alimentarán de los restos de los muertos, y todo en derredor no será otra cosa que gritos de dolor y de angustia. Bandas deambulantes de hombres cazarán y matarán a otros hombres como alimento, y el agua será siempre escasa, siendo aún más escasa año tras año. La tierra, el agua, el cielo, todo estará envenenado, y el hombre vivirá bajo la cólera del Creador. Al principio el hombre se ocultará dentro de las ciudades, pero allí morirá. Algunos escaparán al desierto, pero el desierto los destruirá, pues hará demasiado tiempo que se le dio una oportunidad. El hombre será destruido, sus ciudades quedarán en ruinas, y será entonces cuando los nietos pagarán los pecados de sus abuelos y abuelas." "No queda pues ninguna esperanza?" preguntó el Abuelo.
El niño habló de nuevo. "Habrá esperanza solamente durante los periodos del primer y segundo signo. Tras el tercer signo, la noche ensangrentada, no habrá ya más esperanzas, pues solamente los niños de la Tierra sobrevivirán. Le serán dadas al hombre estas advertencias; si no son tomadas en cuenta, no puede haber esperanza, pues solamente los niños de la Tierra podrán purgar los cánceres de la humanidad, del pensamiento destructivo de la humanidad. Será los niños de la tierra los que traerán una nueva esperanza a la nueva sociedad, viviendo más cerca de la Tierra y del espíritu."
Y luego todo fue silencio, el paisaje se despejó y volvió a la normalidad, y el Abuelo salió de la visión. Tembloroso, dijo que vagó durante toda estación siguiente, intentando entender todo lo que le había sido trasmitido, intentando entender por qué lo habían elegido a él. El Abuelo me contó toda la historia con gran detalle durante aquella noche de las cuatro profecías. No creo que se olvidase de ningún acontecimiento, y sus emociones y sus pensamientos eran tales que ciertamente los había vuelto a revivir para nosotros. Así la fuerte energía de su Visión se convirtió en parte de nuestro espíritu, de nuestra motivación, y de gran parte de nuestros miedos. Permanecí sentado durante mucho tiempo en la cima de la colina. El fuego se apagó, y todo parecía haberse ido dormir esa noche. La creación parecía estar paralizada, aguardando a que esa parte más oscura de la noche pasara. Me sentía solo y vulnerable, como si toda la Creación escudriñara cada uno de mis pensamientos.
El Abuelo tuvo esta Visión durante los años 20.
El mundo dentro del cual se encontraba no se parecía en nada a ese que ya conocía. Era un lugar árido con poca vegetación. A lo lejos, se vislumbraba una aldea hecha de tiendas y de tejados más que de Materiales provenientes de la Tierra. A medida que se iba acercando más y más a la aldea, el hedor nauseabundo de la muerte lo sumergía y se sentía cada vez más enfermo. Podría oír a niños llorar, el gemir de ancianos y los agudos lamentos del dolor y la desesperación. Montones de cuerpos reposaban en hoyos abiertos, esperando ser enterrados, con los rostros deformados y los cuerpos debilitados por una muerte causada por el hambre. Los cadáveres se parecían más a esqueletos que a cuerpos, y tanto los niños, los adultos como los ancianos parecían lo mismo, con rostros que antaño fueron de un moreno oscuro, ahora todos eran de un color gris ceniza. Como el Abuelo entró en la aldea, el vivo horror del hambre lo golpeó más profundamente.
Los niños apenas podían caminar, los ancianos yacían moribundos, y por todas partes se oían los gritos del dolor y del miedo. El hedor nauseabundo de la muerte y el sentimiento de desesperación abrumaron a El Abuelo, amenazando echarlo del pueblo. Fue entonces cuando un anciano se apareció a El Abuelo, expresándose en una lengua que él no podría entender.
El Abuelo se dio cuenta, mientras el anciano hablaba, de que era el espíritu de un hombre no un hombre de carne y hueso sino solamente un hombre que había seguido un camino espiritual, quizás un chamán de esa tribu. Fue entonces cuando entendió lo que el viejo intentaba decirle. El Anciano habló lentamente. "Bienvenido a lo qué será llamado la "tierra del hambre". Un día el mundo vivirá todo esto con horror y culpará al hambre y la Tierra. Esto será la primera advertencia dada al mundo de que el hombre no puede vivir más allá de las leyes de la Creación, ni puede luchar contra la Naturaleza. Si el mundo entero ve que son ellos los responsables de esta hambruna, de esta absurda hambruna, entonces habrá aprendido una gran lección. Pero me asusta pensar que el mundo no se culpará a él mismo por esa falta, sino que la achacará a la Naturaleza. El mundo no verá que creó este lugar de muerte forzando a la gente a tener familias numerosas. Cuando las leyes de la naturaleza son violadas, la gente muere de hambre, asimismo como la Naturaleza hace morir de hambre a los ciervos en invierno cuando hay más de los que la tierra puede soportar."
El anciano continuó. "Habría que dejar a la gente tranquila. Una vez entendieron cómo vivir con la Tierra y su riqueza fue medida en felicidad, amor y paz. Pero todo eso les fue robado cuando el mundo los vio como sociedades primitivas. Fue entonces cuando el mundo les mostró cómo cultivar y vivir de una manera menos primitiva. Ha sido el mundo que los ha forzado a vivir fuera de las leyes de la Creación y, consecuentemente, ahora los está forzando morir."
Lentamente el anciano empezó a retroceder en el camino, de vuelta a la muerte y a la desesperación. Se giró por última vez y dijo: "Este será el Primer Signo. Vendrán hambruna antes y después de esta de aquí, pero ninguna de ellas llamará tanto la atención del mundo como el impacto causada por ésta. Los hijos de la Tierra aprenderán las lecciones que encierran todo este dolor y esta muerte, pero el mundo considerará esto solamente como una sequía y un periodo de hambre, culpando a la Naturaleza en vez de a sí mismos."
Tras esto, el anciano desapareció y el Abuelo se encontró de nuevo en la boca de la Cueva de la Eternidad. [Nota del autor: Esta es la gran hambruna que padeció África y que inspiró la tentativa de ayuda humanitaria de Bob Geldof denominada "We are the World (Nosotros somos el Mundo)."]
El Abuelo se reclinó en el suelo, reflexionando en lo que había visto. Sabía que había sido una Visión del futuro posible y que el espíritu del guerrero se lo había mostrado para hacerle entender lo que podría suceder. El Abuelo sabía que en esos mismos instantes había gente que moría de hambre en el mundo entero, pero ¿Por qué era esta hambruna tan importante, la más importante de todo las demás, aún más importante que la que estaba ocurriendo en esa época? Fue entonces cuando el Abuelo recordó que el anciano de la tribu había dicho que el mundo entero prestaría atención, pero que no aprenderían la lección de lo que la muerte y el hambre intentaban enseñar. Los niños morirían inútilmente. El Abuelo miró en derredor, hacia la estéril tierra que rodeaba la entrada de la Cueva de la Eternidad para intentar restablecer la realidad del "ahora". Dijo que seguía siendo difícil discernir entre el estar Despierto en la realidad del mundo Visionario, pero sentía que estaba nuevamente de vuelta a su tiempo y su lugar. Me dijo que la Cueva de la Eternidad fue siempre un lugar para encontrar las Visiones de los futuros posibles y probables, y que no era extraño que el interesado en encontrarlas tuviera una Visión en la misma boca de entrada a la cueva, y no solamente una vez dentro.
En un estado de agotamiento físico y emocional, El Abuelo cayó en un sueño profundo, pero fue en este sueño que el espíritu del guerrero se le apareció de nuevo y terminó de contarle los elementos restantes que componían el primer signo. En ese sueño, el espíritu habló a El Abuelo: "Es durante los años de esa hambruna, el primer signo, que la humanidad se verá atormentada por una enfermedad que barrerá la tierra y aterrorizará las masas. Los Camisas blancas [doctores/científicos] no dispondrán de ninguna respuesta para la gente, y un gran grito se oirá desde un extremo al otro del planeta. La enfermedad vendrá de los monos, de las drogas y del sexo. Destruirá al hombre desde el interior, convirtiendo en mortal cualquier enfermedad común. La humanidad atraerá esta enfermedad sobre si mismo como resultado de su estilo de vida, de su adoración al sexo y a las drogas, y por llevar una vida alejada de la Naturaleza. Esta es también una parte de la primera advertencia; pero, una vez más, el hombre no prestará atención a esta advertencia y continuará adorando a los dioses artificiales del sexo y del espíritu inconsciente de las drogas." [Nota del autor: Esto es probablemente una alusión al SIDA.]
El espíritu continuó: "Las drogas producirán guerras en las ciudades del hombre, y las naciones se revelarán contra esas guerras, se revelarán contra esa enfermedad mortal. Pero las naciones lucharán de manera incorrecta, atacando los efectos externos más que las causas. Nunca ganarán estas guerras hasta que las naciones, hasta que la sociedad, cambien sus valores pues no dejarán de correr tras los dioses del sexo y de las drogas. Será en ese momento, durante el transcurso de los años en que se manifieste el primer signo, que el hombre podrá cambiar el curso del futuro probable. Será entonces cuando podrá comprender las mayores lecciones que impartirán el hambre y la enfermedad. Será entonces cuando todavía quede esperanza. Pero una vez que aparezca el segundo signo de la destrucción, la Tierra no podrá ser ya salvada en el plano físico.
Solamente la curación espiritual podrá entonces cambiar el curso de los futuros probables de la humanidad." Tras esto, el espíritu del guerrero dejó al Abuelo dormir profundamente sin sueño alguno, lo que le permitió descansar completamente antes de que otra Visión más le fuera revelada.
El Segundo Signo.
El abuelo se despertó nuevamente en la entrada de la cueva, el recuerdo del espíritu del guerrero aún estaba vivo en su mente las palabras del espíritu estaban impregnadas en su alma. Cuando el abuelo miró fuera hacia el paisaje, todo había cambiado. El paisaje parecía más seco; no se veía ninguna vegetación y los animales yacían moribundos. Un fuerte hedor nauseabundo de muerte envolvía la tierra, el polvo era espeso y sofocante y hacia un calor intenso y opresivo. Mirando hacia el cielo, el sol parecía ser más grande y más intenso; ningún pájaro ni nube podía ser visto, y el aire parecía faltar.
Fue entonces cuando el cielo pareció resquebrajarse y enormes agujeros comenzaron a aparecer. El cielo se desgarró con un ruido de estruendo y ensordecedor y la misma Tierra, las rocas y el suelo temblaron.La piel del cielo parecía estar rasgada por heridas abiertas, y a través de estas heridas rezumaba un líquido que parecía pus de una infección, flotaba un gran mar de basura, de petróleo y de peces muertos. Fue a través de una de estas heridas que el abuelo vio cuerpos de delfines flotando muertos, acompañados por enormes temblores de tierra y de violentas tormentas. Mientras el se sujetaba rápidamente en la Tierra temblorosa, sus mirada descendió del cielo, y de repente, todo en derredor era un verdadero caos. Los montones de basura alcanzaban el cielo, los bosques estaban abatidos por el suelo y morían, las costa estaban inundadas y las tormentas se volvían cada vez más violentas y más ensordecedoras. Cada vez la Tierra se sacudía con mayor intensidad, amenazando romperse en dos y tragarse al Abuelo. La tierra paró repentinamente de temblar y el cielo se despejó. Del aire polvoriento emergió el espíritu del guerrero, que se detuvo a corta distancia del Abuelo. Cuando el Abuelo miró el rostro del espíritu, Pudo ver que grandes lágrimas fluían de sus ojos, y que cada lágrima que caía en la Tierra levantaba un sonido como si se chamuscase.
El espíritu miró al Abuelo durante largo rato, hasta que finalmente dijo: "Agujeros en el cielo."El Abuelo reflexionó un instante, mas en un tono incrédulo, interrogador, dijo, "¿Agujeros en el cielo?" Y el espíritu le contestó "Ese será el segundo signo de la destrucción de la humanidad. Los agujeros en el cielo y todo lo que has podido ver podría convertirse en una realidad para el hombre. Es a partir de aquí, desde el principio de este segundo signo, que el hombre no podrá salvar ya nunca más a la Tierra con solo una acción física. Es a partir de aquí que el hombre debe tener en cuenta esta advertencia y esforzarse aún más para cambiar el futuro cercano. El hombre no debe trabajar solamente en el plano físico, sino que debe también trabajar espiritualmente, con las plegarias, porque solo las plegarias podrán servir ahora para salvar la tierra y a sí mismo."
Hubo una larga pausa durante el tiempo en que el Abuelo pensaba sobre la imposibilidad de que hubiera agujeros en el cielo. El abuelo seguramente sabía que podía existir un agujero espiritual, pero un agujero el cual podía ser visto por las sociedades que viven en la Tierra parecería poco probable.
El espíritu se acercó más y habló de nuevo, casi en un susurro. "Estos agujeros son una consecuencia directa de la vida del hombre, de sus viajes, y de los pecados de sus abuelos y abuelas. Estos agujeros, el segundo signo, anunciarán la muerte de sus hijos y serán la herencia del hombre por haber vivido lejos de la Naturaleza. En el momento en que aparezcan estos agujeros será la época en que habrá una gran transición en la forma de pensar de la humanidad. Se le dará la posibilidad de elegir continuar siguiendo en la trayectoria de la destrucción, o elegir volver nuevamente a la filosofía de la tierra y a una existencia más simple. Es en este momento en que la decisión debe ser tomada, o todo estará perdido." Sin más palabras, el espíritu se dio la vuelta y desapareció nuevamente en la polvareda.
El Tercer Signo.
El Abuelo pasó los cuatro días siguientes en la entrada de la cueva y en esos cuatro días nadie le habló, incluyendo la Tierra. Dijo que ese fue un período de profunda pena, de soledad y unos momentos consagrados a digerir todo lo que le había ocurrido. El sabía que esas cosas no ocurrían nunca en la vida de nadie, por lo que debía de transmitirlas a la gente del futuro con la misma urgencia y energía con las cuales le habían sido transmitidas. Pero no sabía como debía explicar estos acontecimientos inverosímiles a la gente. Seguramente los ancianos y los chamanes de las tribus entenderían, pero no la sociedad, y ciertamente no cualquier persona que se encontrara a mil leguas de la Tierra y del Espíritu. Permaneció sentado durante cuatro días completos, inmóvil, como petrificado, sintiendo un gran peso en el corazón cargado con lo llevaría en él de ahora en adelante. Fue al final del cuarto día cuando se le apareció la tercera Visión.
Mientras miraba hacia fuera el paisaje bajo la puesta de sol, el cielo se licuó repentinamente y volviéndose de un color rojo sangre. El cielo entero era de color rojo intenso, sin variación alguna, sin sombras, sin relieves, sin resplandores. El conjunto de la Creación parecía haberse congelado, como a la espera de recibir una orden invisible. El tiempo, el espacio y el destino parecían zozobrar en la nada, inmóvil en el sangrante cielo. El Abuelo miró fijamente el cielo durante un largo rato, en un estado de temor y de terror, porque el color sangre del cielo no se parecía en nada a lo que él había visto en infinidad de puestas y salidas de sol. Ese color era un color humano, no el de la naturaleza, y desprendía un hedor y una textura asquerosas. Parecía quemar la Tierra dondequiera que a ésta tocara. A medida que la puesta del sol derivaba en noche, las estrellas empezaron a brillar con rojo resplandor, sin que ese color abandonase nunca el cielo, y por todas partes se oían gritos de miedo y de sufrimiento.
Una vez más el espíritu del guerrero se apareció al Abuelo, pero esta vez en una voz que provenía del cielo. La voz sacudió el paisaje como un trueno. "Esto es, pues, el tercer signo, la noche de las estrellas sangrantes. Será reconocido en todo el mundo porque el cielo, en todos los rincones de la tierra, se teñirá de rojo con la sangre del cielo, tanto de día como de noche. Será entonces, con este tercer signo del futuro probable, que no quedarán ya más esperanzas. La vida en la Tierra, tal como el hombre la conoce, acabará y no se podrá dar vuelta atrás, tanto física como espiritualmente. Será entonces, si las cosas no cambian durante el periodo tras el segundo signo, cuando el hombre tendrá la certitud de que la destrucción de la tierra es inminente. Será entonces cuando los niños de la Tierra deben refugiarse hacia los lugares salvajes y ocultarse. Porque después de que el cielo sangre fuego, en ninguna parte en el mundo de los hombre se estará a salvo."
El Abuelo, como si hubiera recibido una sacudida eléctrica, quedó sentado paralizado de horror. La voz continuó."A partir de ese momento, cuando las estrellas sangren, y hasta que se manifieste el cuarto y último signo, transcurrirán cuatro estaciones de paz [es decir, un año]. Es durante estas cuatro estaciones que los niños de la Tierra deben vivir en lo profundo de lugares salvajes y encontrar un nuevo hogar, cerca de la Tierra y del Creador. Solamente los niños de la Tierra sobrevivirán, debiendo vivir según la filosofía de la Tierra, sin volver nunca hacia la forma de pensar del hombre. Y sobrevivir no será suficiente, pues los niños de la tierra deberá también vivir cerca del Espíritu. Por tanto, díganles sin vacilar que si se manifiesta este tercer signo en las estrellas, y desde ese mismo instante, solamente quedarán cuatro estaciones para poder esconderse." El Abuelo dijo que la voz y el cielo rojo permanecieron durante una semana, hasta que desaparecieron tan rápidamente como se habían manifestado.
El Cuarto Signo.
No recordaba cuántos días había permanecido en la boca de la cueva, ni tampoco importaba porque había recibido la Visión que él había venido a buscar. Fue en su última noche en la Cueva de la Eternidad cuando la cuarta Visión se presentó al Abuelo, esta vez proveniente de la voz de un niño joven.
El niño dijo, "El cuarto y último signo aparecerá durante el transcurso de los diez inviernos próximos [es decir, diez años] siguientes a la noche en que las estrellas sangrarán. Durante este tiempo, la Tierra se salvará y el hombre morirá. Durante esos diez años, los niños de la Tierra deben permanecer ocultos en los lugares salvajes, no construir ningún asentamiento permanente, y vagar para evitar el contacto con las últimas fuerzas restantes del hombre. Deberán seguir ocultándose, como los antiguos Scouts, y luchar contra el deseo de ir a ver la destrucción del hombre. La curiosidad podría matar a muchos."
Hubo un largo silencio, hasta que el Abuelo habló al espíritu del niño preguntándole, "Y qué sucederá al mundos habitado por el hombre?" Hubo otro lapsus de silencio hasta que finalmente el niño habló de nuevo: "Habrá una gran hambruna en el mundo entero, una hambruna como el hombre no puede llegar a imaginarse. Las aguas estarán infectadas y los venenos, fruto de los pecados del hombre, contaminarán las aguas de los suelos, de los lagos y de los ríos. Los cultivos fallarán, los animales del hombre morirán, y la enfermedad matará a las masas. Los niños se alimentarán de los restos de los muertos, y todo en derredor no será otra cosa que gritos de dolor y de angustia. Bandas deambulantes de hombres cazarán y matarán a otros hombres como alimento, y el agua será siempre escasa, siendo aún más escasa año tras año. La tierra, el agua, el cielo, todo estará envenenado, y el hombre vivirá bajo la cólera del Creador. Al principio el hombre se ocultará dentro de las ciudades, pero allí morirá. Algunos escaparán al desierto, pero el desierto los destruirá, pues hará demasiado tiempo que se le dio una oportunidad. El hombre será destruido, sus ciudades quedarán en ruinas, y será entonces cuando los nietos pagarán los pecados de sus abuelos y abuelas." "No queda pues ninguna esperanza?" preguntó el Abuelo.
El niño habló de nuevo. "Habrá esperanza solamente durante los periodos del primer y segundo signo. Tras el tercer signo, la noche ensangrentada, no habrá ya más esperanzas, pues solamente los niños de la Tierra sobrevivirán. Le serán dadas al hombre estas advertencias; si no son tomadas en cuenta, no puede haber esperanza, pues solamente los niños de la Tierra podrán purgar los cánceres de la humanidad, del pensamiento destructivo de la humanidad. Será los niños de la tierra los que traerán una nueva esperanza a la nueva sociedad, viviendo más cerca de la Tierra y del espíritu."
Y luego todo fue silencio, el paisaje se despejó y volvió a la normalidad, y el Abuelo salió de la visión. Tembloroso, dijo que vagó durante toda estación siguiente, intentando entender todo lo que le había sido trasmitido, intentando entender por qué lo habían elegido a él. El Abuelo me contó toda la historia con gran detalle durante aquella noche de las cuatro profecías. No creo que se olvidase de ningún acontecimiento, y sus emociones y sus pensamientos eran tales que ciertamente los había vuelto a revivir para nosotros. Así la fuerte energía de su Visión se convirtió en parte de nuestro espíritu, de nuestra motivación, y de gran parte de nuestros miedos. Permanecí sentado durante mucho tiempo en la cima de la colina. El fuego se apagó, y todo parecía haberse ido dormir esa noche. La creación parecía estar paralizada, aguardando a que esa parte más oscura de la noche pasara. Me sentía solo y vulnerable, como si toda la Creación escudriñara cada uno de mis pensamientos.
El Abuelo tuvo esta Visión durante los años 20.
Notas del Traductor:
¹ Stalking Wolf en inglés original: Lobo al Acecho
4 Pine Barrens es una región salvaje de Nueva Jersey. USA.
A propósito del Autor:
Tom Brown Junior a vivido en el desierto durante la mayor parte de su vida. En 1978, escribió su primer libro autobiográfico, The Tracker (El Rastreador), y fundó la Tracker School (Escuela de Rastreadores) donde imparte cursos sobre reflejos de la supervivencia como el rastreo, la toma de conciencia de la naturaleza y la antigua filosofía de la Tierra.
Más tarde escribió unos 15 libros más.
¹ Stalking Wolf en inglés original: Lobo al Acecho
4 Pine Barrens es una región salvaje de Nueva Jersey. USA.
A propósito del Autor:
Tom Brown Junior a vivido en el desierto durante la mayor parte de su vida. En 1978, escribió su primer libro autobiográfico, The Tracker (El Rastreador), y fundó la Tracker School (Escuela de Rastreadores) donde imparte cursos sobre reflejos de la supervivencia como el rastreo, la toma de conciencia de la naturaleza y la antigua filosofía de la Tierra.