ELENA GOULD HARMON nació en Gorham, Maine, el 26 de noviembre de 1827,Cuando Elena comenzaba su adolescencia, ella y su familia, aceptaron las interpretaciones bíblicas de un granjero que se volvió predicador Bautista, Guillermo Miller. Junto con Miller y otros 50.000 adventistas.
En diciembre de 1844, Dios le da a Elena su primera de unas casi 2000 visiones y sueños. En agosto, 1846, se casó con Jaime White, un ministro adventista de 25 años que compartió la convicción que ella tenía de que Dios la había llamado para que haga la obra de una profetisa. Poco después de que se casaron, Jaime y Elena comenzaron a guardar el sábado como séptimo día, conforme al cuarto mandamiento.
Elena de White fue una escritora prolífera. Comenzando con 1851, cuando publicó su primer libro, se extiende en un caudal de artículos, libros y folletos. Entre ellos, algunos son puramente devocionales, mientras que otros son selecciones de muchas de sus cartas personales con consejos, escritas en el transcurso de los años. Otros son históricos y tratan sobre la continua batalla entre Cristo y Satán por el control de los individuos y las naciones.
Dios siempre ha advertido en cuanto a los juicios venideros
"Dios advirtió siempre a los hombres los juicios que iban a caer sobre ellos. Los que tuvieron fe en su mensaje para su tiempo y actuaron de acuerdo con ella, en obediencia a sus mandamientos, escaparon a los juicios que cayeron sobre los desobedientes e incrédulos"
“A Noé fueron dirigidas estas palabras: "Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí". Noé obedeció y se salvó. Este mensaje llegó a Lot: "Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad" (Gén. 7: 1; 19: 14). Lot se puso bajo la custodia de los mensajeros celestiales y se salvó. Así también los discípulos de Cristo fueron advertidos acerca de la destrucción de Jerusalén. Los que se fijaron en la señal de la ruina inminente y huyeron de la ciudad escaparon a la destrucción. Así también ahora hemos sido advertidos acerca de la segunda venida de Cristo y de la destrucción que ha de sobrecoger al mundo. Los que presten atención a la advertencia se salvarán” (Año 1898).
“El tiempo de angustia, que irá en aumento hasta el fin, está a las puertas. No tenemos tiempo que perder. El mundo está agitado con el espíritu de guerra. Las profecías del capítulo 11 de Daniel casi han alcanzado su cumplimiento final” (Año 1904).
“Debemos ver en la historia el cumplimiento de la profecía, para estudiar las operaciones de la Providencia en los grandes movimientos de reforma, y para comprender el progreso de los eventos en el ordenamiento de las naciones para el conflicto final de la gran controversia” (Año 1904).
“Se necesita un estudio mucho más detenido de la Palabra de Dios; especialmente Daniel y el Apocalipsis deben recibir atención como nunca antes... La luz que Daniel recibió de Dios fue dada especialmente para estos postreros días” (Año 1896).
“Pronto se cumplirán las predicciones incumplidas del libro de Apocalipsis. Ahora el pueblo de Dios debe estudiar con diligencia esta profecía y entenderla claramente. No encubre la verdad; nos advierte con claridad, diciéndonos lo que sucederá en el futuro” (Año 1903).
“Hay un día que Dios ha designado, para la conclusión de la historia de este mundo: "Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". La profecía se está cumpliendo rápidamente. Debiera decirse mucho, mucho más, sobre estos temas tremendamente importantes. Está cercano el día cuando el destino de las almas se decidirá para siempre” (Año 1895).
Señales del Pronto Regreso de Cristo
“Cristo advirtió a sus discípulos en cuanto a la destrucción de Jerusalén y las señales que ocurrirían antes de la venida del Hijo del hombre. Todo el capítulo 24 de Mateo es una profecía concerniente a los acontecimientos que preceden a este evento, y se usa la destrucción de Jerusalén para tipificar la última gran destrucción del mundo por fuego” (Año 1899).
Señales en los cielos
“Cristo declaró que al final de la gran persecución papal, el sol se oscurecería y la luna no daría su luz. Luego las estrellas caerían del cielo. Y dice: "De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que, el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas" [Mat. 24: 32-33]” (Año 1898”
Señales en la tierra
“Dijo Jesús: "Y habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones" (Luc. 21: 25, VM; Mat. 24-29; Mar. 13: 24-26; Apoc. 6: 12-17). "Cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas" (Mat. 24: 33)” (Año 1911).
Glotonería e intemperancia
“La glotonería y la intemperancia se hallan en el fundamento de la gran depravación moral de nuestro mundo. Satanás está consciente de esto y constantemente tienta a hombres y mujeres para que satisfagan sus gustos a expensas de la salud y hasta de la vida misma. En el mundo, comer, beber y vestirse se convierten en el blanco de la vida. Precisamente tal estado de cosas existió antes del diluvio. Y este estado de disipación es una de las evidencias sobresalientes de la pronta terminación de la historia de esta tierra” (Año 1875).
Hechos de violencia
En los días de Noé, la abrumadora mayoría se oponía la verdad y estaba prendada de una trama de falsedades. La tierra estaba llena de violencia. Guerra, crimen, asesinato estaban a la orden del día. Así también será antes de la segunda venida de Cristo” (Año 1891)
“Los gremios laborales son incitados rápidamente a violencia si no se satisfacen sus demandas. Se ve cada vez más claramente que los habitantes del mundo no están en armonía con Dios. Ninguna teoría científica puede explicar la marcha constante de los obradores maldad bajo el mando de Satanás. En cada tumulto hay ángeles malos que trabajan para excitar a los hombres cometer actos de violencia. La perversidad y la crueldad de ellos llegará a grado que Dios se revelará en toda su majestad. Muy pronto la maldad del mundo habrá llegado a su límite como en los días de Noé, Dios derramará sus juicios” (Año 1903).
Guerras y desastres
“La tempestad se avecina y debemos prepararnos para afrontar su furia mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesucristo. El Señor se levantará para sacudir terriblemente la tierra. Veremos desgracias por todas partes. Miles de barcos serán arrojados a las profundidades del mar. Armadas enteras se hundirán, y las vidas humanas serán sacrificadas por millones. Estallarán incendios inesperadamente y no habrá esfuerzo humano capaz de extinguirlos. Los palacios de la tierra serán arrasados por la furia de las llamas. Serán cada vez más frecuentes los desastres ferroviarios; en las grandes vías de tránsito habrá confusión, choques y muerte sin la advertencia de un momento. El fin está cerca, el tiempo de gracia termina. ¡Oh, busquemos a Dios mientras puede ser hallado, llamémosle en tanto que está cercano!” (Año 1890).
“En las escenas finales de la historia de esta tierra, la guerra prevalecerá. Habrá epidemias, mortandad y hambre. Las aguas del abismo rebasarán sus límites. Incendios e inundaciones destruirán la propiedad y la vida. Debiéramos estar alistándonos para las mansiones que Cristo ha ido a preparar para los que lo aman” (Año 1897).
Grandes bolas de fuego
“En la mañana del viernes pasado, justamente antes de despertar, se me presentó una escena sumamente impresionante. Tuve la sensación de que despertaba del sueño en un lugar que no era mi casa. Desde las ventanas veía una terrible conflagración. Grandes bolas de fuego caían sobre las casas, y de ellas salían dardos encendidos que volaban en todas direcciones. Era imposible apagar los incendios que se producían, y muchos lugares estaban siendo destruidos. El terror de la gente era indescriptible. Desperté después de cierto tiempo y descubrí que estaba en mi hogar” (Año 1906).
“Una escena muy impresionante pasó ante mí en visiones nocturnas. Vi una inmensa bola de fuego que caía en medio de un grupo de hermosas casas que fueron destruidas instantáneamente. Oí a alguien decir: "Sabíamos que los juicios de Dios visitarían la tierra, mas no pensábamos que vendrían tan pronto". Otros dijeron en tono de reproche: "Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no dijisteis nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!” (Año 1909).
Terremotos e inundaciones
“La corteza terrestre se rasgará a causa de las erupciones de los elementos ocultos en sus entrañas. Estos elementos, una vez desatados, barrerán los tesoros de aquellos que por años han estado aumentando sus riquezas al obtener de sus empleados grandes posesiones a precios de hambre. Y también el mundo religioso será terriblemente sacudido, porque el fin de todas las cosas está cercano” (Año 1891).
“Ya ha llegado el tiempo en que en un momento podremos estar pisando tierra firme, y en el siguiente la tierra estará moviéndose debajo de nuestros pies. Ocurrirán terremotos cuando menos se los espere” (Año 1896).
“En incendios, inundaciones, terremotos, en la furia de las grandes profundidades, en calamidades por mar y tierra, se da la advertencia de que el Espíritu de Dios no contenderá para siempre con el hombre” (Año 1897).
“Antes de que el Hijo del hombre aparezca en las nubes del cielo todo estará convulsionado en la naturaleza. Rayos del cielo unidos con el fuego interno de la tierra harán que las montañas ardan como un horno y que hagan fluir sus torrentes de lava sobre aldeas y ciudades. Masas de rocas derretidas, arrojadas dentro del agua por el solevantamiento de cosas ocultas dentro de la tierra, harán que hierva el agua y despida rocas y tierra. Habrá formidables terremotos y gran destrucción de vidas humanas” (Año 1907).
Crimen, hambres, pestilencia
"Dios no ha impedido que los poderes de las tinieblas hagan su obra mortífera de viciar el aire, una de las fuentes de vida y alimento, con elementos mortíferos. No sólo ha sido afectado la vida vegetal, sino que el hombre mismo sufre de pestilencia... Estas cosas son el resultado de gotas de las copas de la ira de Dios que caen sobre la tierra, y son pálidas representaciones de lo que acontecerá en el futuro cercano” (Año 1891).
El propósito de Dios en las calamidades
“¿Qué significan las horribles calamidades marinas, barcos arrojados a la eternidad sin un momento de advertencia? ¿Qué significan los accidentes en tierra, incendios que consumen las riquezas que los hombres han atesorado, mucho de lo cual ha sido acumulado oprimiendo al pobre? El Señor no intervendrá para proteger la propiedad de aquellos que transgreden su ley, quebrantan su pacto y pisotean su día de reposo, aceptando en su lugar un día de descanso espurio. Las plagas de Dios ya están cayendo sobre la tierra, arrasando las estructuras más costosas como si fuera mediante un soplo de fuego desde el cielo. ¿No harán estos juicios recapacitar a los profesos cristianos? Dios los permite para que el mundo preste atención, para que los pecadores le teman y tiemblen ante él. Dios tiene un propósito al permitir que ocurran estas calamidades. Son uno de sus medios para llamar a los hombres y mujeres a la reflexión. Mediante fenómenos insólitos a través de la naturaleza, Dios expresará a los incrédulos agentes humanos aquello que ha revelado claramente en su Palabra” (Año 1902).
Los eventos venideros están en las manos del Señor
“El mundo no está sin gobernante. El programa de los acontecimientos venideros está en las manos del Señor. La Majestad del cielo tiene a su cargo el destino de las naciones, como también lo que concierne a su iglesia” (Año 1889).
Interés del cielo por los asuntos de la tierra
“Al perdonar la vida al primer asesino, Dios dio al universo entero una lección concerniente al gran contacto...Se propuso no sólo aplastar la rebelión, sino también demostrar a todo el universo la naturaleza de ésta...Los santos habitantes de los otros mundos observaban con profundo interés los acontecimientos que ocurrían en la tierra. Dios tiene la simpatía y la aprobación del universo entero a medida que paso a paso su plan progresa hacia su pleno cumplimiento” (Año 1890).
Se desconoce el tiempo del regreso de Cristo
"Muchos de los que tomaron el nombre de adventistas han incurrido en el error de fijar fechas para la venida de Cristo. Lo han hecho repetidas veces, pero el resultado ha sido cada vez el fracaso. Se nos declara que el tiempo definido de la venida de nuestro Señor está fuera del alcance de los mortales. Aun los ángeles que administran a los que han de ser herederos de la salvación no conocen ni el día ni la hora. "Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo" (Mat. 24: 36) (Año 1879).
“Siempre habrá en la iglesia movimientos espurios y fanáticos realizados por personas que pretenden ser guiadas por Dios, por aquellos que correrán antes de ser enviados, y que establecerán fechas para el cumplimiento de profecías que aún no se han realizado. El enemigo se regocija con este proceder, porque sus repetidos fracasos y su desviación de la atención hacia puntos falsos provoca confusión e incredulidad” (Año1897).
La transgresión casi ha llegado a su límite
“El tiempo durará un poco más hasta que los habitantes de la tierra hayan llenado la copa de su iniquidad, y entonces la ira de Dios, que por tanto tiempo ha dormitado, despertará, y esta tierra de luz beberá la copa de su ira sin mezcla” (Año 1863).