viernes, 28 de junio de 2013

El papa Francisco dice que un cristiano si no es revolucionario no es cristiano


Ha destacado que ningún revolucionario "ha tenido la fuerza de Jesús".

Indicó que "las revoluciones de la historia han cambiado sistemas políticos y económicos, pero ninguna ha cambiado verdaderamente el corazón del hombre".

El papa Francisco dijo que "un cristiano si no es revolucionario en los tiempos actuales no es cristiano" y subrayó que si bien en la historia ha habido muchos revolucionarios, "ninguno ha tenido la fuerza de la revolución de Jesús", que transformó la historia y cambió el corazón del hombre.

No entiendo las comunidades cristianas que se encierran en la parroquiaEl pontífice se dirigió así a los fieles que acudieron al Aula Pablo VI con motivo de la apertura del simposio eclesiástico de la diócesis de Roma y pidió a los presentes "ser portadores de la palabra de Jesús". "No entiendo las comunidades cristianas que se encierran en la parroquia", aseveró el pontífice que instó a no tener miedo al diálogo con otras comunidades e invitó a ofrecer "esperanza cristiana con el propio testimonio, con la propia libertad y con la propia alegría".

Así Francisco, que llegó al Aula Pablo VI a pie acompañado del cardenal vicario Agostino Vallini saludando a los muchos fieles que quisieron acompañarle, quiso explicar qué significa vivir bajo la gracia de Dios."Debemos pedir el don de la generosidad de la gracia, el valor y la paciencia de salir y anunciar el Evangelio", señaló el pontífice, quien explicó que "valor y paciencia" son las dos virtudes necesarias para "salir de uno mismo" e ir allí donde los "hombres y las mujeres viven, trabajan y sufren y anunciarles la misericordia del Padre que se hizo conocer en los hombres en Jesús".

El papa indicó que "las revoluciones de la historia han cambiado sistemas políticos y económicos, pero ninguna de ellas ha cambiado verdaderamente el corazón del hombre: la verdadera revolución la cumplió Jesús a través de su resurrección".

Francisco pidió a los presentes a no mostrarse indiferentes ante los problemas de una ciudad como Roma y se refirió además a los jóvenes y a los que entre éstos "desean experimentar cosas y no encuentran sentido a la vida hallando en el suicidio una solución"."¿Sabéis cuántos suicidios tienen lugar en día en el mundo? La cifra es alta, porque no tienen esperanza, han probado muchas cosas y la sociedad, que es cruel, no siempre puede dar esperanza", dijo el pontífice.