Los últimos acontecimientos en Egipto han puesto en el punto de mira una organización predestinada jugar un papel clave en el desarrollo del futuro próximo del país – La Hermandad Musulmana. HM se fundó en Egipto en 1928 en reacción a la abolición del califato en 1924 por el reformador turco Kemal Ataturco. Las raíces del movimiento se remontan a dos generaciones, hasta el último trimestre del siglo XIX. En aquella época, los servicios de inteligencia británicos, apoyados por uno de los más famosos orientalistas británicos, Edward Granville Browne, promocionó la carrera del chiíta Jamal Eddine, nacido en Persia, quien más tarde sería conocido como Jamal Eddine al-Afghani.
El principal discípulo de Al-Afghani y agente británico fue Mohamed Abduh, fundador del movimiento salafista. El movimiento salafista se identifica actualmente con la tradición wahabí extremista de Arabia Saudí, inspirada por el ideólogo islamista Sayyid Qutb. El controlador de Abduh era el procónsul británico en Egipto, Evelyn Baring, llamado Lord Cromer. Tras la muerte de Al-Afghani en 1899, Lord Cromer nombró a Abduh gran muftí de Egipto. Mohamed Rida se convirtió en el principal discípulo de Abduh. Rida fundó la Sociedad de Propaganda y Guía (SPG), precursora de la Hermandad Musulmana. La Sociedad de Propaganda y Guía era, en realidad, un centro clandestino de agitación política a favor del mando colonial británico.
Un graduado del Instituto de Propaganda y Guía fue Hassan al-Banna, futuro fundador de la Hermandad Musulmana y espía del tercer Reich. La colaboración nazi-islamista en la segunda guerra mundial es comprensible si consideramos que Hitler perseguía grandes intereses en Oriente medio para contrarrestar la influencia británica y francesa en la región.
La Hermandad Musulmana era un frente de la inteligencia británica en todos los aspectos. Por ejemplo, la mezquita egipcia de Ismailía, a orillas del canal de Suez, primera sede de la secta, fue construida por la Compañía Británica del Canal de Suez. Controladores británicos del Arab Bureau promocionaron desde la sombra la carrera de otros hermanos. Haj Amin al-Husseini, futuro gran muftí de Jerusalén, fue tutelado por sir Ronald Storrs, gobernador general británico y ayudante de sir Herbert Samuel, Alto Comisionado británico en Palestina.
A partir de los años 70, los elementos extremista religiosa comenzaron a resurgir hasta convertirse hoy día en la punta de lance de una organización bien organizada, peligrosa y extremista.
El pensamiento es inquietante porque, a lo largo de la última generación, Europa se ha convertido en incubador del pensamiento islámico y en su desarrollo político. Detrás de estos acontecimientos se esconde una entidad hermética, extremista, intolerante y muy poco conocida en Occidente llamada “La Hermandad Musulmana”. Subvencionada generosamente por los contribuyentes de Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Árabes, la Hermandad Musulmana dirige una red centralizada de cientos de organizaciones radicales que se han extendidos a lo largo y ancho de Europa.
“Bundesverfassungsschutz”, la agencia de inteligencia doméstica Alemana, de forma repetitiva describe en su informe anual a la Hermandad Musulmana como una “organización extranjera extremista.” Entre los miembros más “destacados” de la Hermandad se encuentran Mohammed Atta, el más famoso de los terroristas del 11-S tanto como el egipcio Ayman al-Zawahiri, la mano derecha de Osama bin Laden.
Con su retórica pública extremadamente moderada y su dominio de alemán, holandés, francés, español e italiano, las organizaciones musulmanas en Europa han ganado la aceptación entre los gobiernos europeos y los medios de comunicación que ven con buenos ojos su discurso de convivencia e integración. Estas organizaciones musulmanas declaran públicamente su interés en el debate democrático y la buena voluntad para ayudar a integrarse en la sociedad europea a los musulmanes emigrantes.
Sin embargo, hablando árabe en las mezquitas delante de sus fieles seguidores, los imanes y los líderes de la comunidad musulmana, se deshacen de la mascara y abiertamente respaldan al radicalismo.
Según la BBC británica, el líder musulmán en España, Umar Ibrahim Vadillo dijo a la conferencia en Granada que los musulmanes deberían de dejar de utilizar las monedas occidentales como la libra británica, el dólar estadounidense o el euro y, en su lugar utilizar el dinar de oro. El resultado, prometió Vadillo, causaría el colapso económico de las economías occidentales tan devastador en su alcance que la crisis del 1929 parecería en comparación como un hecho histórico de poca trascendencia.
¿Qué poder tiene la Hermandad Musulmana en España para que sucesivos gobiernos le permitan acuñar monedas de oro y plata, los dinares, que llevan la efigie de Boaddil, y ponerlas en circulación en Granada? Oriana Fallaci, en su segundo libro de la trilogía dice “Ergo hoy en día es en todos los sentidos un Estado dentro de otro estado. En el barrio del Albaicín se compra y se vende con monedas de oro y de plata, acuñadas según el modelo de los dirham utilizados en tiempos de Boabdil el señor de la Antigua Granada. (Monedas acuñadas en una ceca de la calle de san Gregorio que por las consabidas razones de orden público el Ministerio de Hacienda español finge ignorar).”
¿Cómo es posible que en Europa, donde la moneda oficial es el euro, algo así esté completamente silenciado tanto en los medios de comunicación como por los gobiernos socialistas y popular?
Uno de los principales grupos vinculados a la Hermandad Musulmana en el extranjero es la Sociedad Islámica de Alemania. Hasta el año 2002, la Sociedad Islámica de Alemania, fundada por la Hermandad Musulmana, ha sido liderada por el sirio Ghaleb Himmat. Himmat es uno de los fundadores del banco al-Taqwa, un conglomerado poderosísimo definido por la inteligencia italiana como “el banco de la Hermandad Musulmana que ha financiado grupos terrorista desde por lo menos medianos de los años 90.”
Uno de los directores del banco al Taqwa era Ahmad Idris Nasr al-Dil, ex cónsul honorífico de Kuwait en Milán. Ahmad Idris Nasr al-Dil también financió con su dinero el Centro Cultural Islámico en Milán, una reconocida estructura de apoyo de Al Qaeda que los autoridades italianas cerraron en el año 2002.
Los investigadores gubernamentales estadounidenses e italianos han podido vincular una parte importante de lavado de fondos del banco al-Taqwa a otra organización islámica, Organización Caritativa Internacional Islámica que les condujo a la financiación de al Qaeda tanto como a la financiación de otros grupos extremista en Egipto, Túnez, Argelia, Yemen, Sudan y Afganistán.
Otra de las organizaciones involucrada en el apoyo financiero a la Hermandad Musulmana es Dar al Mal al-Islami (DMI por sus siglas en inglés), fundada en 1981 por el príncipe Saudita, Mohammad al Faisal al Saud, el hijo del Rey Saudita al Saud. DMI resulta ser una de las fuentes más importantes de la difusión del Islam Wahabí, la interpretación extremista e intolerante de Islam, promovido por el gobierno de Arabia Saudita.
En junio del año 2000, DMI fusionó dos de sus entidades financieras, Faisal Islamic Bank e International Investment Company al Banco Shamil, registrado en Bahrain. Banco Shamil, tenía 20% de acciones del Aran Albanian Islamic Bank de Albania. Por lo menos un miembro de al Qaeda, el egipcio Ibrahim al-Jajjar, trabajaba en el Aran Albanian Islamic Bank. En 1998, Al-Jajjar participó en la planificación del ataque terrorista contra la embajada estadounidense en Tirana. Entre los más importantes accionistas del banco se encuentran Haydar bin Laden, uno de la multitud de los hermanastros de Osama bin Laden.
Otro miembro del banco al Taqwa era Yusuf al Qardawi, también miembro de la Hermandad Musulmana. Al Qardawi era el jefe del Consejo Religioso de al Taqwa y un seguidor abierto de la organización terrorista Hamas.
Es decir, los participantes y las organizaciones que están jugando el papel clave en el futuro de Egipto estan vinculados con grupos terrorista Hamas, la Hermandad Musulmana, el banco al Taqwa – el brazo principal de la financiación de al Qaeda y la familia bin Laden.
Sin embargo, los vínculos de al Taqwa con el terrorismo no acaban ahí. Entre los accionistas de la entidad bancaria se encontraban el Gran Muftí de los Emiratos Árabe, tanto como las familias principales de Kuwait y de los Emiratos. Dos hermanas de Osama bin Laden también aparecían en la lista de los accionistas.
Sigue el dinero
El emirato de Sharjah juego un papel clave en la financiación de la Hermandad Musulmana. Pero, no solo eso. De hecho, gran parte del dinero destinado a los secuestradores del 11-S también pasó a través de los canales financieros de Sharjah, una de los tres emiratos más importantes del país. Tanto la comisión del Congreso estadounidense como MSNBC, una de las tres principales cadenas americanas de televisión, han demostrado que los miembros del equipo logístico del 11-S, Mustafa Ahmed al-Hawsawi y el secuestrador Fayez Ahmed Banihammad, nativo del Emirato de Sharjah, abrieron varias cuenta de talonario y de ahorros en la sucursal del Standard Chartered Bank en los Emiratos Árabes que, a posteriori, utilizaron para financiar los ataques del 11-S.
La cadena televisiva MSNBC, publicó en su edición de 11 de diciembre de 2001 que, los terroristas del 11-S, enviaron y recibieron dinero de un hombre en los Emiratos Árabes que utilizaba el alias, “Mustafa Ahmed”. Este “Mustafa” hizo la transferencia de dinero a Mohamed Atta en Florida los días 8 y 9 de septiembre desde una sucursal de Al Ansari Exchange en Sharjah. Al Ansari Exchange es el centro de las transacciones financieras de al Qaeda. En total, más de $120,000 han sido canalizados a través de las cuentas bancarias de los Emiratos a las cuentas de Atta, el más famoso de los terroristas del 11-S. A principios de octubre de 2001, la CNN informa que el financiador “Mustafa Ahmed” es un alias de Saeed Sheik. Saeed es un conocido gerente financiero de bin Laden vinculado a la Hermandad Musulmana, una reconocida estructura de apoyo de Al Qaeda.
La relación de “Mustafa Ahmed”, alias Saeed con Atta y los demás terroristas de la red de 11-S y la financiación a través de las entidades financieras de Sharjah, establecen vínculos directos e innegables entre al Qaeda, Hermandad Musulmana, terrorismo, atentados del 11-S y sistema bancaria de los Emiratos.
Sin embargo, no es todo. Las cuentas utilizadas para financiar a los talibán, al Qaeda y a la Hermandad Musulmana también involucraron a los miembros de la familia real del emirato de Dubai. En marzo de 2002, el por entonces secretario del tesoro estadounidense, Paul O’Neill, visitó Dubai donde pidió explícitamente la documentación pertinente acerca de la transferencia bancaria de $109,000 desde Dubai a una cuenta compartida en Sun Trust Bank en Florída de los terroristas Mohammed Atta y Marwan al Shehhi. O’Neill, además pidió a las autoridades de los Emiratos Árabes que cerraran las cuentas utilizadas por al Qaeda y afiliados como Victor Bout, un infame traficante de armas con vínculos muy estrechos al Shaikh Abdullah bin Zayed bin Saqr al Nahayan, ex embajador de los Emiratos en los Estados Unidos. No se hizo nada al respeto.
Fuente: http://www.danielestulin.com/