El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, prevé un resurgimiento de Japón, lo que unido a un liderazgo más firme en Asia le permitirá contrarrestar el poder de China.
En una entrevista con 'The Wall Street Journal' Abe defiende su programa de reformas económicas en medio de las crecientes críticas que denuncian el carácter insustancial de sus medidas. "Me he dado cuenta que se espera que Japón ejerza el liderazgo no sólo en el ámbito económico, sino también en el ámbito de la seguridad en la región Asia Pacífico", destacó refiriéndose a sus reuniones con los líderes de la región en una serie de cumbres de este mes.
Según el diario, pese a llevar menos de un año en el cargo, Abe ya se ha convertido en uno de los más influyentes primer ministros de Japón en décadas. No solo ha espoleado la política económica del país en un intento por sacar a Japón de una crisis de dos décadas, sino que busca una diplomacia más activa para un país cuyo liderazgo mundial ha sido cuestionado por la rápida rotación de primeros ministros débiles.
En la entrevista Abe establece un paralelismo entre su afán por devolver a Japón a la senda de la prosperidad y por dotarle de una mayor influencia en la región y el mundo.
"Con la recuperación de una economía fuerte, Japón también recuperará la confianza, y nos gustaría contribuir más a hacer del mundo un lugar mejor", destacó Abe, dejando claro que ante todo se refiere a una resistencia frente a China.
"Existe la preocupación de que China está tratando de cambiar el statu quo por la fuerza y no por medio del imperio de la ley. Pero si China opta por ese camino, no será capaz de emerger pacíficamente", dijo.
"Así que no debe tomar ese camino, y muchas naciones esperan que Japón exprese firmemente esa opinión. Y esperan que, en resultado, China actúe de forma responsable ante la comunidad internacional", agregó.
China se adelantó a Japón en 2010 en términos de volumen del PIB, al transformarse en la segunda economía mundial, un hito importante en la redistribución de los papeles mundiales.
Las declaraciones de Abe se producen en medio de la tensión que enfrenta a los dos gigantes asiáticos, mientras los contactos diplomáticos de alto nivel prácticamente se agotan en medio de la disputa territorial que los enfrenta en el mar de China Oriental.
Fuente: Wall Street Journal