El profesor Fernando Jimenez del Oso, psiquiatra y periodista español, especializado en temas de misterio y parapsicología, director de revistas como Mas Allá de la Ciencia del cual además de ser director también fue su fundador y programas de televisión. colaborador en programas radiofónicos como La Rosa de los Vientos de Juan Antonio Cebrian, o de Espacio en blanco de Miguel Blanco.
El tema a tratar, es el caso de los famosos curanderos filipinos, unos cirujanos psíquicos que con la ayuda de sus manos y una serie de extraños movimientos sobre la piel del cuerpo del paciente, intervienen quirurgicamente y consiguen sanar al mismo, después de una efusión de sangre que los escépticos atribuyen a que estos curanderos, esconden higadillos de pollo entre los dedos de las manos, que hacen explotar a su debido tiempo.
Pero según Jimenez del Oso, que como ya he dicho, es psiquiatra y está a su vez, acompañado por otro médico español, atestiguan que entraron en casa de dicho curandero sin que este mostrase ninguna oposición por su parte algo que ningún falso cirujano permitiría. Antes de la operación, el curandero filipino mostró a los dos médicos que no tenía ningún higadillo de pollo u otro objeto que pudiese emanar sangre entre sus dedos y tenía los antebrazos al descubierto pues se había arremangado las mangas de la camisa. El algoldón hecho pellas y mojado y colocado dentro de un barreño por uno de los médicos, no fue comprado por el curandero y ese sería el único medio del que dispondría para realizar un truco de ilusionismo que engañase a los presentes. Así que la conclusión del profesor Jiménez del Oso es que estamos ante un caso autentico de sanación.
El tema a tratar, es el caso de los famosos curanderos filipinos, unos cirujanos psíquicos que con la ayuda de sus manos y una serie de extraños movimientos sobre la piel del cuerpo del paciente, intervienen quirurgicamente y consiguen sanar al mismo, después de una efusión de sangre que los escépticos atribuyen a que estos curanderos, esconden higadillos de pollo entre los dedos de las manos, que hacen explotar a su debido tiempo.
Pero según Jimenez del Oso, que como ya he dicho, es psiquiatra y está a su vez, acompañado por otro médico español, atestiguan que entraron en casa de dicho curandero sin que este mostrase ninguna oposición por su parte algo que ningún falso cirujano permitiría. Antes de la operación, el curandero filipino mostró a los dos médicos que no tenía ningún higadillo de pollo u otro objeto que pudiese emanar sangre entre sus dedos y tenía los antebrazos al descubierto pues se había arremangado las mangas de la camisa. El algoldón hecho pellas y mojado y colocado dentro de un barreño por uno de los médicos, no fue comprado por el curandero y ese sería el único medio del que dispondría para realizar un truco de ilusionismo que engañase a los presentes. Así que la conclusión del profesor Jiménez del Oso es que estamos ante un caso autentico de sanación.