miércoles, 25 de enero de 2012

Virgen de Ezquioga: Mensajes recibidos por una visionaria anónima

Después de las primeras apariciones de la Virgen de Ezquioga a principios de la década de los 30 y una vez finalizada la Guerra Civil Española, algunos visionarios siguieron reuniendose de forma clandestina, incluso a veces, se acercaban durante la noche a la acampada donde se les aparecía la Virgen antaño, atravesando el frondoso bosque para ello. Expongo aquí un mensaje recogido a finales de la década de los 40 porque parte de su contenido es coincidente con lo que predijeron otros grandes profetas.


1 de febrero de 1949: [...] Una confusión general invadirá al mundo entero. Los hombres no acertarán en nada. Es la hora de la justicia de mi Hijo. Será en España menos, pero también será grande; días cortos, pero aciagos.


- Las que tienen mayores pecados son Cataluña, Valencia, Asturias, gran parte de Madrid...- dice la Virgen de Ezquioga.
- ¿Por qué no todo? - pregunta la visionaria anónima.
- Porque hay almas todavía muy grandes en Madrid, Andalucía...- responde la Virgen de Ezquioga.

29 de junio de 1949: como antes predije a los dichosos de Fátima que orasen y se hiciera penitencia, es una repetición de aquello, porque a España y Porgugal los quiero salvar...

3 de diciembre de 1949: Una gran guerra que barrerá vuestro suelo [...] en unas partes será fuego que caerá del cielo como si fuese aguas, convirtiendo en lava todo el suelo. En otras, hija querida, vientos huracanados dejarán caer torbellinos de fuego que arrasen todo lo que se les ponga por delante. En otras partes del Norte el castigo será horrible, porque siendo su fe la que debiera dar ejemplo, por el sitio donde me aparecí para avisar a mis hijo, que estuvieran sobre aviso de lo que iba a suceder, orasen e hiciesen grandes penitencias por la salvación de la Patria y tambień por el mundo entero, y fueron los que no creyeron, incitando y maltratando a mis siervos.

[...] Renteria, Pasajes, quedarán dentro del agua... Ah, esa parte es Sevilla... bajan como si fueran murciélagos... son hombres para apoderarse de lo poco que queda en pie... Ejércitos de hombres armados de todas las tribus del mundo entran por Levante. Ah también por... Por cuatro partes. ¡Oh! Esa parte de los Pirineos... es horrible. Los pocos hijos de España que queden en pie salen a defender a su Patria.

Madre, ¿será posible que ese puñado de  hombres salve a nuestra Patria?. Ireis Vos delante marcando por donde deben ir, señalando el camino. Esos salen de Zaragoza [...] carretera adelante [...] cincuenta hombres. Una luz será la antorcha que iluminará a España en las densas tinieblas en las que estará.