El candidato más posible es Israel, quizá en cooperación con los muyahidiniraníes”
Mostafa Ahmadi Roshan salía de su casa el miércoles para ir a trabajar a la central de enriquecimiento de uranio Natanz, en Irán. Abrió la puerta de su Peugeot 405 y se apoyó sobre el asiento. Fue lo último que hizo. Hubo una explosión y el científico murió casi en el acto.
Es el tercer experto nuclear que muere de esta manera en Irán en los últimos dos años. Casi sería el cuarto, pero hubo antes uno que sobrevivió. En todo caso no deja de ser una situación importante, casi de novela negra.Parece bastante obvio que detrás de todas estas muertes está la misma persona u organización. Y ya que el desarrollo de armas nucleares es casi el principal eje de la política exterior de este país, tiene que ser alguien muy en contra de los intereses de Irán.
Pero nadie sabe a ciencia cierta quién o qué es.
Como en todo buen atentado, es fácil sacar pistas del modus operandi y de las escenas de los crímenes. Lo difícil es saber quién está detrás de los asesinatos. “Si los líderes iraníes tuvieran la más mínima idea de quién está detrás de las muertes, ya les habrían puesto fin”, explica Daniel Serwer, experto de Oriente Medio en la universidad estadounidense John Hopkins. “Lo increíble es que siguen pasando.Esto sugiere que quienes ejecutan los asesinatos son iraníes patrocionados por a saber quién. Los extranjeros están bajo un escrutinio muy duro en Irán estos días”.
Semejante nivel de organización apunta a alguien poderoso. Dentro de Irán, se culpa a su principal enemigo: Estados Unidos, una nación con la que está viviendo una escalada de tensión que podría desembocar en guerra. Quizá por eso Hillary Clinton apuntó, rauda: “Quiero negar la involucración de Estados Unidos en cualquier acto de violencia dentro de Irán. Creemos que tenemos que entendernos con Irán, sus vecinos y la comunidad internacional que nos encuentre una forma de terminar este comportamiento tan provocador, terminar su búsqueda de armas nucleares y volver a ser un miembro productivo de la comunidad internacional”.
¿Sería entonces el autor otro enemigo de Irán quien quiera incrementar la tensión con Estados Unidos?
“Por esa descripción, el candidato más posible es Israel, quizá en cooperación con los muyahidiniraníes”, explica Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní-Americano y autor de un libro sobre la diplomacia con este país. “Israel no tiene nada que perder. Los asesinatos merman los recursos nucleares y dejan a Irán en evidencia porque muestran que el régimen no puede evitarlos. Y si Irán responde con un acto violento, entonces Israel puede usarlo como excusa para cargar contra el régimen“.
La teoría de que fue Israel encaja con un detalle ocurrido hace un par de años, cuando Majid Jamali Fashi acudió a la televisión iraní a confesar que, efectivamente, había matado alcientífico nuclear Massoud Ali Mohammadi. Contó que había sido contratado por no sabe quién, pero que le dejaron estudiar una maqueta del portal del científico. Lo relevante del asunto es que la descripción de la oficina casa al detalle con la de la sede de la Mossad.
Michael Rubin, estudioso de Oriente Medio en el Instituto de Empresa estadounidense, coincide en que es cosa de Israel, pero no todo. Alerta de que “en EEUU se tiene la impresión de que la Mossad es el centro de inteligencia más potente de Oriente Medio. Pero no saben que están un poco desfasados. Así que han tenido que pedir ayuda, y estoy seguro que han sido a los servicios de inteligencia árabes. Es decir, que seguramente se han aliado con los chíitas, en Irak, para la misión“.
Si de verdad es una especie de conspiración entre varios países, ¿tiene algún fin subrepticio, amén del obvio de complicar el programa nuclear iraní? El mismo jueves, un periódico hebreo publicaba una entrevista con el embajador de EEUU en Israel, Dan Shapiro, que hacía mucho hincapié en la unión Washington-Jerusalén y la necesidad de ir a la guerra contra Irán: “Estamos totalmente de acuerdo en la severidad de la amenaza que supondría ver a Irán con armas nucleares”.
El presidente Obama ha dicho que hará lo que haga falta para evitarlo, y lo dice de verdad. La mejor forma de hacer esto es con sanciones económicas. Pero si no funcionan, como ha quedado claro, hay que abrirse a todas las posibilidades. A todas. Lo he dicho varias veces. Y debo añadir que estamos reuniendo los planes necesarios para asegurarnos de que esas opciones existen y no descarto ninguna”.
Fuente: http://www.lahaine.org/