jueves, 12 de enero de 2012

Hungría se rinde ante el Nuevo Orden Mundial

Hungría es un país mayoritariamente conservador, nacionalista y una ultraderecha húngara emergente, con ansías de independencia de las instituciones financieras mundiales, que han colocado la región transatlántica y la han puesto al borde de una severa depresión económica. Un gobierno que además considera al cristianismo una seña de identidad nacional y que en vez de apoyar políticas en favor del aborto y de la eugenesia, promueve el derecho a la vida.


Pero La Bestia, ese ente oscuro que algunos denominan Nuevo Orden Mundial, ha decidido aplastar la rebelión húngara. El Banco Central Europeo ha exigido garantías al gobierno húngaro de que no se independizará  de este organismo. La extorsión fue efectiva; sumisión a cambio de la concesión del préstamo de 20 mil millones de euros por parte de la UE y el FMI. Habría que apretar mas las tuercas a Frankenstein húngaro para que recuerde quien es el que manda; las agencias de rating, han hundido al bono húngaro hasta convertirlo en bono basura. El endeudamiento del 80% del PIB y un déficit de Hungría que el gobierno de Orban está tratando de mantener por debajo del 3%, es lo que ha llevado a Hungría al dilema que sufrió Winston Smith cuando fue torturado por agentes del Gran Hermano: Nosotros no queremos que tú hagas lo que nosotros queramos, sino que seas tú mismo el que desees hacerlo. Y gracias a esta decisión juiciosa fruto de una incesante presión, la Comisión Europea ha decidido no dictar sanciones económicas contra Hungría. De esta manera, se pone punto y final a la inminente quiebra del país y supone la marcha atrás a la reforma del Banco Central de Hungria pretendida por el gobierno Húngaro

La Bestia ha utilizado los mass-media que permanecen a su servicio, para lanzar una campaña de desprestigio hacia el gobierno húngaro y su presidente, Viktor Orban, y han insinuado que en Hungría, ha resurgido el fascismo; porque sino lo saben, ahora se los mass-media llaman fascismo a ir a tu bola, a que un país quiera ser dueño de su destino y de su futuro sin injerencias extranjeras o de extrañas sociedades secretas, carentes de cualquier sensibilidad a la cultura, el idioma y las tradiciones de los pueblos de Europa. Los que han acabado con el estado de bienestar, los que han destruido la clase media, los que han conseguido que comamos alimentos transgénicos, bebamos agua fluorada, los que nos han hecho olvidar el significado de la palabra libertad, los que nos han hecho olvidar nuestras raíces, los que nos han hecho perder la esperanza de ver un fruto en un árbol y un largo etcétera lo han conseguido Si, La Bestia ha vuelto a vencer. Otra derrota que prueba que son pocos los que se atreven a enfrentarse contra la infamia y se ufanan que son mas listos cuando lo único que hacen es perpetuar su esclavitud.

Mientras leo con una sonrisa un titular del periódico Público: La nueva Hungria de Orban no encaja en Europa ¿Acaso encaja algún país europeo en ese proyecto que representa la U.E y que ha engullido la independencia económica y política de cada miembro de un ente cuyo funcionamiento y estructura se asemeja sospechosamente a la URSS? 

El concepto nación-estado  ha muerto en Europa y Hungria es quizá la última muestra de ello. Solo una hecatombe o unas revueltas populares en los paises que desestabilicen el status quo, es el único revulsivo que pueda frenar esta situación, pero de momento, esa situación aún no se avista en el horizonte.

Autor: Judas