viernes, 22 de noviembre de 2013

Alerta: Profecía para Puerto Rico y Europa

Saludos para todos ustedes. La paz sea con ustedes en el Nombre de Cristo.

La presente alerta, es para advertir a Puerto Rico y a los países europeos que son: Portugal, España e Inglaterra, de un inminente impacto de un meteorito, el cual puede ocurrir en cualquier momento, este meteorito proviene del famoso Cometa ISON, como dijimos anteriormente, puede caer en cualquier momento.


El meteorito caerá en la esquina suroeste de Puerto Rico, provocando un terremoto y tsunami en esta isla, haciendo que se hunda la mitad de la misma, la gente si quiere salvarse, deberá huir al este de la isla e irse a las montañas, para escapar del tsunami.

Debido al impacto del meteorito en la isla de Puerto Rico, esto provocará un gran tsunami y terremoto en los países de Portugal y España, haciendo que Portugal se hunda casi en su totalidad y que el tsunami abarque una cuarta parte del país de España, afectando sus costas, en Inglaterra sólo ocurrirá un terremoto.

Esta situación se debe a un juicio de parte de Yahwéh Tzebaot hacia estas naciones, por su desobediencia, blasfemia, idolatría y adulterio, tanto corporal como de la Palabra de Dios Padre.

Este acontecimiento será tomado como precedente del Gran terremoto mundial anunciado por nosotras y por muchas otras personas a nivel mundial, este gran terremoto será provocado por un accidente militar, en donde Japón y todas las islas y algunas regiones de América del Sur y varios países de África van a desaparecer del mapa, criaturas marinas nunca antes vistas, saldrán a la superficie a devorar al que esté en el agua, los buitres serán avistados desde cualquier país, pues los muertos serán muchos, muchas criaturas creídas mitológicas, sean marinas o terrestres, serán avistadas y atacarán a la gente.

Esto es para que se cumpla la primera siega profetizada por Apocalipsis, la primera de 3 siegas, ya que en total, se segarán 3/4 partes de la población mundial, esta siega corresponde a la primer 1/4 parte de la población mundial y faltan dos más, las cuáles serán advertidas en su momento, El Yahwéh que Salva, nuestro Señor Jesucristo, estará a cargo de las siegas, esto no significa que viene el arrebatamiento, El Ungido nos advierte que esta es una siega, no el arrebatamiento, el arrebatamiento lo hará con la última 1/4 parte de la población y de esa parte, tomará a sus elegidos y no antes. Muchas personas morirán, unas para condenación y otras para salvación, eso depende del comportamiento de las mismas, la obediencia es fundamental para ser salvo, pues sólo el que hace la voluntad del Padre será salvo.


¿Y cuál es la voluntad del Padre?
  • Obedecer los diez mandamientos.
  • Reconocer que somos pecadores, arrepentirse y pedir perdón por nuestros pecados y perdonar a nuestros semejantes.
  • Hacer buenas obras.

Estén preparados los puertorriqueños, pues una vez que haya caído el meteorito, desocupen la isla o morirán en ella.

En España, huyan a las montañas, a las tierras altas, si quieren estar seguros.

A continuación, la visión:


Les habla la Profetisa Exterminadora, a continuación, les relataré la visión del impacto del meteorito en la costa suroeste de Puerto Rico. Esta visión la tuve el día 20 de noviembre del 2013 en la noche.

Estando yo en mi cuarto, era de noche y acabándome yo de acostar en mi cama, vi a Jesucristo frente a mí, me llamó y me dijo: "Ven que te voy a mostrar algo para que se lo cuentes a mis hijos", entonces, me llevó junto al Padre y pude ver cómo Él veía el espacio y la Tierra y pude ver unos ángeles que rodeaban el Trono, alabando continuamente a Dios y más abajo el Paraíso, en donde habían miles y miles de almas. Y Jesucristo estaba a la derecha del Padre.

Vi que el Padre se levantó y tomó una roca y la lanzó a la Tierra, para ser más específico, a Puerto Rico, al caer la piedra, provocó un terremoto y la mitad de la isla se hundió en el mar, tiburones y animales marinos no populares que se creen extintos como sirenas y serpientes de mar, estaban esperando el impacto y que la gente fuera arrastrada por las aguas, pues el impacto, provocó un fuerte viento y un tsunami, el cual, arrasó con mucha gente, los tiburones eran muy grandes, eran megalodontes, más otros animales marinos que son para mí desconocidos, se alimentaban de la gente que quedaba nadando en el mar.

El impacto del meteoro, provoca una onda de tsunami y se dirige a Europa, para más específico, a los países de Portugal, España e Inglaterra, éstos son sacudidos por esta onda, ya que sucede un terremoto en estos países, el tsunami abarca casi la totalidad de Portugal, hundiéndola, España es bañada en una cuarta parte por el tsunami, pero no se hunde, Inglaterra no es afectada por el tsunami.

Entonces el Padre, luego de haber hecho esta acción, se fija en la isla de Puerto Rico y dice: "Esto que hice fue para probarlos. Vamos a ver si se arrepienten de sus pecados y se vuelven a mí", pero con gran pesar, escuché voces que provenían de la gente de Puerto Rico insultando al Padre, culpándolo de su tragedia y no se arrepentían de sus malos actos ni pedían perdón.

Entonces, al escuchar tanto insulto, el Padre estaba en pie y cerró sus puños, pero Cristo se puso de rodillas ante el Padre y se lanzó a sus pies y con las manos juntas, palma con palma le decía al Padre: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" y de las heridas de sus muñecas por los clavos, empezó a brotar sangre que caía a los pies del Padre Celestial, yo al ver esto, yo trataba de consolar a Cristo tocando su espalda y le decía al Padre: "Pobrecito Jesucristo" porque Jesucristo estaba sangrando y llorando y a mí me daba mucha lástima ya que no dejaba Cristo de interceder por la nación de Puerto Rico, los ángeles del Trono, lloraban y alababan a Dios y decían al Padre: "Escucha al Cordero que quita los pecados del mundo, Él es el Cordero degollado del sacrificio por la humanidad", la demás gente, también pedían al Padre que escuchara a Cristo, pero no lloraban, porque en el Paraíso, los que son salvos, no conocen la tristeza y el dolor, pero sí cantaban.

Cristo le decía al Padre:"Recuerda que me di en sacrificio para el perdón de los pecados", entonces el Padre abrió sus manos, se calmó en su furia y se sentó en su Trono, Cristo se levantó tan rápido como un rayo y volvió a la derecha del Padre, la sangre que estaba derramada a los pies de Dios, desapareció y el Padre pronunció esta sentencia: "Si ocurre una desgracia más, será por la actitud que tome la gente del mundo así como sucedió con el faraón de Egipto en los tiempos de Moisés". Entonces Cristo respondió: "Así sea, que se haga tu voluntad".


Vi un país y la visión se enfocó en una costa, estaban en esa costa, un grupo de soldados con los ojos rasgados, no podía saber de cuál país eran, pero sabía que eran orientales, ellos hablaban de hacer un lanzamiento de 3 misiles de prueba, para ver que tanto alcance tenía y procedieron a lanzar los misiles. Los dos primeros explotaron exitosamente en el mar, pero el último tomó altura y cayó al mar, con tan mala suerte que cayó exactamente donde estaba una falla y el misil explotó. Ellos al verlo explotar, se alegraron, se felicitaron y se admiraron de lo grande que había sido la explosión, por lo que siguieron viendo el lugar de la explosión. Inmediatamente, burbujas ardientes salían del mar y los soldados se asustaron muchísimo y veían repetidamente con los binoculares que la falla se hacía más grande, entonces los soldados gritaban "sólo era un misil de prueba, sólo era un misil de prueba, si se dan cuenta que nosotros lo hicimos, habrá guerra" y decían: "tenemos que reportarlo".

Luego de esto, fui llevada al frente de un edificio grande y en el edificio, había un letrero que decía: "Fukushima", el agua fue inundando esa planta y los reactores fueron explotando, era de noche y Japón se movía como un muelle, las calles se partían y grandes porciones de Tierra se levantaban del suelo y la gente gritaba, era obvio que habían vivido un gran terremoto, agua salía de las grietas como un tubo roto. 

Empezaron helicópteros privados y públicos a salir del país, y otros de la prensa japonesa, que repetían: "El que vea esta transmisión, ayúdenos, manden helicópteros de rescate, ayúdenos, ayúdenos, que Japón se hunde", pero nadie los escuchaba, sólo Dios quien los estaba cuidando. El ejército de Japón, tomó helicópteros de guerra para sacar a la gente, no se podía tomar aviones, porque las calles estaban destruidas y se mecían, los aviones necesitan impulsarse y no se podía hacer. La gente se amontonaba desesperada por ser rescatada, pero los soldados decían: "Sólo mujeres embarazadas y con niños menores a 3 años, serán llevadas en los helicópteros, niños mayores de 3 años, mujeres solteras y hombres no serán llevados", los hombres lloraban porque definitivamente no serían llevados y los helicópteros eran muy pocos.

Al ver esta escena yo gritaba, no paraba de gritar, no quería hacerlo, pero no resistía oír los gritos de las personas y gritaba con ellos y todos decían: "se está hundiendo, se están llenando las calles de agua, no tenemos adonde huir, nos vamos a ahogar todos", las calles parecían como grandes bloques de hielo meciéndose en el mar.

Vi en la escena, una muchacha joven que estaba sola, el Padre Celestial me dijo: "ahora entrarás en el cuerpo de esa joven que ves ahí y sentirás lo que ella siente", en un abrir y cerrar de ojos, yo estaba dentro del cuerpo de esa muchacha, entonces yo sabía que esa muchacha que era joven, que era estudiante y que vivía sola en un departamento, que no sabía dónde estaban los padres de la muchacha y pensaba que posiblemente ya habían muerto por el terremoto, sabía que esa joven creía en Jesucristo y también sabía, que sólo por el hecho de ser soltera, sin hijos pequeños, no me iban a rescatar, en mi corazón sentía una gran tristeza y una resignación, iba a morir, entonces, clamé a Jesucristo para que me salvara, porque me iba a quedar. 

El último helicóptero, se estaba llenando y los soldados amenazaban a la gente con dispararles si se arrimaban al helicóptero, los soldados amarraban a los niños en una red de carga que estaba en el piso del helicóptero y sentaban a las mujeres en unos asientos que poseía el helicóptero, el helicóptero tenía una gran abertura cuadrada, que no tenía puerta, por lo que el viento pasaba de lado a lado, atravesando el helicóptero, faltaba un sólo campo en el helicóptero, un soldado le dijo a una mujer que estaba a la par mía cargando un recién nacido: "Es tu turno", la mujer tenía a su esposo y dos niños más grandes entre 7 y 10 años, que lloraban asustados, la mujer le decía al soldado que si le permitía llevar a sus hijos y esposo, que no los quería abandonar, pero el soldado le decía que no podía hacer eso, porque no había campo y el peso desbalancearía el helicóptero.

Para mi sorpresa, la mujer se volvió hacia el soldado y le dijo: "No puedo ir, este niño no es mío, es de ella", refiriéndose a mí y me lo dio, me dio la mujer un abrazo y me dijo: "Cuídalo mucho", le respondí: "así lo haré" y le hice una reverencia japonesa de respeto. 

El soldado impaciente me tomó del brazo fuertemente y me preguntó: ¿es tuyo? la mujer me miraba y me hacía con la cabeza que dijera que sí, entonces yo dije que sí, el soldado me dijo, que entrara al helicóptero, entonces me pensé: "debía cuidar a ese niño por siempre", entré al helicóptero, mientras la mujer se reunió con su esposo y con sus hijos, el helicóptero despegó y estando en el aire, el soldado que no se había creído que el niño era mío, me dijo: "Yo te ayudaré a cuidar al niño", vi que le había interesado al soldado, el cuál era joven y guapo, le dije: "desde ahora será nuestro". 

Las luces de los faros seguían encendidas en las calles y la linterna del helicóptero iluminaba a la gente, para que esta pudiera caminar en la oscuridad, la gente gritaba implorando que les dispararan, porque no querían morir ahogados, una gran explosión se oyó a lo lejos y la tierra se hundió, los faroles de las calles se apagaron y se quedó el ambiente en plena oscuridad, sólo la luz del helicóptero los alumbraba. 

Luego los gritos empezaron a escucharse y en el agua se veía una especie de serpiente marina, espantosamente grande, semejante a un dragón, como los que usan los chinos en sus carnavales, tiburones, sirenas y otros animales marinos desconocidos por mí, devoraban a la gente, el piloto del helicóptero apagó la luz para que los que estuviéramos dentro, no viéramos el horror, desde el cielo, se oyó una voz: "Ahora irán con su dragón". Luego, el piloto volvió a encender la luz y sólo se veía agua y mientras transcurría el tiempo, vi los otros helicópteros de rescate a los lados del helicóptero en donde me encontraba.

Mientras estábamos volando en el helicóptero, los soldados decían: "aún no estamos a salvo, esperemos que otro país nos reciba y que no esté en las mismas condiciones que Japón", el piloto trataba de hacer contacto con otros países para que nos recibieran, pero sólo se oía estática, entonces se comunicaron con los otros helicópteros y ordenaron los militares a los helicópteros privados y públicos que se adelantaran, para que cuando llegaran al primer país que los recibiera, no pensaran que venían en son de guerra, de repente se oyó en la radio: "Están invadiendo el espacio aéreo de China, reporte su situación y su trayectoria", todos gritamos de felicidad porque China estaba bien, y el piloto se reportó diciendo la serie del helicóptero, el número de pasajeros y el motivo, decía el piloto: "Este es un helicóptero del ejército japonés, con misión de rescate, porque Japón no existe, repito, Japón no existe, solicitamos permiso para aterrizar", el operador chino dijo que tenía que pedir permiso a sus superiores, todos esperábamos que nos recibieran, ya que la gasolina del helicóptero es limitada, helicópteros chinos, nos sobrevolaron, para ver el tipo de tripulación y cuando se percataron que éramos sólo civiles, dieron la orden de entrada, todos gritábamos contentos porque nos habían dejado entrar al país, que estábamos salvados.

En eso, la visión se interrumpió y pasé otra vez a la presencia del Padre, el Padre llamó a la Tierra y le dijo: "Tierra, ven a mis pies", la Tierra se movió hacia los pies de Dios y en el mar apareció una cara como de niño, haciendo un gesto de dolor, la Tierra estaba adolorida pues tenía el Cinturón de Fuego del Pacífico activado y se le veía como una corona de espinas, luego, la cara de niño que se reflejaba en la Tierra miró al Padre, le sonrió y le dijo: "Bienvenido seas", Dios se quitó sus sandalias doradas y puso sus pies sobre la Tierra y empezó a mover la Tierra con sus pies, Dios se volvió hacia mí y me dijo: "Mira como las montañas me saludan", yo veía y escuchaba a las montañas decir: "Bendito seas" y se partían en dos, Dios me dijo: "Mira como las aguas me saludan" y las aguas decían: "Bendito seas" y las olas se levantaban a grandes alturas, formando tsunamis y para Dios, eso era un saludo de ellas, las montañas se derrumbaban y para Dios, eso era un saludo de reverencia. 

Puerto Rico y todas las islas de América Central, desaparecieron para jamás regresar y por el meneo de la Tierra, provocado por los pies del Padre, todos los países del continente americano, sufrían maremotos, terremotos y erupciones volcánicas, mucha gente moría en el mar y por los derrumbes, los buitres se veían desde los países, revoloteando las costas en donde estaban los cadáveres de la gente en el mar, las criaturas marinas se alimentaban con los cuerpos de gente y animales, criaturas marinas nunca vistas salen a la playa a perseguir gente para devorarla.

El Padre con sus pies, mueve la Tierra de eje y el clima cambia en todos los países de un sólo golpe, Dios se volvió hacia mí y me dijo: "Que la gente no salga en barco, ni a navegar en el mar, porque he soltado al leviatán y si los encuentra, se los comerá".

El Padre retira sus pies de la Tierra y los vuelve a poner en sus sandalias doradas, las sandalias tienen vida propia y le dicen al Padre: "Te extrañamos mucho Padre, descansa de tu paseo en nosotras, el Padre no se cansa, pero necesita descansar" y le masajeaban sus pies.

Hasta aquí es mi visión. 

El Padre viene a segar la Tierra, tengan la actitud correcta, el que ha de morir morirá, lo que importa es cómo estás esperando la siega del Padre, ¿con obediencia o sin ella?