Mientras la comunidad internacional confía en que el acuerdo con Irán ayude a sentar las bases necesarias para garantizar un programa nuclear iraní con objetivos pacíficos, Israel sigue insistiendo en que Irán planea desarrollar un programa militar.
En una conferencia de prensa ante medios internacionales, el primer ministro de Israel declaró que el país hebreo no se siente vinculado con el acuerdo entre Irán y Occidente, subrayando que no permitirá que un "régimen que llama a la destrucción de Israel" tenga capacidad de fabricar armas nucleares.
Horas antes, durante la reunión del gabinete ministerial, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió que "las consecuencias del acuerdo con Irán amenazan a Israel" y subrayó que el consenso alcanzado es "un error histórico".
"Estamos hablando de la mayor victoria diplomática de Irán en los últimos años ", dijo por su parte el ministro de exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, que advirtió que el acuerdo logrado permitirá a la República Islámica continuar enriqueciendo uranio, lo que provocará una " carrera armamentista en la región".
El ministro de Inteligencia de Israel, Yuval Steinitz, quien es responsable de supervisar el programa nuclear de Irán, dijo que no hay razón para que el mundo celebre. Dijo que el acuerdo alcanzado en Ginebra este domingo se basa en "el engaño de Irán y el autoengaño".
Tras cuatro días de arduas conversaciones en Ginebra, el Sexteto (Rusia, EE.UU., China, el Reino Unido, Francia, Alemania) y la República Islámica lograron avances decisivos para resolver el contencioso nuclear iraní.
"Si este primer paso conduce a nuestro objetivo común, es decir, a un acuerdo definitivo, esto creará las condiciones para la seguridad de nuestros socios en la región, así como para la seguridad de nuestro aliado, Israel", subrayó el Secretario de Estado, John Kerry, en rueda de prensa en Ginebra.
El derecho de enriquecimiento de uranio fue una ''línea roja'' innegociable para el equipo negociador iraní, mientras que los detractores del programa nuclear iraní que dudan de su carácter civil exigían someter las instalaciones nucleares a un estricto control internacional.
Como miembro de la AIEA, Irán tiene derecho a desarrollar su propia energía nuclear, siempre que se comprometa a no fabricar o adquirir armas nucleares.
No obstante, tras la detección de unas centrifugadoras de enriquecimiento de uranio, no registradas por los inspectores de la AIEA, sobre Teherán recayó la sospecha de que tramaba la fabricación de armas nucleares. En este contexto, algunos países occidentales emprendieron varias iniciativas, incluyendo la aplicación de las sanciones económicas, para obligar a Irán a abandonar su programa nuclear.
Ryan Dawson, coautor del libro ‘Why peace?’, dijo a RT, que era de esperar una reacción como esta de Israel, que ha obtenido secretamente por su parte la tecnología nuclear de EE.UU. No obstante, sostiene el experto, las inspecciones, previstas por el acuerdo de Ginebra, podrían demostrar las acusaciones de Tel Aviv contra Irán son infundadas.