Cabo Cañaberal -- Durante meses, los astrónomos han seguido la trayectoria de un cometa que se dirige a gran velocidad hacia un encuentro cercano con el Sol.
El momento de la verdad será el jueves, el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.
El cometa ISON, que se cree tiene una anchura de menos de kilómetro y medio (casi una milla) pasará muy cerca del Sol. Debido a la increíble fuerza solar, podría freírse o hacerse añicos, o no sucumbir, y probablemente proyectar un fabuloso espectáculo celestial.
Foto proporcionada por la NASA, de las imágenes del cometa ISON tomadas el 23 de abril 2013. La imagen revela la estructura sutil en el interior del cometa. AP/NASA |
De momento, persiste el suspenso. Incluso los mejores científicos son renuentes a hacer pronósticos sobre la suerte del cometa.
Si el ISON sobrevive será visible a simple vista durante diciembre, al menos desde el hemisferio norte.
Distinguible a veces en noviembre con binoculares ordinarios y ocasionalmente a simple vista, el ISON ha deslumbrado a los astrónomos y se le considera el cometa más observado por la NASA. Sin embargo, lo mejor quizá está por venir.
El cometa, detectado hace apenas un año, pasa por primera vez por el interior del sistema solar.
Los científicos creen que este cometa original contiene la materia prístina de los inicios de nuestro sistema solar.
Se cree que el ISON proviene directamente de la nube de Oort, en los límites del sistema solar, donde abundan los cuerpos helados, entre los que más destacan las masas congeladas de polvo y gas que orbitan alrededor del Sol y que se les conoce como cometas.
Por alguna razón, el ISON fue expulsado de la nube de Oort hacia el corazón del sistema solar debido a la intensa atracción gravitacional del Sol. El cometa aumenta su velocidad a medida que se acerca al Sol.
En enero, este cuerpo celeste cronometraba una velocidad de 64,370 kilómetros (40,000 millas) por hora.
El jueves, una semana antes del gran momento, el cometa había más que triplicado su velocidad a 241,390 kilómetros (150,000 millas) por hora.
Más o menos a la hora en que muchos estadounidenses estén degustando un pavo, el cometa pasará a 1.2 millones de kilómetros (730,000 millas) del Sol, una distancia poco menor a la del diámetro de ese cuerpo celeste.
Para cuando el ISON pase por el Sol estará desplazándose a la velocidad increíble de 1.3 millones de kilómetros (828,000 millas) por hora.
Sea que el cometa sobreviva o se destruya, los habitantes de la Tierra no tienen nada que temer.
La distancia más cercana a la que pasará el cometa de la Tierra es de unos 64.3 millones de kilómetros (40 millones de millas), menos de la mitad de la distancia entre la Tierra y el Sol.
El acercamiento más cercano del cometa con la Tierra tendrá lugar el 26 de diciembre. Después seguirá su viaje en dirección contraria y se perderá para siempre, dada su trayectoria anticipada una vez pase alrededor del Sol.
El cometa recibió el nombre de ISON por las siglas en inglés de International Scientific Optical Network (Red Internacional de Ciencia Optica) mediante la cual un par de astrónomos rusos detectaron el cometa en septiembre del 2012.
Sin embargo, el cometa es conocido oficialmente como el C/112 S1, designación que indica la fecha de su descubrimiento. Y ánimo, la “C” significa que no es previsible que vuelva.
La NASA de inmediato se dio a la tarea de examinar al ISON. La sonda Deep Impact de la agencia espacial observó en enero al ISON desde una distancia de unos 804.6 millones de kilómetros (500 millones de millas). Desde entonces, se intensificó la observación de este cuerpo celeste.
Entre los telescopios espaciales utilizados por la NASA para observar al ISON figuran el Swift, Hubble, Spitzer, la sonda Orbitador de Reconocimiento de Marte (Mars Reconnaissance Orbiter), el Observatorio Solar y Heliosférico o SOHO (siglas en inglés), Chandra, la sonda Messenger que orbita Mercurio y los satélites de la misión Stereo.
MARCIA DUNN
AP