sábado, 29 de junio de 2013

Los servicios secretos cubanos y venezolanos: modus operandi para implantar el “Socialismo del Siglo XXI” en el Perú

Interesante artículo que describe a la Dirección General de Información de Cuba (DGI), los servicios secretos cubanos, probablemente uno de los mejores servicios secretos del mundo. Prueba de ello, son los centenares de planes de asesinato ideados por la CIA contra  Fidel Castro y que han sido abortados.

Lima, julio del 2009.- “Las hienas no invitan ni aceptan combate abierto, llano, de frente. Persiguen a sus presas con enorme paciencia y ganan las batallas por cansancio. Las hienas son voraces a la hora de rematar. Se ceban con los débiles y no pierden la oportunidad”. Relato que busca describir la “estrategia de hiena”, ejecutada para implantar el “Socialismo del Siglo XXI”, mediante una “Guerra Asimétrica”, en Estados con un tejido social débil y sin una cultura de seguridad e inteligencia nacional.



Larga tradición de injerencia externa de la inteligencia cubana

El cubano Juan Rodríguez Menier (“Cuba por dentro: El MININT”. Ediciones Universal, Miami, 1994), ex-oficial del Ministerio del Interior (MININT) de Cuba, durante 28 años, en funciones de inteligencia y contrainteligencia (CI); así como su compatriota, Juan Reyes-Alonso (“La cultura cubana y su expresión en los servicios de inteligencia. National Defense Intelligence College. Washington, D.C. 2009), especialista en inteligencia y ex-oficial operativo de la Dirección General de Inteligencia (DGI) de Cuba, en una etapa crucial (1989-1997); nos remontan hasta 1959 para ubicar los orígenes de los servicios secretos cubanos.

En 1960, Fidel Castro llegó al poder en Cuba y creó dos organismos en el nuevo MININT: el Departamento de Seguridad del Estado (DSE) y la DGI. El DSE empezó a funcionar dentro del territorio cubano y asumió las tareas de CI del DIER. Por su parte, la DGI se convirtió en el más importante servicio de inteligencia y CI exterior, bajo la dirección del temido y eficiente comandante Manuel Piñeiro Losada (seudónimo Barbarroja y criptónimo M-1), muerto en un accidente automovilístico durante marzo de 1998.

Al contrario de lo sucedido con el DSE, que no tuvo asesoría soviética, la DGI, sí dependió de esta asesoría desde 1965. A su vez, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) cubanas, implementaron servicios secretos propios: la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (CIM), vigentes hasta la fecha, interactuando con la DGI. A propósito, desde el comienzo, los servicios secretos cubanos, tuvieron un desempeño fructífero debido a que diversos funcionarios del DIER y después DSE, contaban con educación superior, habiendo muchos de ellos, estudiado y residido en EE.UU. antes de servir para el régimen marxista-leninista de Fidel Castro. Esto permitió que la inteligencia y CI cubana, pudiera infiltrar comunidades de cubanos y americanos en EE.UU., y lograr un buen conocimiento sobre el gobierno y la sociedad de EE.UU., tanto como de la forma en que operaban sus agencias de seguridad e inteligencia nacional.

A su turno, la DIM y la CIM, con la ayuda de la DGI (renombrada en 1989 como “Dirección de Inteligencia”-DI), empezaron a realizar operaciones extraterritoriales, cuando Fidel Castro asumió como un objetivo político propio, el apoyo a los llamados “Movimientos de Liberación Nacional” o grupos subversivos, desatados en diversos países, principalmente en África y América Latina; sobre el particular, está comprobada la intrusión durante el Siglo XX de la inteligencia y/o tropas militares de Cuba en Tanzania, Bolivia, Chile, Colombia (aunque los grupos subversivos colombianos ELN y M-19, recibieron apoyo de Fidel Castro, él mantuvo una relación distante con las FARC); Nicaragua, Guatemala, Checoslovaquia, Angola, Yemen del Sur, Etiopía, Namibia, Zimbabwe y Granada, entre otros.

Todo ello, sumado al entrenamiento y adoctrinamiento en Cuba, de cuadros subversivos como el ERP argentino; “Tupamaros” uruguayos; “Macheteros” portorriqueños; Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional salvadoreño; Frente Patriótico Manuel Rodríguez y Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, por lo menos. Sin duda, este potencial operativo se reforzó considerablemente, gracias a la capacitación e ingente apoyo técnico y económico de la KGB soviética y de otros servicios secretos del bloque socialista, como de Alemania Oriental, Bulgaria y Hungría, por ejemplo.

Accionar y estructura actual de la inteligencia cubana

Claramente, el espionaje en territorio extranjero es una actividad ilegal independientemente de las personas involucradas y las razones por las cuales se ejecute dicha actividad. El espionaje practicado por diplomáticos o funcionarios cubanos de la DI en suelo extranjero y gozando de inmunidad diplomática, es conocido en Cuba como “espionaje legal”, a esos oficiales se les conoce como “Oficiales Legales” (OL), y a los centros donde trabajan, ubicados en las embajadas cubanas, se les denomina “Centros Legales” (CL). Los CL difieren en su tamaño físico y logístico, dependiendo del país en que se encuentren ubicados: mientras más importante es el país o en ocasiones el área geográfica, mayor y mejor dotado será dicho CL. Refiero “área geográfica”, pues a veces, debido a la situación operativa específica de un país, no es factible que dispongan de un gran CL dentro del mismo; este es el caso, de países con los que Cuba no tiene relaciones diplomáticas. En esa situación, emplea otros CL en países vecinos, que tal vez, no sean de gran importancia operativa, como el país con el que carece de vínculos diplomáticos.

En relación a EE.UU., sucede algo distinto, pues no obstante que Cuba dispone de una Oficina de Intereses en Washington, D.C., y una Oficina ante la ONU en Nueva York, que han sido por casi 50 años, dinámicos centros de espionaje usados por funcionarios cubanos y sus colaboradores que gozan de inmunidad diplomática; no resulta suficiente para el enfrentamiento contra una potencia como EE.UU. Por ello, tradicionalmente la inteligencia cubana se apoyó y apoya en los CL de países vecinos como México y Canadá, para espiar en EE.UU.

Los CL tienen mayormente, un Jefe y un Segundo Jefe, así como un equipo de oficiales que varía según la importancia del CL y la disponibilidad de recursos de la inteligencia. Igualmente, existe en las embajadas cubanas un “Oficial de Cifras” (OC), que no es agente de inteligencia, pero sí integrante del MININT, y por orden directa de Raúl Castro, toda información confidencial (incluidas las comunicaciones de diplomáticos de carrera) debe ser enviada a través de ese oficial encargado de cifrar y descifrar los mensajes que salen y entran a la embajada cubana. El OC, vive en la embajada y únicamente sale acompañado por oficiales del CL o integrantes del cuerpo de protección de la embajada, llamados “Custodios”, para evitar que sea reclutado por otras agencias de inteligencia o vaya a desertar; pues tiene acceso a información clasificada y a mecanismos de cifrado y descifrado de esa información. Los “Custodios”, son responsables de la protección física y del personal asignado a las embajadas; por lo tanto, siempre son miembros de la inteligencia cubana, y reciben entrenamiento especializado: aprendizaje de idiomas extranjeros, técnicas de defensa personal, manejo de armas, medidas de CI, entre otros afines.

La estructura central de la actual Dirección de Inteligencia (DI) de Cuba, y la función que cumplen sus departamentos, es la siguiente: Departamento M-I para la inteligencia y CI sobre EE.UU.; Departamento M-II, dedicado a la inteligencia y CI en América Latina; Departamento M-III, encargado del análisis de inteligencia estratégica. Departamento M-V, no sólo es el más secreto y compartimentado, sino que casi funciona como una dirección autónoma, con un presupuesto desconocido aún para el jefe de finanzas de la DI, quien a la par, ignora la totalidad de la plantilla de Oficiales Ilegales (OI) del M-V, y su posible ubicación en el mundo, por el tipo de monedas que manejan. Apenas un selecto grupo en la DI y en las altas esferas del régimen castrista, conocen las verdaderas cifras e identidades de los OI y clandestinos del M-V. Estos OI, altamente preparados, se establecen en el país donde son asignados para cumplir misiones vitales, logran pasar desapercibidos ante las agencias de CI domésticas y también frente a los ciudadanos oriundos de esos países.

Los contactos entre Oficiales Legales (OL) y OI de la DI, tanto en Cuba como en territorio extranjero, son muy esporádicos, por lo indefensos que estarían los segundos, en caso de deserciones y delaciones de OL; así como por el hecho que en territorio extranjero, usualmente, los OL son objeto de vigilancia a cargo de agencias de CI nacionales. De ahí, que sean más comunes encuentros no personales entre OL y OI, utilizando buzones, comunicaciones radiales cifradas, mensajes a través de terceras personas con menos riesgos de ser vigiladas, la Internet, entre otros medios. Estos OI, suelen ejercer una ciudadanía que no es la cubana, a pesar de haber nacido en Cuba, y sus documentos de identidad son tan legítimos como aquellos que poseen ciudadanos de los países de donde dicen ser oriundos, pues fueron emitidos por autoridades de esos países, ya que en base a su especializado entrenamiento, logran burlar los controles para su obtención. Aunque en Venezuela, agentes cubanos de inteligencia, podrían obtener falso pasaporte e identidad venezolana, más fácil: El editor del diario opositor venezolano, “Tal Cual”, Teodoro Petkoff, denuncia que personal cubano, ha sido ubicado por el gobierno chavista en una entidad clave: “Oficina Nacional de Identificación y Extranjería” (Odinex), que desde junio del 2009, se denomina “Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería”.

Volviendo al Departamento M-V de la DI: además de contar con abundantes recursos y personal altamente capacitado, se nutre a través de sus Oficiales Operativos que dirigen a los OI, de información valiosa del resto de departamentos de la DI o de la CIM y DIM, entre otros organismos militares y civiles, del Estado cubano. En definitiva, el Departamento M-V, es la elite de la inteligencia cubana.

Entre tanto, el Departamento M-VI, está comisionado al espionaje industrial y medidas para el rompimiento del embargo de EE.UU. hacia Cuba. Junto a ellos, el M-VIII, está conformado por veteranos oficiales de inteligencia que han cumplido misiones en el exterior, y se dedican al acercamiento con extranjeros que residan o estén de visita en Cuba, ya sea para reclutarlos o descartar que estén involucrados en acciones contra del gobierno cubano. Así, el M-VIII es muy útil por sus funciones de inteligencia o de CI. Y mientras, el Departamento M-X es la Jefatura de la DI; el M-XI, intercepta comunicaciones internacionales, particularmente de EE.UU. y emite señales de radio cifradas para agentes cubanos en el exterior. El Departamento M-XV, diseña complejos programas informáticos para apoyar comunicaciones de agentes cubanos. Al mismo tiempo, el Departamento M-XIX, sirve para espiar e infiltrar comunidades de cubanos en el exterior; el M-XX, maneja los cuerpos de protección de las embajadas cubanas, llamados “Custodios”. Finalmente, el M-XXV se enfoca en el Continente europeo y el M-XXX, en el africano.

Completando este cuadro del sistema de inteligencia cubano, sus actuales jefes y responsables son: el general del Ejército, Raúl Castro Ruz (Presidente del Consejo de Estado); general del Ejército, Abelardo Colomé Ibarra (Ministro del Interior-MININT); general del Ejército, Julio Casas Regueiro (Ministro Primero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias); general del Ejército, Carlos Fernández Gondín (Miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Viceministro Primero del MININT); general del Ejército, Eduardo Delgado Rodríguez (Director de Inteligencia) y el vicealmirante Julio Gandarilla Bermejo (Director de Contrainteligencia Militar).

Cuba: ¿Liderando una “Guerra Fría Regional”?

Los siguientes detalles de operaciones de inteligencia extraterritoriales cubanas, desde fines de los 90 hasta la fecha, actualizan y desenmascaran la intensidad de una “Guerra Fría Regional”, y muestran la determinación de los hermanos Fidel y Raúl Castro, de continuarla; dejando interrogantes por responder: ¿Quién y para qué, financia esta gran capacidad de la inteligencia de Cuba, cuando son públicas y evidentes las limitaciones económicas del Estado cubano?

Tras una prolongada indagación, en setiembre de 1998, el FBI arrestó a diez individuos en la Florida-EE.UU., por llevar a cabo labores de espionaje contra EE.UU. a nombre de Cuba. El servicio de investigación criminal de la Marina de EE.UU. formó parte de las pesquisas: se había descubierto la “Red Avispa”, revelando lo extenso del espionaje cubano en territorio estadounidense. La “Red Avispa”, integrada por agentes cubanos, tenía la misión de espiar agencias oficiales estadounidenses e infiltrar instalaciones militares de EE.UU., como el Comando Sur y el Comando Central en Tampa-Florida, responsable de acciones militares contra-terroristas en Afganistán y en el Sur de Asia. En paralelo, los espías cubanos debían penetrar grupos anti-castristas en el Sur de la Florida y maniobrar sus actividades e intentar manipular instituciones políticas y gubernamentales de EE.UU., por medio de la desinformación y falsa colaboración. Según averiguaciones de la justicia y organismos de inteligencia de EE.UU., la “Red Avispa” recibía el soporte financiero de Cuba y trabajaba directamente para la DI del MININT, en una operación compartida con la inteligencia militar de las FF.AA. cubanas.

Y esto es posible, porque Cuba conserva un elevado potencial de espionaje, que le fue suministrado por la ex-U.R.S.S., luego por la Federación Rusa, y en los últimos años, por la República Popular China. Incluso, Cuba domina lo que se conoce como lo más moderno en la inteligencia mundial: la inteligencia de Reconocimiento y Signatura (MASINT o Measurement and Signature Intelligence), que le permite hacer un análisis cuantitativo y cualitativo de los datos e informaciones obtenidos mediante sensores especiales instalados en satélites o vehículos terrestres, agrupando varios subtipos: inteligencia acústica; de radar; infrarrojos; láser; nuclear; óptica; radiación no intencionada; química y biológica; inteligencia de radio-frecuencia; inteligencia electro-óptica, entre otros.

Bajo este esquema, los servicios secretos cubanos se ubican en el nivel más alto de la inteligencia internacional, al sumar este ámbito (MASINT), a las ya tradicionales: inteligencia humana (HUMINT o Human Intelligence); inteligencia de las comunicaciones (COMINT o Communications Intelligence); inteligencia electrónica (ELINT o Electronic Intelligence); inteligencia de señales (SIGINT o Signals Intelligence); inteligencia de las imágenes (IMINT o Imagery Intelligence), y la inteligencia geoespacial (GEOINT o Geospatial Intelligence).

Respecto al tema, en el libro: “ENEMIES: How America?s Foes Steal Secrets – And How We Let It Happen” (2006) de Bill Gertz, reportero sobre el Pentágono para el diario “Washington Times”, se revela que la estadounidense Ana Belén Montes -arrestada por el FBI en setiembre del 2001- trabajó para la inteligencia cubana por 16 años. La DI cubana la reclutó cuando todavía estudiaba, y la encaminó a una carrera en la Defense Intelligence Agency (DIA), la agencia de inteligencia para la Defensa de EE.UU., donde llegó a ser analista principal sobre Cuba, y tuvo más de cien reuniones con agentes de la DI cubana. Según Gertz: “Ana Montes (44 años), puede haber causado más daño a la seguridad nacional de EE.UU. que los casos de Aldrich Ames (CIA) y Robert Hanssen (FBI). La razón es sencilla: “Tenía acceso a secretos de inteligencia mucho más vitales que cualquiera de esos dos agentes dobles.”

Por su parte, Cuba compartía la información robada por su espía Montes, con Rusia, China y quizá Irán. En algunos casos, hasta cobraba por ella. Montes no se limitó a filtrar inteligencia a los cubanos, sino que también influenció con su desinformación, la política de EE.UU. hacia Cuba. Esto ocurrió bajo la administración Clinton, cuando mediante sus informes, consiguió que se subestimara la capacidad de Cuba en áreas de “Guerra Asimétrica”, tales como bio-terrorismo y ciber-terrorismo, constituyendo hasta ahora, el agente cubano más significativo capturado en EE.UU.

Y si algunos creían o pretendían hacer creer, que el espionaje cubano en el exterior ya era cosa del pasado. Nada más falso. Otro caso: el ex funcionario del Departamento de Estado de EE.UU., Walter Kendall Myers y su esposa Gwendolyn Steingraber Myers, fueron arrestados durante junio del 2009, en Washington, por el FBI, acusados de espiar para Cuba ¡durante 30 años! El Departamento de Justicia de EE.UU., precisó que la pareja le dijo a un agente encubierto del FBI, que eran conocidos como agentes “202″ y “123″, y dada su importancia, se habían entrevistado personalmente con Fidel Castro, algo que el enfermo ex-presidente reconoció en su columna “Reflexiones”, divulgada por medios estatales cubanos en junio del 2009.

Su fortaleza: la inteligencia humana clandestina

Desde sus comienzos y hasta el presente, tanto la DI como la DIM y la CIM cubanas, han explotado con gran éxito, el factor humano de la inteligencia, en buena medida, porque no contaban con suficientes recursos técnicos y financieros propios para hacerlo de otra manera. También, porque la mayoría de sus reclutamientos han estado y continúan basados, en el factor ideológico (“batalla de la ideas”), lo que implica una alta dosis de capacitación y adoctrinamiento de los agentes cubanos, así como bien elaborados trabajos de CI. Garantizando siempre, el cumplimiento de la Orden Nro. 1 del MININT, que dice: “Todo miembro del MININT, tiene como primera tarea, velar por la seguridad y preservación de la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y del Segundo Secretario del Partido Comunista de Cuba (y ahora reemplazante de Fidel), el General de Ejército, Raúl Castro Ruz”.

Según lo expuesto, sin duda cazar espías es difícil, pero detectar espías cubanos es aún más complicado y demanda complejas investigaciones por diestros equipos de CI, bien proveídos -tecnológica, logística y financieramente-, quienes deben descubrir algo más consistente que pequeños trozos de información y pistas aparentemente inconexas; pues los espías cubanos dejan pocos rastros. Y porque la inteligencia cubana se especializa en reclutar como agentes dobles, a “verdaderos creyentes, idealistas y místicos del marxismo-leninismo”, en lugar de agentes que sólo trabajen por dinero. Hecho que los hace más peligrosos para la seguridad nacional de los países donde operan.

Los espías ideológicamente motivados, son muy sigilosos, no dejan pista financiera ni caen en gastos ostentosos que atraigan la atención para ser detectados por la CI nacional. Así mismo, los servicios de inteligencia cubanos, están dispuestos a esperar años, incluso décadas, a que un agente reclutado ascienda a una posición donde le sea útil; se conforma con tener agentes en posiciones intermedias con acceso a información, pero sin poder ejecutivo. Por ello, es muy difícil detectar a los agentes cubanos, a menos que un patrón de comportamiento inusual haga sospechar a las agencias de CI, de los países donde los cubanos espían o realizan operaciones especiales de inteligencia.

Sobre este asunto, en una entrevista (Diario El Universal-México D.F. 22/01/2007), Brian Latell, quien por más de 30 años, trabajó como analista de la CIA para América Latina y durante 15, integró el Consejo Nacional de Inteligencia de EE.UU., afirma sobre la inteligencia cubana lo siguiente: “Es una de las mejores, en mi opinión. Creo que después de EE.UU., Gran Bretaña, Rusia, Israel y China, Cuba sigue entre los más altos rangos”. Bajo esa perspectiva, los jefes de CI que pretendan identificar, localizar y capturar una red de espías cubanos, deben inspirarse en el proverbio chino: “Hacer de la paciencia un arte y de la espera una virtud”. Pero igualmente, es imprescindible que un Estado extreme las medidas activas de CI, cuando tenga indicios de la intromisión de la inteligencia cubana (y/o sus aliados) en su territorio; con mayor razón, ahora que Cuba tiene como benefactor estratégico, al régimen de Hugo Chávez, con ingentes recursos económicos acumulados, pero sobre todo, una clara intención de expandir en América Latina, su proyecto geopolítico socialista y antidemocrático.

La troika Cuba- China- Venezuela

En adición, Cuba posee una de las bases más modernas de “Inteligencia de señales” del mundo, en Bejucal al Sur de La Habana, cuyas instalaciones para espiar a EE.UU., fueron construidas por Rusia para Cuba, a un costo de cientos de millones de dólares (a fin de reemplazar a la base de Lourdes, desmantelada por los rusos luego del 11/09/2001); y en ella, trabajan unos mil ingenieros y técnicos cubanos, pero en 1999, después de negociaciones entre Raúl Castro y el Ministro de Defensa de la República Popular China (RPCH), Chi Haotian, se acordó que personal militar chino utilice la base de Bejucal junto al personal cubano; y a cambio, la base utilizaría los satélites de comunicación, imágenes y fotos de RPCH, en lugar de los de Rusia. Resulta, que RPCH es el país que más satélites ha lanzado al espacio entre 1999 y 2008: unos 30 desde su base de Taiyuan, cerca de Beijing.

En esa línea asociativa, al suscribir 14 convenios en La Habana, con el presidente de Cuba, Raúl Castro, por varios cientos de millones de dólares, (16/10/2007), el Mandatario Chávez, expresó: “Cuba y Venezuela, podríamos conformar en un futuro próximo una confederación de Repúblicas; dos Repúblicas en una, dos países en uno”. Lo concreto, es que los lazos entre el régimen de Chávez y Cuba, se afianzan a todo nivel: la empresa binacional (cubana-venezolana) “Telecomunicaciones Gran Caribe S.A.” con apoyo de RPCH, culminarán el 2010, un cable submarino de fibra óptica de 1.552 kms. a un costo de US$70 millones, que unirá La Guaira, Estado de Vargas en Venezuela y Siboney en la provincia de Santiago de Cuba. Está previsto, que esa red (además se ampliará a Jamaica y Nicaragua), potencie el sistema de Internet cubano y sirva para implementar un control de las comunicaciones nacionales y externas de los personajes e instituciones hostiles al régimen chavista, bajo asesoría de la curtida contrainteligencia cubana, luego que Chávez nacionalizara el 2007, la compañía telefónica CANTV.

Con esa orientación, en enero del 2009, el gobierno chavista tomó control del satélite geoestacionario de comunicaciones “Venesat-1″ ó “Simón Bolívar”, mediante un contrato con la RPCH por 406 millones de dólares, para expandir su señal hacia América Central, el Caribe y América del Sur. Y según Chávez, tendrá uso político: “Ayudará a la construcción del Socialismo del Siglo XXI”, y se pretende que mediante un manejo seguro de la información (telefonía, Internet y transmisión de datos), mejoren las capacidades de comunicación, vigilancia y control, en las operaciones de los servicios secretos venezolanos y cubanos; más aún, si para el 2011, el gobierno de Venezuela planea disponer de un segundo satélite, de observación y monitoreo territorial construido por la misma RPCH, y el 2013, un centro de control satelital en territorio venezolano.

Estrategia letal: la “Guerra Asimétrica”

Trasladada esa convergencia tecnológica, al plano de la doctrina militar y de inteligencia, cabe mencionar el libro: “Guerra sin Restricciones” (Beijing, PLA Literature and Arts. Publishing House, febrero, 1999), donde los coroneles de la RPCH, Qiao Liang y Wang Xiangsui, desarrollan la primera obra para abordar a fondo, las Guerras Asimétricas. Dicho texto, es considerado por estrategas castrenses y de inteligencia venezolanos tanto como cubanos, una obra de consulta esencial sobre Guerras Asimétricas futuras; ya que en él, se analiza el empleo de toda forma de lucha no convencional y sin frenos éticos, ante un enemigo superior en fuerza, tecnología e influencia política y económica.

Se considera a la “Guerra Asimétrica”, el resultado de aplicar diversos métodos de conflicto, como una “mezcla cóctel” compleja, flexible y letal. Empleando la ambigüedad, guerra psicológica y guerra política, así como privilegiando la utilización de redes clandestinas de inteligencia. Su verdadera ventaja reside en la capacidad de “golpear” y ocultarse entre la población civil, hasta provocar un punto de ebullición social que genere un accionar cruento, adjudicado al gobierno que se busca deslegitimar y derrocar. Su centro de mando, suele tener un sistema de comunicaciones elemental pero eficaz, quizá simplemente cabinas públicas de Internet, teléfonos móviles, radios de onda corta y emisoras de radio clandestinas, intentando siempre contar con la ventaja de poder elegir su “campo de batalla”.

En este tipo de guerra, se presenta una “señal” que para los servicios de inteligencia gubernamentales puede ser muy débil, y en muchas ocasiones, inexistente, ya que tiene la capacidad de encubrirse entre la población civil, lo que generalmente anula incluso la superioridad que la alta tecnología otorga. Los “guerreros asimétricos”, también presentan una gran potencialidad en inteligencia, por su mayor conocimiento del terreno, el lenguaje y las tradiciones locales, así como por los contactos con los líderes de las distintas facciones de la zona. Del mismo modo, es muy complicado establecer su capacidad de CI, dada su destacada habilidad para infiltrarse entre las fuerzas de seguridad y en los distintos estamentos públicos locales.

Luego este andamiaje doctrinario, se tornó muy preocupante, pues en setiembre del 2008, el Director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU., denunció que el ex ministro de Interior y Justicia venezolano, general del Ejército, Ramón Rodríguez Chacín, y los generales del Ejército, Hugo Carvajal Barrios, jefe de la Dirección General de Inteligencia Militar (DGIM) y Henry Rangel Silva, jefe de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) “armaron, ayudaron y financiaron a las FARC”, además de estar involucrados en operaciones de narcotráfico internacional. Corroborando así, lo que Hugo Chávez había expresado el 2007, sobre los terroristas de las FARC y ELN: “No son cuerpos terroristas, son verdaderos ejércitos, que ocupan un territorio en Colombia. Hay que darles reconocimiento, son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político bolivariano, que aquí es respetado. Yo solicito a los gobiernos del Continente que reconozcan a las FARC y al ELN.”. Como era lógico, esta absurda pretensión fue rechazada por el gobierno colombiano y la comunidad internacional.

Proyecto hegemónico del eje La habana – Caracas

El régimen chavista despliega ingentes recursos y esfuerzos para expandir en América Latina, un proyecto geopolítico cubano-venezolano, cuyo sustento ideológico se sintetiza en el enunciado: “Socialismo del Siglo XXI”, en base al cual, se desarrolla un autoritarismo populista, neo-marxista, nacionalista y estatista, contrario al libre mercado, que gira en torno a la reelección indefinida de un líder mesiánico. Al abordar este aspecto, el académico marxista, alemán-mexicano, Heinz Dieterich Steffan (asesor del presidente Chávez), sostiene que este proyecto consiste en la creación de un Estado venezolano capaz de instrumentar el “Nuevo Proyecto Histórico de la Patria Grande”, pero también, la creación de un “Bloque Regional de Poder latinoamericano”, es decir, “un Estado regional, un mercado regional, una identidad regional y la defensa de éstos contra los desestabilizadores”.

Bajo dicho enfoque, el gobierno de Chávez despliega una “Diplomacia de tres líneas”: de Estado a Estado; Económica-Energética (inversiones ventajosas y subsidios); y la Social Directa con líderes o entidades políticas, sociales y gremiales latinoamericanas; teniendo como brazos operativos a las Embajadas de Venezuela en la región, a empresas estatales venezolanas, a la DGIM y a la DISIP, con apoyo de los servicios secretos cubanos, todos los cuales, se vienen modernizando y potenciando sistemáticamente.

En esa ruta, Venezuela y Cuba, utilizan varias estructuras internacionales: “Coordinadora Continental Bolivariana” (fachada política y de propaganda de las FARC); “Congreso Bolivariano de los Pueblos”; “Alianza Bolivariana para las Américas” (ALBA), integrada por Cuba, Venezuela, Nicaragua, Honduras (ingresó con el defenestrado presidente Manuel Zelaya); Bolivia, Dominica, y recientemente Ecuador, San Vicente y Las Granadinas, Antigua y Barbuda; unidos a la “Cumbre Continental de los Pueblos Indígenas”; “Foro de Sao Paulo”; “Foro Social Mundial” y el “Banco del Sur”. Teniendo como medio de difusión ideológica y propaganda, a la cadena de televisión “Telesur”. Incluso el ALBA, expresa en junio del 2009, “su respaldo a la revolución islámica de Irán y al gobierno del presidente Mahmud Ahmadinejad”, ratificando su apoyo a una creciente presencia política, diplomática y empresarial de Irán, lo que representa una potencial importación del conflicto del Medio Oriente y del terrorismo fundamentalista religioso a territorio latinoamericano, como otra seria amenaza para la estabilidad regional.

La intromisión chavista en el Perú

También en el Perú, se apreció esta tendencia: hubo una evidente intrusión de Chávez durante las elecciones generales del 2006, cuando tomó partido por el candidato Ollanta Humala Tasso e insultó a quien luego fue electo presidente, Alan García Pérez; más tarde, el Embajador venezolano en el Perú (entre 2007 y enero 2009), vice-almirante en retiro, Armando Laguna y su equipo de activistas, se mostraron muy dinámicos por entrometerse en diversos círculos: gobiernos regionales, frentes de defensa regional, “Casas ALBA”, asociaciones de pequeñas o medianas empresas, sindicatos, universidades y grupos políticos de izquierda radical. Hasta que Laguna, tuvo que dejar su cargo en Lima, en medio de un escándalo, por un informe de una comisión parlamentaria que denunció la injerencia en asuntos internos del Perú, por parte de las chavistas llamadas “Casas ALBA”, que en número de 140, proliferaron sin control alguno.

Pero Laguna -quien desde el 2009 era Embajador en Honduras- no estuvo sólo en sus esfuerzos por promover el “Socialismo del siglo XXI” y la “Revolución Bolivariana”, ya que en Lima, el Embajador de Nicaragua, es Tomás Borge Martínez, veterano escritor, poeta e ideólogo marxista, casado con peruana, fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional y ex ministro del Interior del presidente Daniel Ortega, quien se ha vinculado muy estrechamente con el gobierno de Hugo Chávez, y que en junio del 2009, luego de otorgarle asilo político, apareció en un mitin en Nicaragua, junto a Alberto Pizango, expresando: “Nuestro pueblo lo acoge como un hermano”, obviando que Pizango, es uno de los cabecillas de las protestas en Bagua- Perú, donde asesinaron 24 policías y murieron 10 nativos.

Coyuntura en la cual, otro aliado de Chávez, el mandatario boliviano Evo Morales, siguió sus ataques contra el presidente peruano y su intervención en asuntos internos del Perú. Siendo probable, que esta actitud sea la “punta del iceberg” de un plan más funesto: donde Morales y los estrategas que lo dirigen desde La Habana y Caracas, intenten potenciar movimientos de reivindicación indigenista de Puno, muy ideologizados y excluidos socialmente, para que evolucionen hacia reivindicaciones de tipo autonómico territorial y étnicas; teniendo como “bandera”, la unificación de una inexistente “Nación Aymara” y arguyendo supuestos derechos otorgados el 2007, por la ONU, en la “Declaración de los Pueblos Indígenas”. Reivindicaciones territoriales impulsadas por estos grupos indigenistas separatistas, podrían incluir el escenario de insurgencia armada y violencia política.

Como lo sugiere una prolija investigación de la productora Agencia.peru.com (23/06/2009), donde concluye que los grupos de izquierda radical peruanos: “Partido Comunista Patria Roja” o su fachada “Movimiento Nueva Izquierda”; junto a “MIR-Venceremos”; los “etno-caceristas” y seudo-nacionalistas seguidores de Antauro y Ollanta Humala, han incitado y organizado los cruentos enfrentamientos en Bagua y en otras regiones del Perú, a través de los llamados “Frentes de Defensa” o “Frentes de Lucha”; luego que “Patria Roja”, estableciera lazos con los terroristas de las FARC. Sobre este aspecto, fuentes de inteligencia del ministerio del Interior (El Comercio, 24/06/2009), revelan que cuadros de Sendero Luminoso y del MRTA, se infiltran en las marchas de protesta, como agitadores maliciosos y aprovechan el reclamo popular, a fin de manipular asonadas violentas que destruyan la democracia peruana. Para ello, utilizan organizaciones pantallas, como el “Movimiento Patria Libre”; “Asociación Pro Defensa de la Vida y la Libertad”, y el “Movimiento de Liberación 19 de julio”.

Reflexión final: La democracia y el gobierno bajo amenaza

Como “filosofía” de su proyecto expansionista, Hugo Chávez y el régimen cubano, estarían convencidos que ha variado la naturaleza del conflicto y no se limita al empleo de la violencia militar para forzar los cambios políticos deseados, dentro y fuera de Venezuela. Más bien, consideran que se deben usar todos los medios disponibles para doblegar al adversario, enemigo o gobierno contrario a su proyecto; según esta concepción de la “Guerra Asimétrica”, “el guerrero astuto formulará su campaña explotando las vulnerabilidades políticas, económicas, sociales y de seguridad del enemigo, preparándose a destruir para reconstruir de una manera revolucionaria”. Identificando el centro de gravedad del enemigo para conseguir primero su colapso, antes que su destrucción física (“la estrategia de la hiena”).

Sin embargo, la experiencia comparada indica que los ejecutores de una “Guerra Asimétrica” no son invencibles. Pueden ser desarticulados y derrotados, pero sólo por medio de acciones coherentes y perseverantes, aunque adaptables, que incluyan a todas las agencias de un gobierno en particular y sus aliados internacionales; abarcando las esferas de la política, diplomacia, defensa, inteligencia, asuntos policíacos, medios de comunicación y la “batalla de las ideas”, junto al desarrollo económico y social, que otorga legitimidad. En buena cuenta, se vence revirtiendo los factores políticos, económicos, sociales y de seguridad, más vulnerables del Estado-Nación agredido.

En este panorama, donde el Perú -por su ubicación geoestratégica y otros motivos- es blanco de una “Guerra Asimétrica” ejecutada por curtidos y hostiles operadores de inteligencia foráneos; corresponde al jefe de Estado peruano, disponer, que de inmediato se concrete la potenciación y plena operatividad de los servicios de inteligencia (Dirección Nacional de Inteligencia y Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior, entre otros), para que cumplan la misión de identificar, localizar y desarticular-capturar, a las redes de agentes extranjeros que operan en complicidad con grupos políticos y sociales violentistas nacionales, de la ultraizquierda y seudo-nacionalistas; quienes atentan contra la gobernabilidad, sistema democrático, seguridad nacional y objetivos nacionales del Perú.

Finalmente, una central de inteligencia eficiente, proporcionaría al Mandatario y sus ministros, correctas apreciaciones de inteligencia estratégica, indispensables para un planeamiento estratégico y operativo en el ámbito interno, mientras que con un análisis prospectivo, permitiría anticipar probables escenarios de conflicto, y distinguir entre la protesta legítima por falta de inclusión social, que demanda diálogo y soluciones viables pacíficas; y aquellos desbordes violentos (“insurgencia de masas”) gestados por anti-peruanos que forman parte de un plan destinado a crear las condiciones, para derrumbar el sistema democrático e instalar en el Perú, un gobierno afín al neo-marxista “Socialismo del siglo XXI”.

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