Por tercera ocasión en cinco meses, una institución financiera grande ha propuesto que los países europeos se preparen, ante una crisis de la deuda, a confiscar una fracción dada de cada una de las cuentas bancarias personales, familiares o empresariales en una sola acción de gran alcance, para poder hacerle frente a los rescates bancarios.
El "impuesto al capital" a nivel europeo sobre las cuentas bancarias mayores a los 100,000 euros fue propuesto por primera vez por un equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en agosto; después por los economistas de Harvard Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart en un informe comisionado por el FMI en diciembre.
Ayer el Banco Central de Alemania, el Bundesbank, en su informe mensual de enero no propuso, sino que demandó que cada país europeo prepare un plan de contingencia para apoderarse de un "impuesto al capital" de cada una de las cuentas bancarias.
El propósito que alegan es mejorar la posición del país sobre la deuda y darle capacidad de poder manejar la crisis de la deuda dentro de sus propios bancos. Lo que llaman "rescates internos" -en contraste con los rescates externos, financiados directamente con fondos públicos- para el rescate de los bancos a nivel nacional.
El Bundesbank no dio el porcentaje de las cuentas bancarias que debe gravarse, como lo hizo el FMI. En opinión de Helga Zepp-LaRouche, el Bundesbank pudiera estar presionando de hecho para que la expropiación sea potencialmente mucho más severa, como ocurrió en Chipre, en donde al final se apoderaron de un 42% de todas las cuentas por encima de los 100,000 euros. Esto puede devastar a las familias, destruir las pequeñas y medianas empresas y extender el desempleo masivo, como ha sucedido en Chipre.
La insistencia repetidamente en esta exigencia a los más altos niveles de la banca internacional, al igual que las otras recientes decisiones de los reguladores bancarios, muestran que tan agobiados están los banqueros más grandes y los reguladores ante la amenaza del estallido inminente de los sistemas bancarios.
El informe del Bundesbank ridículamente dice "(Un gravamen al capital) se corresponde al principio de responsabilidad nacional, según el cual los contribuyentes son responsables por las obligaciones de su gobierno antes de que se requiera la solidaridad de otros estados".
Conectada con esta demanda de austeridad de rescate interno, el presidente del Bundesbank, Andreas Dombret, atacó el restablecimiento de la Glass-Steagall en un artículo firmado el 22 de enero en la revista Central Banker.